Capítulo 1

153 24 10
                                    


TOBIAS POV'S

El sudor corre por mi cara y casi todo mi cuerpo. El corazón me late muy rápido, los músculos de brazos y piernas me arden, duelen. Todo debido al esfuerzo físico.

Golpeo el saco de boxeo que se ubica frente a mi con toda la energía que aún tengo dentro, miro mis manos empuñadas y las puedo observar rojizas, casi llenas de sangre pero sin importarme el palpiteo que mi cuerpo sufre continúo con el ejercicio.

Los recuerdos de Tris. Mi tris. Vuelven a mi mente. Todo lo que pasamos juntos, desde que la vi por primera vez cuando cayó en la red, la primera saltadora. Hasta que la vi sobre la mesa, fría con sus hermosos ojos cerrados.

La rabia corre por mis venas, mis movimientos son más rápidos y bruscos, el saco vuelve con más fuerza y golpeo más duro aún. Caleb tuvo que morir en lugar de Tris. Ella rompió nuestra promesa, siempre lo ha hecho. Pero la amaré a pesar de todo.

Sin darme cuenta lágrimas corren por mis mejillas, ardientes y llenas de impotencia, rabia ante el recuerdo de su hermosa imagen. Quisiera besarla, abrazarla y nunca más soltarla.

Cuando no aguanto más pateo el piso y caigo de rodillas escondiendo mi cabeza entre las piernas, y lloro, lloro como cuando era niño después de que Marcus me golpeaba y pedía que mi madre regresara para que me consolara, lloro porque eso es lo que Christina siempre me dice, porque es lo que mi alma necesita según ella.

Si quieres llorar, llora. Es la mejor forma de desahogarse.

Y lo hago como nunca, hasta quedarme sin una sola lágrima, hasta deshidratarme y no poder más. Mis pulmones arden, la boca la siento seca y los ojos hinchados. Sé que mi aspecto debe de estar horrible pero no me importa.

Me levanto del suelo y limpio cualquier restante de debilidad. Porque Tris es mi única debilidad a pesar de los años.

Camino hasta el baño más cercano y lavo mi rostro con el agua fría que sale del grifo restregándolo con las manos. Miro mi reflejo en el pequeño espejo que está frente a mi.

No soy el mismo Cuatro de hace unos años, me veo demacrado y triste a diferencia de antes, que solía verme radiante y feliz. Tris murió y ahora yo estoy muerto en vida ya que gran parte de mi corazón y alma, se fueron con ella.

•••

Llego a mi departamento después de un día duro en la sala de entrenamiento. Sigo siendo instructor, me encargo de aquellos que quieren cuidar la seguridad de la ciudad como siempre lo he hecho y lo seguiré haciendo porque es lo que me gusta.

Entro al lugar y silencio es lo único que hay acompañado de la soledad, gran soledad. Camino hasta la habitación donde duermo actualmente dejando en el trayecto las llaves sobre la mesita de la sala.

Abro la puerta y todo se ve deprimente, solo la mínima luz que entra por la ventana ilumina la instancia. Quito mis zapatos mientras me dirijo hacia la cama y literalmente me lanzo sobre esta.

No estoy muy cansado como debería, ya mi cuerpo se ha acostumbrado a este agotamiento físico.

Tomo el control remoto y enciendo la televisión. Están pasando un programa de moda, chicas muy delgadas y altas con vestidos extravagantes caminan sobre una plataforma en forma de 'T'. Seguro a Chris le gustaría verlo. Suspiro. Si tan solo mi Tris estuviera aquí en este momento, podría ver todo lo que Chicago ha evolucionado tecnológicamente.

Mi celular suena. Bajo el volumen del aparato que se ubica frente a mí, y contesto la llamada de Zeke.

-Hola Cuatro ¿Cómo te va?- sonrío triste por su pregunta. Siempre es la misma.

Amor destinadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora