Capitulo 1 Dolor en el Alma

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Después de la ruptura de Mei y Yuzu, dejando a esta última con el corazón destrozado y haber tirado aquel anillo que usaba por la ventana, sintió como el mundo caí en pedazos sobre ella, parecía que había algo de por medio para impedir la felicidad entre ambas, desconsolada se quedo llorando perdiendo las ganas de ir a la academia Aihara, el lugar donde se inicio todo su martirio.

Por la tarde Harumin fue a buscarla para saber que sucedía ya que al no responder sus llamadas y mensajes se preocupó demasiado, al llegar a la puerta tuvo un poco de miedo en tocar la puerta temiendo lo peor, al tocar la puerta y al ver que nadie respondía por un rato pensó que no había nadie estaba por irse cuando de a poco se abrió hasta que apareció Yuzu con la mirada más triste que se podía haber visto en el mundo, no había duda que aquella expresión solo significaba una ''Mei''

Yuzuchi! ¿Pero... que te paso? -la miraba preocupada ya que sus ojos estaban hinchados de tanto llorar-
Mei... Mei... termino conmigo... -lloraba con un dolor inmenso en el alma-
Pero... Que acaso no estaba de viaje... no fue es lo que contaste...

La mirada de Yuzu era de dolor puro que no sabia cuando iba terminar de llorar, después de calmarse un poco conto lo que había sucedido en la mañana, ella alistándose para ir a la escuela, mamá había salido para un negligencia y en eso Mei había llegado antes de lo previsto, después una sesión de amor mutuo con caricias y besos, una vez terminado, Mei se fue a bañar y al regresar Yuzu la abraza con cariño pero su amada hermanastra la repele con desprecio, al no entender lo que sucedía termino su relación con su amada.

Pero que tiene ella en la cabeza que se amaban tanto que eran capaz de demostrarlo al mundo...
No sé lo que paso... por un instante todo era amor y después volvió a ser la misma como cuando la conocí... Es como si su corazón su hubiera cubierto de oscuridad... ¿Que voy hacer ahora sin ella? -replico sintiendo un miedo profundo-

- Harumin la abrazo con toda la fuerza que podía demostrando que siempre estaría a su lado- tranquila todo estará bien...

-tan solo se acurruco esperando que todo fuera un mal sueño-

El día paso lentamente ya era de noche y mamá había regresado, se sorprendió al ver a Mei sentada en el sillón de la sala con la mirada perdida al vacío es como si se estuviera lamentando de algo, en silencio se acerco y la abrazo por atrás acariciando sus cabellos negros haciendo que de sobre salto pensando que era su amada, pero al ver que era mamá agacho la mirada mientras una lagrima resbalo su mejilla. En el cuarto estaba Yuzu sentada en su lado de la cama pensando todo lo que había sucedido hasta ese momento, las lágrimas se habían secado de tanto llorar sin embargo el dolor era tal que pensó que moriría de la tristeza, a los minutos tocaron la puerta, al no haber respuesta entro en silencio.

-a los minutos mamá se acerca en silencio sentándose a su lado y al igual que su otra hija la abrazo- tranquila...

¿Porque amar duele tanto y más cuando te rechazan? -susurra triste-

-acariciando la rubia cabellera de su hija- El amor a veces un misterio, no se sabe con exactitud cuándo terminaría o seguirá viviendo aquella flama que mantiene unido a los corazones.

''El amor de una mujer es como un mar lleno de misterios'' -susurro agachando la mirada-

He... -sorprendida se quedó pensando que había recitado un verso- será mejor que descanses un poco, iré a preparar la cena

Está bien... -Se recostó mirando el techo cubriendo su rostro con su brazo derecho-

La noche paso normal, Yuzu bajo a cenar con su familia, por un instante parecía que todo estaba bien hasta que se fueron a dormir, cuando las hermanastras se recostaron en aquella cama que compartían Mei pensó que su amada haría algo para estar cerca, abrazarla o besarla, pero nunca paso eso y en parte eso le dolió.

El tiempo paso viendo como las hermanas Aihara se distanciaba cada vez y cuando estaban lo suficiente cerca se podía sentir tanta tensión en el ambiente como si hubiera un aire gélido alrededor eso preocupaba a sus amistades, sus amigas estaban tan preocupadas que no sabían que hacer y desconocían los motivos que llevo a tal separación.

