23 de agosto, 2000
Sarah.
Si nuestra hija es encontrada a las orillas de un Lago, violada y descuartizada, definitivamente somos unos padres irresponsables de mierda.
Las autoridades ya estaban al tanto de que nuestra hija se albergaba junto a otro niño en un orfanato y para cuando fueron por ellos nuestra ella ya no estaba.— No te preocupes, Sarah. — Oí decir a Peter. — La encontraremos.
— Lo dices para que me tranquilice ¿verdad?. — Dije e interprete su silencio a modo de yo había adivinado la verdad tras sus palabras. — La culpa es nuestra... — Continúe. — La culpa es toda nuestra, por traerla a este horrible mundo sin saber nada.
— Quieres decir que...
— Quiero decir que si solo nos hubiéramos conformado con cosas orales y manuales nada de esto estaría pasando...nada de esto estaría pasando si tu nunca hubieses eyaculado dentro de mi.
— Pero solo éramos, niños... ni siquiera sabíamos lo que hacíamos.
— Pero si sabíamos que era un orgasmo, ¿no?. — Hasta ese entonces ya estaba algo molesta no solo por lo cursi de la situación, si no que habíamos dejado sola a nuestra hija, sola y a su suerte, junto a otro niño que ni recuerdo. Quería que nuestra hija volviera con nosotros, quería tenerla en mis brazos justo ahora, abrazarla y consentirla, pero la mala manga de pensamientos también albergaban el resto de mis espectativas sobre el futuro. Si Sam estaba muerta, y si Sam es expuesta en algún mercado negro.
Entonces Peter vocifero :
— ¡Bueno... pues si tu solo te hubieses conformado con acariciar mi miembro Samantha nunca hubiese nacido y seriamos felices...Por cierto cuantos años tenias... ¿14?... Y ya chupabas pollas... ¿que clase de niña eras?!. — Gritoneaba esto mientras meneaba sus brazos al azar, como si no supiera que hacer con ellos, cosa que me irrito aun mas. — ¡¿Que hubiésemos hecho ahora, uh?!. ¡¿Consumiríamos drogas hasta morir?!. ¡¿Mas tríos, cuartetos, orgías... Tu volverías con Frank!?.
— ¡Hicimos un trio con Frank, Peter!. — Respondí con el mismo tono voz.
— ¡No ese Frank, el otro!.
— ¡¿Quien?!— Me cruce de brazos.
— ¡Frank Dhamer, ¿quien mas?!.
— ¡Peter, yo tenia 14 putos años y el también...y además ya no lo hemos vuelto a ver.— ¡Sí, pero el pasado se olvida no se borra!.
En eso decidí darle la razón a lo que decía, e inconscientemente rememore el día que casi acababa con nuestro noviazgo. En aquel entonces carente de toda madures. Frank y yo teníamos la misma cercanía que yo con Peter. Era tanta nuestra amistad que un día, luego de que mi madre y padre decidieran salir a comer juntos, dejándonos a nosotros dos disfrutando de un postre que mamá preparaba cada vez que yo traía "amigos" a casa. Recuerdo que consistía en leche con frutas rebanadas en cubitos.
Él estaba sentado a mi lado cuando, en medio de una cucharada, que llevaba hasta mi boca se me fue interrumpida por una caricia que él entregaba sobre mi muslo expuesto, pues solo traía un suéter holgado y shorts cortos. Cerré mis ojos y suspire de gusto, pues su mano ya se encontraba sobando mi entrepierna por sobre mi shorts, los cuales por el deleite culmine por bajarlos hasta mis tobillos junto con mis bragas.
Una gotita de leche del postre recorrió mi mentón hasta caer, pues mi boca se encontraba entre abierta. Heche mi cabeza hacia atrás junto con movimientos letárgicos y gritos placenteros, cuando note que algo grande en mi interior se avecinaba. Para ese entonces ya había tenido relaciones con Peter y sabia muy bien lo que era un orgasmo, aquella cosa que me hacia gritar como loca hasta ahora.
Pero durante todo ese tiempo ni me había dado cuenta de la presencia de Peter frente la puerta de entrada. No se como regresamos después de eso, pero es obvio que aun permanecía en nuestras memorias, albergado como el recuerdo mas incomodo de nuestras vidas.
Los policías nos dijeron que harían todo lo posible por traer a Sam de vuelta con nosotros, que estaría a salvo y que nada le ocurriría.
Peter y yo retornamos a casa, allí mi madre nos esperaba con un pañuelo sobre los ojos, secándose las lágrimas, desparramada sobre el viejo diván. Al darse cuenta de nosotros se puso en pie y vocifero con todas las ganas del mundo :
— ¡Idiotas, ignorantes, egoístas, mal agradecidos!. — Nos regaño como unos niños. — ¡Tuve que averte brindado de unas violentas nalgadas cuando eras niña!. — Dijo frente a mi para luego voltear hacia Peter. — ¡Y a ti nunca tuve que averte permitido permanecer junto a mi hija!. — A continuación nos obligo a tomar asiento donde anteriormente ella se encontraba sollozando. Se saco los tacones y nos los arrojo. La planta de uno golpeo el rostro de Peter y la punta de uno dio contra mi nariz. — ¡Ojala tuviera sacos de piedras para arrojarselos contra la cara!. — Dio un respiro entre sollozos para luego proseguir me jalo del cabello y me encomendó hasta el cuarto subiendo las escaleras.
— Señora, ¿a donde...?
— ¡Callate, niño!.
Cuando llegamos al cuarto me empujo sobre la cama, aun sosteniendome de los cabellos, de alguna manera surrealista, presiono su rodilla contra mi entrepierna, jodiendomela mas de lo que Peter había logrado. El dolor que la presión me otorgaba era increíblemente agonizante.
— Aquella inocente criatura salio del lugar que mi rodilla esta jodiendo ahora, te dignaste a su abandono y sera mejor que comiences a buscarla.
— Lo dices... como si yo...tuviese la culpa... de... todo.
— Peter fue una eyaculación, pero tu fuiste la maldita incubadora. Que bueno que logre alejarte del vicio durante tu periodo de creación. Imagínate que hubiese nacido con algún un problema.
Estuvo casi una hora horas discutiendo y notaba como reprimía sus impulsos de matarme a golpes.
Lo que ella no sabia era que muy en el fondo deseaba drogarme esnifando cocaína.
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MAMÁ Y PAPÁ.
HumorSam Youngstown es la apestosa y rara de la clase, pero con apenas cinco años sabe que sus padres no son como el resto.