Todo por ella

II

Cuando uno está en la edad de la niñez no valora muchas cosas que realmente en un futuro hacen mucha falta, por ejemplo, ahora en mi día a día extraño el sentir aquellos regaños que me daba mi abuela por discutir con mis hermanos; o despertar cada mañana con la esperanza de ver a la maestra que me resultaba atractiva en mi salón.

Suelo pensar en ella muy a menudo creo que me marcó, se llamaba Anielka, ella era una mujer de por lo menos unos 25 años, claro, para aquel entonces yo tenía 7 años; era muy linda, su cabello era oscuro y liso, sus ojos eran marrón oscuro, su tez era muy blanca y por su cuerpo podría decir que hubiera vívido mejor trabajando como modelo que como profesora.

Gracias a la madre de Diana que se hizo muy amiga de la profesora, pasé mucho tiempo extra después de clase con la profe, por lo que recuerdo la profesora solía contarle a la madre de Diana sobre sus amores fallidos; en ese entonces me preguntaba ¿por qué la profe si es tan linda… no puede tener a alguien que la ame como ella quiere? Hoy en día yo mismo puedo responderme esa pregunta.

Su mayor sueño era casarse y tener una familia perfecta, pero por lo que ella contaba sus amores no tenían en mente el ¨compromiso¨ solo querían comprar ¨globos¨ en vez de rosas…
Era muy dulce creo que no era el único de sus alumnos que la miraba de esa forma, creo que hasta algunos de los padres la miraban de la misma forma. Recuerdo que ella le gustaba mucho dar las materias, solía decir ¨Luchar no es solo enseñar, si no también es educar¨.

Para aquel entonces el que me gustara una profesora era una normalidad, fue la única vez que me ocurrió, no puedo decir que en realidad estuviese enamorado de ella, porque en esa época que fue dos años después de haber conocido a Cristal; me había empezado a gustar una niña del salón de al lado, solo la veía en la hora del almuerzo pero si me sentía atraído a ella; su nombre era Deyling  y creo que es la primera vez que hablo de ella en mucho tiempo… podré hablar de ella después.

La primera muestra de amor real que pude observar en persona fue cuando un pretendiente de mi profesora se le confesó en horas de la tarde, cuando solo estábamos Diana y yo en el salón con la profe.

-Anielka, necesito hablar contigo- le dijo el pretendiente muy serio, se le podía notar a leguas que estaba a punto de explotar de nervios.

- ¿En qué te puedo ayudar? –contestó la profe acercándose a el marco de la puerta donde él estaba apoyado.

-siento que es hora de decirte algo importante *se apoyó sobre una pierna y le dio una cajita*-  en cuanto le dio la cajita se levantó rápido y le dio un ramo de flores. 

-yo, yo realmente, no siento lo mismo- dijo la profe devolviéndole la cajita sin siquiera abrirla.

El pretendiente se levantó y dijo ¨no pienso darme por vencido¨ después de ello el pretendiente esperaba a la salida a la profe todos los días.

Al terminar ese año escolar, la profesora Anielka se mudó de hogar y también dejó de trabajar de maestra en el colegio donde estudiaba. De lo último de lo que me enteré fue que se casó con ese pretendiente y compraron una casa muy grande,  que tuvieron 2 hijos; lastimosamente sus hijos nacieron con problemas, el primero nació con síndrome de Down y el segundo tuvo complicaciones a la hora del parto y le faltó oxígeno  en el cerebro…
Ella está muy feliz, como toda madre ella ama a sus hijos y da su vida por ellos pero a su esposo le costó aceptarlo, creo que a todos nos pasaría lo mismo…

A veces las cosas no salen como uno quiera, la verdad nunca salen perfectas simplemente uno tiene que adaptarse a lo que se le presenta, no hay otra opción y si la hubiese habría más oportunidades de perderlo todo que de ganar algo exactamente; así es la vida, así es de cruel el mundo…
Pero no todo es tan malo si estamos con la persona que amamos, esa persona que es nuestro apoyo, que no nos dejará solos nunca, que podemos sonreír sí esa persona está con nosotros; no es fácil encontrar a alguien que ames y que también te quiera amar.