Me preocupa como lo esta pasando Yuzuchi, no es justo que le haga esto sin un motivo -suspiro con algo de molestia Harumin sentada mirando el cielo que estaba acompañada de su novia la diablillo peli rosa-

Haz me recordar porque no le puedo encararle... -Matsuri bebía un poco de zumo de naranja-

Es por la clase de vida que a llevado, siempre a sido a si -cruzada de brazos pensativa estaba Mitsiko-

Michan que crees que podamos hacer para animar, aun es ella quien nos anima con su sonrisa -replico Maruta-

Llego el día de la graduación en la academia Aihara se podía notar la alegría en todo lugar Maruta tomada de la mano con Mistuko con una sonrisa que hacía sonrojar a su pareja, al igual Harumin tenía a Matsuri. Todo era alegría, sin embargo, para las hermanas Aihara no lo era, el simple hecho de celebrar algo tan importante y estar separadas era un dolor que nada en el mundo podría aliviarlo.

Después de mucho pensarlo Yuzu decidió hacer un viaje a un conservatorio de música, debido a sus grandes dotes con el saxofón, después de conversarlo, el día de su partida su madre la despidió con mucho cariño.

¿Esta segura que quieres hacer este viaje? -pregunto algo intrigada Harumin que no podía creer que se iría su mejor amiga-

Tengo que hacerlo, además esta en mi sangre, mi padre era un gran musico y seguiré sus pasos -sonríe como solía hacer antes, pero no con la misma chispa-

Ya nada será igual sin ti Yuzu -le abraza de la cintura Matsuri- no quiero que te vayas... nada será lo mismo sin ti...

-Harumin miraba con algo de celos de que su novia abrazara de esa forma a su amiga- pero no te olvides de llamar ¿sí?

Tranquila lo hare, además tengo que esforzarme mucho...

Me parece bien tu determinación Yuzuko, nosotras creemos en ti -hablo Mitsuko con ese tono serio que solía tener, pero a la vez alegre por haberla conocido-

Mucho éxito Yuzu, esperamos lo mejor de ti -Hablo Maruta con un pañuelo intentando no llorar-

-La señora Ume tomo a su hija de las manos con algunas lagrimas por salir- no sabes lo cuan feliz soy de feliz de haberte tenido...

Gracias... Mamá... -la abrazo con mucho cariño a punto de llorar-

Al igual que sus amigas, cada una se despidieron de manera emotiva, sin embargo su hermana menor tan solo un adiós como si fuera la ultima vez que se verían, durante el vuelo ella se toco el pecho con mucha tristeza llorando en silencio, sin embargo, había decidido dejar de amarla por el bien de ella y así paso cinco años estudiando dando lo mejor para ser igual a su difunto padre, ya que en cierta parte tenía su carácter y aunque su cabello era teñido eso no le impidió seguir sus pasos en la música.


A medida que practicaba con los demás estudiantes en aquel prestigioso instituto, nadie podía dejar de admirar por la forma como se expresaba, era como si la música fuera parte de ella, al terminar la clase los alumnos se retiraban, pero ella prefirió quedarse mirar por la ventana, hasta que alguien toco su hombre haciendo que se sobre salte un poco.

Lo siento, ¿te asuste? No era mi intención -la miraba con una sonrisa tímida con algo de vergüenza-

He... No es eso, solo estaba algo pensativa en algo que no entendí de la clase -observaba a una chica de piel blanca y palida con el cabello castaño, con unos ojos castaños color miel-

Últimamente no pareces tu misma, es como si hubieras perdido tu brillo -aquellas palabras fueron como un zumbido para Yuzu-

No digas esas cosa Haruka -se levanta de su asiento y se estira un poco- bueno, tengo hambre vamos a comer

Bueno pero hoy tu invita -sonrie y le toma de la mano para caminar con alegría-

pero nadie sabia que en su corazón yacía aun recuerdos de un amor pasado y distante que se negaba a olvidar y que durante las noches de luna llena lloraba de amor esperando un rayo de esperanza que aliviara su melancólico corazón.

Citrus - Un amor que transciende a una nueva generación...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora