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Llamé al número que aparecía en el anuncio y después de tres timbres una voz femenina contesto del otro lado. Por la voz podía deducir que era una mujer entre los 40 y los 50 años.

-Buenos dias, ¿quién habla?

-Ammm... B-buenos dias, hablaba por el trabajo para la limpieza de la casa Choi.

-Ah si, claro. ¿Estas preguntando para alguna chica que conozcas?

-Ammm... No, lo pregunto para mi.

-Oh, lo siento, no esperábamos a un chico que se ofreciera para este puesto. Le comentaré a la Señora de la casa y te devolveré la llamada en unas horas.

Dos dias después

Estaba frente a la entrada de una enorme casa de tres pisos, con paredes blancas, ligeras columnas verticales en dorados, ventanas en el segundo y tercer piso, mientras que el primero tenía varios ventanales alrededor de este. Una enorme puerta color chocolate frente a mi de al menos dos metros de alto y uno de ancho. Toqué el timbre junto a la puerta y espere. Segundos después esta fue abierta por un hombre de ms de 30 años pero no menos 40. Llevaba unos pantalones de vestir, una camisa de botones blanca y un chaleco que combinaba con el pantalón.

-Buenos dias, ¿necesita algo?

-S-si, la Señora Choi me contrato para la limpieza de la casa.

-Ah si, comento algo de eso. Pasa.

Entré detrás de él. La casa era aun mas grande por dentro de lo que se veía por fuera. El techo llegaba tan alto como el de el segundo piso, lo primero que se veía al entrar era una pequeña estatua de porcelana blanca sobre una mesa donde se dejaban las llaves, lentes, y cosas por el estilo. A la derecha había unos sillones color azul oscuro que quedaban con los azulejos color crema en las paredes. Junto a estos había una escalera de caracol con barandajes cafe, y azulejos del mismo color.

Al seguir caminando se veía una mesa de cristal con seis sillas grises alrededor de esta, a la izquierda una puerta de madera color cafe claro, y por ultimo unos ventanales de cristal que daban al patio, y a una pequeña alberca para 5 personas. Entré a la cocina detrás de el hombre que abrió la puerta, y dentro de esta había una mujer, que suponía era la que había contestado mi llamada. Tenía el pelo negro con algunas canas comenzando a notarse, usaba unos lentes delgados que hacían ver sus verdes ojos más grandes. Era bajita y algo robusta, pero bastante sonriente.

-Hola cielo, lamento lo de la llamada.

-E-esta bien, no hay problema.

-Escucha, la limpieza ya esta hecha por hoy, pero como seguro sabes también debes ayudar con cosas pequeñas, puedes ayudarme en la cocina si quieres.

-Ay... N-no se cocinar.

-Entonces estarás con Minho atendiendo a los Señores y al Niño de la casa.

-¿Niño? ¿Cuantos años tiene?

La mujer que me estaba guiando abrió la boca para hablar pero una voz masculina lleno el ambiente, una voz que evidentemente no era la suya. Esa voz venía de detrás de mi, haciendo que, por reflejo, me diera la vuelta.

-Diecinueve años.

Era algo mas alto que yo, el cabello negro le caía sobre los ojos en unas ligeras ondas que solo estaban para agregar volumen, tenía los cafe y pestañas largas, los labios eran abultados y tenían un tinte rosa bastante intenso, llevaba dos aretes de aro pequeños color plata, y uno mas arriba color negro. Llevaba una playera blanca y sobre esto una chaqueta del mismo material que los jeans color azul claro, y unos pantalones negros, junto con unos tenis negros con detalles blancos. Era alguien, sin duda, hermoso. Baje la vista para mostrar respeto he hice una reverencia.

Si Señor... [JeongCheol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora