Me quede de pie sin decir nada unos cuantos segundos hasta que termine de comprender lo que dijo.
-¿Por qué?-cuestione.
-No tengo porque contestar, si no quiere afectar la amistad entre nuestras familias hará lo que dije.
Ya me había cansado de esa conversación así que me limite a asentir.
-Bien
Ella siguió caminando hasta el establo. Cuando subí a mi caballo ella hizo una seña para que no avanzara.
-¿Qué ocurre?-pregunte
-No tome a mal lo que dije, solo que si se encariña con ella correrá peligro.-dijo en tono quebrado y con la mirada baja.
Recordé lo que Eleanor me había dicho de los vigilantes y asentí.
-Creo que comprendo-dije de manera convincente.
-Mande mis saludos y bendiciones a su hermano.
La gente quería mucho a mi hermano así que no le di tanta importancia. Ese fue un grave error.
-Él no se encuentra en el país ahora- al oír eso Caroline frunció el ceño-pero en cuanto regrese se lo haré saber.
Ella asintió decepcionada.
-Hasta luego señor Lutwidge
Ajuste las riendas y avance a todo galope hasta mi hogar. Cuando llegue todos los criados estaban afuera de la entrada en una línea delante de un carruaje. Baje del caballo y avance hacia el carruaje.
Solei estaba entrenado para volver solo al establo, estaría bien. En cuanto a mi, no podía estar tan seguro.
Se suponía que esa persona llegaría hasta el anochecer. Me acerque a grandes pasos y me encontré cara a cara con él.
-Xerxes-hablo el hombre fornido de cabello negro como el mío y ojos verde esmeralda.
-Padre-dije- llegaste.
-Parece que tu costumbre de decir cosas obvias no ha cambiado, Xerxes- contestó fríamente.
-Se suponía que llegarías hasta la noche-argumente nervioso.
-Terminé mis asuntos antes de lo esperado-dijo con desden- aunque tu no pareces muy feliz de verme-afirmó irónicamente.
-En absoluto padre-contradije con la cabeza gacha.- Bienvenido.
Padre hizo una mueca de desaprobación y dandose vuelta entro en la mansión seguido de algunos sirvientes que llevaban su equipaje .
Me quede en la puerta, mientras los sirvientes se dispersaban para volver a sus tareas.
Al no tener animo para entrar decidí ir al sendero que llevaba al bosque.
Recordé a mi hermano, que había partido al país vecino, Hansport, para conseguir una medicina efectiva contra la enfermedad de madre. James había marchado con él, por lo cuál me encontraba completamente sólo.
Sólo me quedaba Eleanor, una joven que llevaba un día de conocer, pero que hacía que me sintiera ligado a ella, al punto de necesitar estar a su lado.
Su esencia misma era misterio, y generaba dudas en mi que requería responder.
Entonces pensé en Caroline y en lo que había dicho: "si se encariña con ella correrá peligro". ¿Qué quería decir con eso?¿Acaso me dañarían si no me alejaba de ella?
No, no era eso. Caroline habló como si fuese una advertencia, no una amenaza.
Entonces ¿qué era lo que me haría correr peligro? ¿Qué? Un único pensamiento invadió mi mente.
-Los vigilantes.
Se oyó un sonido a mis espaldas. Giré buscando la causa de aquel ruido pero no encontré nada, solo ramas y hojas de árboles.
Me levante. Era momento de ir a casa. No tenía porque hacer enfadar más a padre.
Camine despacio, mirando alrededor. No podía quitarme la sensación de que me estaban observando. Corrí.
Escuche más movimiento detrás mio y justo cuando llegue al fin del sendero, giré para encontrarme con...¿el bosque? Supuse que era paranoico, volví la vista hacia mi casa.
Estaba frente a mi. Una silueta oscura envuelta en una capa negra con la capucha puesta.
-Tu, Xerxes Lutwidge sabes demasiado-dijo una voz femenina- Alejate del espejo de almas o las consecuencias serán severas.
No sabía que decir, estaba paralizado.
-Los vigilantes no nos apiadaremos de quien interfiera en nuestra misión.-prosiguió la vigilante que por su timbre debía tener más o menos mi edad.
-¿Por qué he de alejarme? - le desafíe en un destellante momento de osadía.
La vigilante dio un paso atrás, como si le hubiese abofeteado, pero no tardo en volver a su pose inquisitiva.
-Si ese es tu deseo.-concluyo la vigilante en una última frase.
Un aire arremetedor me empujo hacia atrás, cerré los ojos con fuerza esperando la muerte segura, pero por un segundo no ocurrió nada. Después fueron dos.
Abrí los ojos lentamente, y vi...nada.
La vigilante había desaparecido.
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Espejos de Almas
Mystery / ThrillerNo son pocas las ocasiones en que las que se reflexiona sobre uno mismo, su existencia y el valor de la misma. Reconociendo nuestro ser a partir del conocimiento del otro. ¿Qué es el otro más que aquello que no somos? Este mismo refleja de manera in...