Yonaka llenaba aquel par de tinas con agua tibia.
Estaba algo nerviosa. Era la primera vez que bañaría a los niños. Aunque antes había visto varias veces como se hacía: con los hijos de las amigas de su madre, o con los de sus primas, incluso ahora con las jóvenes de las aldeas con sus hijos, pero aun así no estaba segura de poder hacerlo ella.
Pero tenía que aprovechar ahora que, por fin, después de nueve días del nacimiento de los mellizos, habían encontrado una posada medianamente cómoda para poder quedarse, y donde la pelinegra pudo conseguir prestadas las cosas para poder bañarlos.
A Ahren ya se le había caído el cordón hace un par de días, pero a Yonely aún no. Aunque bien sabía la mayor que el hecho de que aún no se le hubiera caído no era un impedimento para poder bañarla.
Le habían dicho que el baño en los recién nacidos era más para formar un mayor vínculo afectivo con estos, que por higiene; así que por eso insistió un poco a Nega para que le ayudara, para que así aquello fuera un momento especial entre los cuatro.
Aunque el mogeko seguía algo frustrado por lo que paso el día del nacimiento de los pequeños. Quien sabe que les hubiera pasado si aquella enfermera no les hubiera avisado de había tropas de mogekos rodeando el hospital; quien sabe que les hubiera pasado si ésta no les hubiera ayudado a salir por la bodega del hospital; quien sabe que les hubiera pasado si la pelinegra no se hubiera percatado a tiempo de que unos cuantos mogekos aun los seguían; y quien sabe que les hubiera pasado si aquel... extraño, no hubiera aparecido de la nada para ayudarles. Si; todo había sido muy raro.
Se sentía inútil. Tenía su orgullo algo herido, así que, tal vez, el hecho de que pudiera ayudarla lo animaría un poco.
Casi ya todas las cosas estaban listas, ya había desvestido a los niños y los había envuelto a cada uno en una toalla sobre la cama. Yonaka miró a los pequeños. Empezaría con la niña por haber sido la que había nacido primero, así que ésta agarró a la pequeña para poder empezar a bañarla.
Yonely estaba bastante tranquila, solo se había quejado un poco cuando se estaba medio acostumbrando a la temperatura del agua.
Realmente, la cosa no era tan difícil, aunque a la joven se le complicaba un poco el hecho de tener que sostener a la pequeña todo el tiempo con una mano y limpiarla solamente con la otra.
Casi todo el tiempo, el ex guardián del VII piso no podía evitar sonreír al ver a la pelinegra chiquear a la niña. Eran bastante tiernas las caras y vocecillas que ésta ponía.
Pasaron tres, o tal vez cuatro minutos para que Yonaka sacara a Yonely del agua, y la cubriera con una toalla de color rosa. Recostó a la pequeña sobre la cama para así poder sacarla bien. La secaba de a toquecitos con la toalla, sobre todo las partes de la cara y el cordón.
El mogeko estaba sentado a la orilla de la cama, viendo con atención lo que hacía su esposa, para así en algún momento poder hacerlo él. Ella sonreía al ver lo interesado que estaba el contrario en poder ayudarla con los niños. Aunque no podía negar que aquella escena parecía más como si él fuera un niño pequeño que veía curioso lo que hacía su madre con su hermana menor.
La joven froto algo de crema en su mano para calentarla un poco y así no le molestara a la pequeña, aunque esto no sirvió de mucho, pues al empezar a masajearla, los llantos de la niña se hicieron presentes.
La ojinegra comenzó a arrullarla para tratar de calmarla un poco, y cuando lo consiguió, Yonaka la cubrió un poco con la toalla para después mirar a su marido, indicándole así que ahora le tocaba trabajar a él.
Éste tomo aire. Tenía que estar tranquilo. Como acabarían de bañar a los niños, y como no usaban talco, lo único que tendría que hacer era ponerles el pañal y el mameluco.
Miro el par de mamelucos: el de color rosa con orejas y cuerno de unicornio era el de Yonely; y el de color amarillo con orejas y pies de leoncito era el de Ahren... ¿O era al revés?
Bueno, como sea, mientras no les pusiera el pañal en la cabeza, todo estaría bien ¿No?
Nega, como pudo, comenzó a vestir a la niña, la cual aún seguía sollozando un poco.
Y entonces, de pronto, una risita se escapó de los labios de la ojinegra al escuchar a su marido hablarle a la pequeña: "Ya... ya... tranquila, corazón." Aquello sorprendió un poco a la joven. Al parecer no había tenido que insistirle al contrario para que chiqueara un poco a los mellizos.
Nega estuvo casi todo el tiempo hablando con la niña. Chiqueándola, así como lo hacía Yonaka.
La pelinegra tenía la mirada puesta en él, supervisando lo que hacía y tratando de ayudarlo un poco: "El cordón tiene que quedar afuera del pañal", "Cuidado con su cabecita", "Los chupetes están en la bolsa", "Ponle poquito perfume en el pijama". Yonaka trataba de no meterse demasiado, para que así él pudiera hacerlo solo, a la vez que ésta trataba de no reírse ante lo tierno de la escena.
La pequeña aun soltaba pequeños sollozos, más a medida que iba escuchando la voz de su papá, se calmaba de poco a poco, hasta el punto que cuando éste termino de vestirla, Yonely cayo rápidamente dormida.
Muy bien. Ya habían terminado con uno, y ahora solo tenían que hacer lo mismo con el otro.
Con Ahren fue más fácil, pues ambos ya estaban un poco más seguros de lo que hacían, aparte de que les ayudo bastante que el niño era un poco más tranquilo que su hermana.
Pero Nega tuvo que vestir al niño sin la supervisión de la pelinegra, pues ésta tenía que tirar el agua de las tinas, y devolverlas a quien se las había prestado.
Y por fin, después de un largo rato, los niños ya estaban dormiditos, uno junto a otro sobre el colchón. Mientras, sus padres acomodaban todas las cosas de estos.
Cuando terminaron, Yonaka por fin pudo caer rendida en la cama, junto a los mellizos. Se volteó para poder ver a sus pequeños ya limpiecitos. El mogeko se sentó al otro lado de la cama, dejando así a los niños en el medio. Veía a su esposa y a sus hijos con ternura. Ella al darse cuenta de esto le devolvió la sonrisa, para después tomarlo de la mano. Lo habían hecho bien.
Mas aquel hermoso momento de paz para ambos se vio interrumpido por los llantos de Yonely seguido por los de Ahren.
Si; era muy bello para ser cierto.
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¡Por fin he vuelto! ¿Me extrañaron? :3
He estado algo ocupada últimamente y aparte que no tenia mucha inspiración, pero al fin pude darme un tiempo y escribir algo.
Aun tengo varios pendientes así que no prometo que publique una nueva parte de esta historia pronto :v Así que disfruten esta parte porque no habrá más por un tiempo.
PD: Ya me arrepentí de ponerle Ahren al niño :v
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Children. «Mogeko Castle»
Fanfiction❝Ninguno de los dos imagino que ser padres sería tan complicado.❞ ⟡Derechos a Okegom/Funamusea. ⟡Yonely es propiedad de la artista OniShInu en DeviantArt. ⟡Serie de One-shots ⟡Menciones de The Gray Garden y Wadanohara and the great blue sea. ⟡Está p...