Capítulo 12

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Desde aquel día, en el que salio a revisar el perímetro del edificio, donde se encontraba su antiguo amigo y maestro.

No volvió a dirigir palabra con su hermano gemelo, desviaba cualquier intento de conversación que Shunsuke intentaba entablar.

A pesar de ser idénticos, en mas de un sentido. Sus personalidades, era un tanto diferentes.

El de el, serio, pero amable, a diferencia de Sarada, el se dejaba llevar por sus emociones, explotando con el mínimo insulto.

En cambio ella, era neutral y fría, no se inmutaba por nada, no prestaba atención a las emociones.

Eran como el fuego y hielo, tan diferentes. Pero aun así, eran hermanos, gemelos, de la misma sangre.

Una mas cálida que la otra, una mas fría que la otra.

El solo era 3 minutos mayor, siendo el mayor de los 2, pero siempre sabia que Sarada, era la que mas ocupaba ese lugar. Era valiente y sabia hacer muchas cosas, era decidida e inmutable, no le importaba nada mas que su propio bien y el de los suyos.

El envidiaba eso, deseaba tener esa actitud, pero por mas que entrenaba su cuerpo y mas fuerza adquiría.
Siempre terminaba salvado por ella, como en la primera misión.

No podía terminar con la vida de aquel hombre, sabia todo el mal que había cometido, pero era una vida.
Un impulso, relajó su postura, dándole ventaja al sujeto, este a punto de apuñalarlo, cayo muerto en un segundo.

Shun miro hacia atrás, como su gemela, con la mirada neutral, en sus ojos se mostraba determinación, a terminar con la vida de aquel individuo.
Su rostro tenía pequeñas mancas de sangre, pero no se inmutaba.

— Vámonos — ordeno, guardando su arma en una de sus piernas.

Recordó esa vez, y con mas fuerza y furia, golpeo el saco de arena que tenia delante.
A pesar de ser el mayor, siempre tenia que ser el, quien observará la espalda de su hermana menor.

Su deber era cuidarla, pero ella lo hacia mejor.

Era protegerla, pero ella lo hacia por ambos.

Y la única vez que intento ayudarla, fue un fracaso.
La misión se complicó, Kakashi, Sarada y el, fueron capturados por el enemigo. Pero en un acto desesperado, Sarada abrió la puerta de la furgoneta, lanzando a los dos hombres fuera del peligro.

Y ahí lo vio, esa pequeña sonrisa, esa mirada decidida.
Fue la ultima vez que la vio.

El vehículo desaprecio de la vista de ambos, los atacantes estaban mas pendientes de la niña, tanto que no habían captado el escape de los otros presentes.

Regreso al presente, termino de entrenar, salió del cuarto de entrenamiento y fue a darse una ducha.

Dejo el agua recorrer su ejercitado cuerpo, relajando sus músculos y su persona.

Mañana, era el día, en el que demostraría su verdadera fuerza a su hermana.

En el Festival Deportivo.

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El día había llegado, este festival se daba cada año, un fetiche de su director, Hiruzen.
Era muy fanático de los juegos de la antigua Grecia, solo que estos eran mas decentes y adecuados para los alumnos de su institución.

Era muy conocido en Tokio, incluso lo transmitían por televisión, era ya una costumbre de esa institución.

Sarada vestía su uniforme deportivo, al igual que los demás, caminaba decidida. Miro por encima de del gran estadio, se encontraba de cuclillas, evitando que los demás la observaran.

— 10 se encuentran entre el publico, dos en cada bloque — hablaba para ella misma, se quito los binoculares y entre cerro los ojos para mirar detrás de ella.

— El auto de escape esta oculto, el estadio esta rodeado por 15 hombres — miraba burlona por la poca seguridad que había.

Los subestimaban por ser niños, pero hoy nadie sería capturado, observo la gran mochila a su lado, con una sonrisa de medio lado la abrió.

Sus ojos carmín, tomaron un brillo.

— Gracias Kano, ver SnK sirvió para algo

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Shunsuke miraba a sus alrededores, buscando a Sarada, la competencia comenzaría dentro de poco, y tenia unas cosas que hablar con ella.

— Hey Shunsuke

Alarmado al escuchar su verdadero nombre, se volteo rápidamente hacia atrás, suspirando relajado al ver que no era nada mas ni nada menos que el estúpido de Boruto.

— ¿Que quieres? — contesto a la ofensiva, sonando grosero, pero le importaba un bledo.

— Hoy es el día en el que me las pagaran tu y la estúpida de tu hermana — habló con arrogancia, mas el peliplata solo lo miró burlón.

Paso a su lado sin importarle la declaración de guerra que le daba el rubio.

— Repitelo cuando barra el suelo contigo — fue lo último que dijo, para seguir su camino.

Dispuesto a reclamar la poca importancia, se volteo pero no lo encontró.
Chasque la boca y camino hacia sus amigos.

Ya se encargaría de ellos en la carrera.

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Sarada se encontraba delante de unas cajas, había ocultado todo cerca de la ruta de escape.

Ahora miraba con curiosidad los artefactos que se encontraban en las cajas, nadie de los demás alumnos, le habían tomado importancia.
Pero ella ya sabia el porque estaban ahí.

— Sarada

Volteo a mirar a su hermano, este la miraba con seriedad.

— Ganaré este festival, y demostraré que soy mejor que tu — revelo con seguridad, Sarada no se inmuto ni nada, no hubo un cambio su rostro neutro.

— Haz lo que quieras, no me interesa en realidad — eso le llego como una apuñalada a Shun — Pero si quieres ser mejor que yo — tomo una pequeña pelota y se la lanzo — Entonces sigueme el ritmo — finalizo con una media sonrisa.

— Lleguemos juntos a la final — ambos chocaron los puños nuevamente, arreglarían sus pendientes en la final.

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Naruto y su familia se encontraban sentados entre el público, esperando ansiosamente el comienzo.

— Mi hermano sera el ganador — comento Himawari con una sonrisa.

— Claro que lo sera — animo Hinata con una sonrisa.

Sasuke y Sakura también estaban ahí, fueron invitados por su querido amigo rubio, la pelirrosa había arrastrado a su esposo, un día fuera de la oficina y del estrés no le hacían mal a nadie.

Pero ahora el equipo 7, miraban con seriedad todo a su alrededor, algo estaba mal.

Sus momentos de pandilleros no fueron en vano, a pesar de que cuando eran jovenes, eran sumamente conocidos.
El Akuma Torio seguía presente, pero solo en el interior de ellos 3.

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Mebuki miraba con sorna a los dos peliplata, a través de una cámara que estaba en el cuarto de espera.

Ya se imaginaba la cantidad de dinero que le daría su estúpida hija, por el rescate de esos mocosos.

— Falta poco cariño — hablo Kisashi en el mismo estado que su esposa.

— Lo se cielo, lo se.

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⏰ Última actualización: Apr 09, 2019 ⏰

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