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Busque por el lugar mas no había nadie, después de unos segundos analizando que mierda había pasado baje a la cocina con Jisoo. 

-Hola noona. 

-¡Jeonghan-ie! Que bueno que llegas, ¿me ayudas a poner los platos?

-Claro, ¿quienes vienen?

-Los amigos de Seungcheol, tiene unos proyectos que terminar de el colegio para el lunes, y no los han hecho. 

-Oh comprendo, iré a poner los platos mientras termina esos. 

Tomé dos platos hondos que tenían pasta rellena de algo que no conocía y bañados en salsa blanca con especias que obviamente no conocía, con hojas encima para adornar. La mesa estaba puesta para seis personas, comencé a acomodar los platos sobre los manteles, y regresé a la cocina, tomé otros dos, y los acomodé de la misma forma que había hecho con los primeros, cuando iba a volver salió Jisoo con los últimos dos y los puso en los lugares faltantes. 

-Cuando lleguen los amigos de Seungcheol ¿podrías pasar a ofrecer las bebidas?

-Claro, ¿que les ofrezco?

-Pregúntales si quisieran vino, o agua de pepino con limón. 

-Ok, ¿usted no va a comer aquí Noona?

-No cariño, yo salgo siempre a comer con mi esposo. 

-¿Y Minho Hyung?

-El se va al medio día, ya que por lo general los Señores de la casa no están en las tardes. 

-Ohhh, okay, adios Noona. 

Me despedí de Jisoo con un abrazo y me senté en los bancos que había en la cocina. Cuando Jisoo cerró la puerta de la casa inmediatamente se volvió a abrir. Salí de la cocina para ver a la puerta. 

-Noona, ¿olvidó algo?

Me llevé una sorpresa cuando vi que no era Jisoo, sino unos chicos que no conocía. Tenían entre 17 y 20 años y todos me miraban confundidos, y yo a ellos. Entonces Seungcheol apareció detrás de ellos. Entonces recordé que debía presentarme, pues seguía en el trabajo. Por lo que hice una reverencia. 

-Buenas tardes, mi nombre es Jeonghan, cualquier co-cosa que necesiten me la pueden pedir. 

Mis mejillas estaban rojas de nuevo, la mirada de los cinco chicos frente a mi era intensa, todos intentaban descubrir que demonios estaba mal conmigo. Entonces el chico de orejas peculiares y corte de cabello cuestionable susurro a Seungcheol, aun que no muy bajo, por lo que aún pude escucharlo. 

-No sabía que tenías a un chico nuevo trabajando aquí. Esta para comérmelo. 

Mis mejillas se pusieron aun mas rojas mas intenté ocultarlo con mi cabello hacidendome instintivamente hacia atrás. 

-Hao idiota, lo pones incomodo. Además tienes prohibido volver a coquetearle a los empleados aquí, ya tres se han ido por ti. 

-Tranquilo hombre, solo bromeo. 

Un silencio se plantó en el lugar, no era incomodo, simplemente nadie sabía que decir. Y luego lo recordé. 

-Ah, Señor la comida e-esta lista, ya pueden sentarse, y en un momento pasaré para anotar que be-bebidas quieren. 

Me hice a un lado dándoles paso a el comedor y ellos pasaron dejando las mochilas de diferentes diseñadores cobre los sofás que había. Se sentaron y cuando se acomodaron para comer salí con una pequeña libreta para que no se me olvidara nada. 

-¿Que-qué quisiera de tomar?

Pregunté a el mismo joven de orejas peculiares, quien me miró directo a los ojos, pero ya no se forma coqueta, simplemente era neutral. No podía leer sus expresiones. 

-Para mi sería una copa de vino tinto, no importa cual. 

Anoté rapidamente lo que pidió y seguí con el chico a su lado, era algo, demasiado, cuando hablaba sus colmillos salían, pero no se veía aterrador, si no muy dulce. 

-Para mi sería uno igual al de él. 

Señalo al primer chico y anoté un "dos" junto a lo que había escrito. Después seguí con el chico salido y callado junto a ellos, llevaba gafas circulares y se veía muy sofisticado. 

-Para mi agua de pepino con limón. 

Lo anoté y continué dando la vuelta, el último chico que no conocía tenía el cabello rizado y su cara parecía la de un bebé. 

-Para mi sería agua natural con un poco de hielo por favor. 

Era muy amable y expresivo, anoté el pedido y terminé con Seungcheol. 

-Para mi también un vino por favor Hannie. 

-Claro Señor,  en seguida tra-traeré lo que pidieron. 

Fui a la cocina y serví todo lo que me pedían, lo puse todo en una bandeja para no tener que hacer varios viajes y salí. Acomodé las bebidas frente al dueño de estas y cuando terminé puse la bandeja en vertical junto a mí y hablé. 

-Si necesitan algo más estaré en la cocina, solo ne-necesitan llamar. 

Hice una reverencia y estaba por irme cuando Seungcheol habló, tal vez se le había olvidado pedir algo. 

-¿No comerás?

-Si, lo haré en la cocina. 

-¿No quieres sentarte ahí?

Señaló el asiento junto a él, donde aún había un plato, pero no una persona. 

-¿No falta alguien?

-No, este es para ti. 

-No quisiera incomodar Señor, puedo comer en la cocina.

-Anda siéntate aquí, sírvete algo de beber y ven con nosotros. 

Iba a negarme de nuevo pero recordé que el era mi jefe, y debía obedecer todas las indicaciones, era mi deber. Por lo tanto fui por un vaso de agua natural y me senté con ellos. Todos tenían un pañuelo en las piernas por lo que hice lo mismo. Comencé a comer con algo de duda acerca de lo que era, más cuando lo probé me encantó. Inmediatamente comencé a comer de forma desesperada provocando que las miradas de todos fueran a mí. 

Mis mejillas se pusieron rojas junto con mis orejas de la vergüenza, deje los palillos en la mesa, limpie mis labios de la salsa que quedó en ellos. Hice una pequeña reverencia y hablé.

-Lo siento mu-mucho, si les incomoda yo pu-puedo comer en la cocina. 

Comencé a levantarme junto con mi plato cuando siento que alguien pone la mano en mi brazo para que me siente de nuevo. 

-Claro que no nos incomoda, puedes quedarte. 

Me senté de nuevo y volví a comer más pausadamente, intentando no avergonzarme aun mas. Cuando Seungcheol quitó la mano de mi brazo la bajo y la paso por una de mis piernas haciendo que diera un brinco y mis mejillas volvieran a ser rojas. En respuesta el simplemente sonrió de la orgulloso de lo que provocaba en mi. 

Si Señor... [JeongCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora