Capítulo 6: CÁLLATE A TI NADIE TE TOMA EN CUENTA

2.5K 212 16
  • Dedicado a Sharon Huilca
                                        

JESS

Mi mandíbula había llegado a china y por las mismas la regresaron de vuelta.

—Nos vemos el miércoles Señorita Maxwell —dijo el Pinche Pepito mientras cruzaba el lumbral de la puerta de salida de nuestro colegio despareciendo como si no hubiese pasado nada mientras cierta Vi se quedaba con la boca abierta y con su mirada pasando de cierto putito hasta mí. 

¡No me lo puedo creer! Esto no me puede pasar el primer día de clases ¡Ya llévame Diosito! 

—Bueno...—dijo el cabeza de algodón mientras mi misma cacheteaba a mi consciencia para despertar y hacer frente a este nuevo problema— Nos vemos hoy en la tarde, tranquila no es necesario que me des tú dirección ya que vivo al lado. Adiós Vi —se despidió —Y  alumna — dijo para finalmente largarse. 

Seguía sin poder creerlo sin embargo no podía hacer otra cosa que aceptarlo 

¡Por tercera vez en el día! ¡Maldita sea!

—Jess —escuché una voz lejana —Sólo...respira.

Ese maldito ¡Maldito bastardo!

—Tranquila, te estás poniendo roja y ahora azul recuerda que tú odias el azul.

Esa cosa normal y pegajosa. Feo, apestoso, oloroso, repugnan...

—¡Jessyca Valery Maxcel Barragná!¡O respiras de nuevo o te juro que agarro tu celular y borro Not Your Barbie Girl de tu lista de canciones clandestinamente descargadas! ¡Y Barbie Girl también! —dijo Vi.

A veces odio que conozca bien mis puntos débiles

—¡Okay! —levanté mis manos en son de paz—Me calmo, es sólo que...

—Lo sé, te hace verde —dijo Vi mientras tomaba su maleta y me pasaba la mía —Es hora de irnos, el carro de tu papá está esperando —señaló —Y tengo hambre.

Nos miramos y por una extraña razón nos reímos. No era momento de risas ni de pánico tenía que efectuar un plan en el tiempo que nos tome llegar a casa.  

Llegábamos al carro y al llegar al pequeño parque de la ciudad, o a uno de sus pequeños parque Vi y yo pudimos ver algo interesante...

—Ahí está, ahí está — dijo Vi dando pequeños saltitos en su puesto. 

Tal vez este día no tenga que acabar tan mal...

—¡¡Papi!! ¡¡Acelera!! —dije.

Llegamos a la esquina.

—Una —conté.

—Dos —siguió Vi. 

—¡Tres! —dijimos juntas. 

—¡¡¡Sharon!!!— gritamos haciendo que nuestra amiga saltara y se detuviera en media calle con cara de espanto, miró a todas partes y luego reparó en nosotras y diciendo algo, que yo trate de adivinar con mi estupenda habilidad de leer labios fue como: ¡Hijas de su pura madre! o algo por el estilo. Se puso recta y siguió caminando, pero al dar un pasó, un carro pasó y casi la atropella, y ese mal nacido hijo de la grandísima muralla china era mi papá e.e 

Vi y yo nos moríamos de la risa mientras papá se ponía todo rojo por casi atropellar a nuestra compañera y amiga. 

—Ahora -dijo Vi recuperando el aire mentiras se sujeta el abdomen. Ambas nos miramos con cara de ¡Exaaactooo! 

Tomé el mini parlante del coche que hace solo un par de meses lo habíamos instalado.

—¡Hay Dios! — dijo mi padre cuando vio  nuestras intenciones —¡Otra vez no! —dijo mi ya rojísimo padre, con sus orejas hechas bolitas mientras subía su ventana.

Normal vs AnormalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora