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Te has puesto a pensar ¿Cuándo empieza a nacer amor por una persona?

Es tan complicado porque podría nacer por diferentes razones.
Ya sea el amor de una madre que nace al ver el fruto de su amor con su pareja teniéndolo en brazos y sabiendo  que lo cuidará toda su vida, es más, ese pequeño ser que salió de ella  será su vida de ahora en adelante; o el amor que se le tiene a alguien que ha dado todo por ti, que ha sacrificado su orgullo y dignidad simplemente porque te ama; el amor de un hermano que comprende, escucha, apoya y regaña; el amor de un amigo que se preocupa por si tu estabilidad emocional está bien y hasta se convierte en tu ¨confidente¨ con tal de poder escuchar tus problemas y saber cómo ayudarte; el amor de alguien que se enamoró de ti y se transforma en parte de tu vida, parte de tus sentimientos, parte de tu confianza, parte de tu mundo.

Cada persona que conocemos despierta sentimientos en nosotros, la mayoría de esas personas despiertan un tipo de amor diferente en nuestro sentir.

Quiero remontarme a cuando era un niño, empezar a narrar esto desde que no sabía lo que era ¨el mundo¨ siendo tan inocente como un pequeño animal que solo se guía por su instinto.

Nací el 21 de enero, mis padres decidieron llamarme Sebastián por la razón de las fiestas en honor a ¨san Sebastián¨   pero siempre me gustaba pensar que mi nombre sería único y conocido por muchas personas, no solo por llevar el nombre de un santo… fui al jardín de niños, donde viví lo que llamaría ¨amor pasajero¨.

Es normal que tus padres se hagan amigos de los padres de uno de tus amigos; en mi caso fue de una de mis amigas pero en ese momento jamás llegué a pensar que comenzarían a emparejarnos como perritos… solía hacer mis deberes junto con ella en su casa porque mis padres no vivían juntos y trabajaban a horas completas, supongo que eso ayudó a que mi relación con ella fuese una amistad muy cercana; no puedo decir que me enamoré de ella o que alguna vez estuve enamorado de ella, díganme, cuando somos niños ¿a quién le gustaría o se enamoraría de una niña mocosa a la cual te metía en pena porque decía que yo le había pasado los piojos? Y yo sigo pensando que fue ella quien me los pasó a mí; tampoco puedo decir que no pasó nada entre ella y yo, porque aunque fuésemos niños, vivimos muchas experiencias; si más lo recuerdo se llamaba Diana, era muy linda, rubia, ojos color verde, un total y completo encanto; mis padres solían llamarla ¨muñequita¨ o ¨Barbie¨ pero un poco después con el  tiempo comenzaron a llamarla como ¨mi novia¨ aunque no recuerdo que hubiésemos sido algo más que simples amigos.

En una ocasión ella me presentó un sentimiento que me siguió toda mi vida, ¨los celos¨, sucedió así:
Fue en su casa una tarde que terminamos los deberes temprano por lo que fuimos a jugar al patio de su casa, su casa era muy linda; estaba dividida en tres secciones (una  casa muy grande, un patio de tamaño medio como de unos 500 metros cuadrados y otra casa que alquilaban) me sentía muy cómodo al jugar con ella, era realmente emocionante tratar de masticar 5 gomas de mascar ultra ácida al mismo tiempo y hacer caras raras mientras uno se reía del otro, pero esa vez al terminar de hacerlo, llegó una visita y su madre me presentó a la prima de Diana,  Cristal, la recuerdo muy bien, porque ella si me gustó… era la niña ideal, su cabello no era rubio, si no castaño, sus ojos eran marrones, y era muy precavida, supongo que Diana inmediatamente notó que yo me estaba tomando mucha confianza con la nueva invitada; como al día siguiente iniciaban las vacaciones semestrales su prima se quedaría con ella por lo menos una semana y recuerdo que en esa semana ocurrieron dos cosas muy extrañas, la primera fue que Diana estuvo muy pegada a mí y me trataba de una forma distinta; ya no era la niña que siempre quería golpearme, esta vez era una niña más tranquila que compartía todo conmigo y lo segundo fue que yo sentía algo nuevo con respecto a cómo veía a las niñas.

-Quiero jugar a la cocina contigo Sebas- decía Cristal cuando se aburría.
-¡No! Mejor veamos la tele- decía Diana al instante para que no jugara con Cristal.

Eran momentos así los que viví por esa semana pero me gustaba y al mismo tiempo me preguntaba qué le sucedía a Diana… en parte me preocupaba.

Al final de esa semana fui muy rápido donde Diana para ver a Cristal y despedirme de ella. Pero cuando llegué me dijeron que se fue muy de madrugada pero que me había dejado algo; revisé y era una cajita con una carta adentro, la cual decía que se había divertido mucho pero que se iría a vivir con su padre por cuestión de divorcio, me prometió que volvería el siguiente año y que me escribiría cartas hasta que volviéramos a vernos.

Esa fue la única carta que recibí de ella y jamás volví a verla… o a saber algo sobre ella, no me molesté en preguntar sobre ella, creo que siempre acepté el saber que no volvería a verla.

Después de ello Diana volvió a comportarse de la misma manera que lo hacía siempre, me sentía tranquilo de que todo volviese a la normalidad, mí pequeño mundo siguió siendo el mismo, hasta ese entonces cuando empecé a descubrir cómo el mundo giraba alrededor de lo ¨superficial¨.

Todo por ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora