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Barrio chino- Gotham

Días después...

Otro día más de trabajo, esta semana había sido difícil. Mi madre se había aparecido después de mucho, sin mencionar que ahora mi padre ya sabe de mi, vaya mierda. Pensé en verdad que estar en Gotham no iba a ser tan difícil y pasaría desapercibida, pero al parecer no.

Estaba recargada sobre la barra dibujando, algo distraída, Inarí se encontraba cocinando, Yuga al parecer habia ido a atender unos negocios en la parte de atrás. En el restaurante no había muchos clientes como otros días, estaba tranquilo hasta que la campanilla de la puerta sonó haciendo notar que un nuevo comensal llegaba.

-Odette-llamó mi atención-Puedes ir a atender al cliente, por favor-lo mire y después voltee a ver al que me señalaba

-si, está bien-asentí, tome sin muchas ganas la libreta para escribir su orden y me dirigí hacia él, se sentó viendo hacia la calle lo cual me impidió ver su rostro. le mire un poco y pude notar su ropa, lucía algo elegante y vestía formal lo cual me pareció algo extraño ya que gente de esa clase no acostumbra a venir por aquí.-Hola, buenas tardes. bienvenido a Tiāntáng ¿que desea ordenar?-Pose mi mirada sobre mi pequeña libreta sin tomarle mucha importancia al sujeto, no me contestó he inmediatamente voltee a verlo llevándome con una gran sorpresa. -Mierda...

- También me da gusto verte-dijo sarcástico.

-¿Que haces aqui?-pregunte molesta, sabía quién era ese hombre mi madre me lo había mostrado con y sin máscara.

-Vengo hablar de buena manera- volvió a su misma seriedad. Era mi padre, lo que me faltaba. voltee hacia la calle y justamente estaba un automóvil aparcado afuera y un señor que parecía algo mayor, supongo que era el mentado mayordomo que siempre mencionaba mi madre.

- Si, bueno yo no tengo absolutamente nada de qué hablar, así que si nada mas viniste a molestar-Señale la puerta-vete, tengo demás clientes que atender-el levanto una ceja mirando el restaurante medio vacío, y si en realidad no había muchos-ok, no hay mucho clientes, pero no quiero hablar así que ¿vas a pedir algo?.-golpee la pluma con la libreta que hacían un sonido algo molesto-Mi jefe va a regañarme.

-Odette vamos a hablar, si eres mi hija lo comprobé y las pruebas...-lo interrumpí.

-¿Pruebas?-rei con ironía-¿No le creíste a mi madre, verdad? Era de esperarse del señor Wayne.-negué, sin poder creerlo.

-Si, no podía dejar esto suelto-Explico aún sentado.-Si eres mi hija

-Obviamente lo soy-dije molesta, que se creía al decir eso. -No mintió-bufé y es que mi madre podría ser cruel pero nunca decía mentiras...bueno no tantas.

-Es que con tu madre nunca se sabe.

-Si te entiendo-aceptaba que esa señora era alguien de cuidado-Aparte yo no tengo ni siquiera la necesidad de haberte mentido, no es como si después de eso te hubiera pedido dinero o algo.-me tranquilice, no tenía porque ser así.

-Si, comprendo eso, pero sabes ya es momento de hablar...

-¿Hablar?-levante una ceja-¿No es lo que estábamos haciendo?-rei levemente.

-Bueno si-Sonrió igual, Pero volvió a su seriedad-¿Puedes sentarte para hablar mejor?-Señalo el asiento enfrente suyo. Me quedé pensando un momento, no me costaba nada escucharlo, debo de admitir que desde que llegué aquí era lo que quería hacer.

-Esta bien-dije resignada-Tomaré mi hora de descanso, espera un momento.-asintió, yo me fui hacia la cocina y le dije a Inari que tomaría un momento el aceptó puesto que en realidad no había mucho que hacer. Me quite el delantal y lo coloque en el perchero, tome dos sodas del refri y camine hacia donde estaba mi padre.-Bien-le extendí una lata de soda, mientras me sentaba-¿De que quieres hablar?.-Me acomode bien enfrente suyo mientras abría mi refresco.

Sin máscarasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora