En algún lugar del mundo estaba entrando la primavera, buscando algunos materiales para la preparación de unos cócteles, su amiga la de la moto, le dijo que no se moviera de la feria de comida, solo dio unos pasos más, dicen que cuando una persona se va del país, la vez en todos lados, ella veía a su prima unas tres veces por semana, reconocía el cabello largo y esa estatura en otras mujeres, con la falta de lentes, solo esperaba que su ubicación cambiará de inmediato, que su prima le diera instrucciones una vez más, que por muy molesta que pudo ser, extrañaba a su hermana mayor, entre el mundo de la imaginación y la realidad, esa mujer pasó por un lado con su teléfono, tenía un café en la mano, al mirar en función de la dirección, pudo ver a un joven extender un vaso de café, no escuchó lo que decía, las pecas de su rostro presionaban su garganta, el joven notó que su compañera de trabajo le hizo una seña, sus pulmones la estaban dejando sin aire, cuando la mirada de este chico se posó en sus ojos, alguien le murmuraba que si quería un café, pero ella solo estaba allí sin poder decir nada. Algunas veces, las flores se asoman en la primavera, no sabía cuando crecían las mariposas, habría que esperar unas cuantas primaveras, para saber si romper el capullo.
°°°
Las relaciones eran pasar tiempo pensando en el bienestar del otro, hace un año había terminado una, habían sido 5 años, todos estaban tan sorprendidos y adoloridos con aquel acontecimiento, pero ella era un caso aparte, algunas cosas no dolían, por que se duele más cuando es el principio, el fin forzado de algo, es como pensar que las personas están en un viaje, en cambio, Diego tenía una relación que era y al parecer no era también, era una ex compañera de la escuela básica, estaba saliendo o quizás solo estaba en un dolor, así lo definía, ''El amor no termina bien'' y decía esas palabras muy en serio, sacar especulaciones sobre el asunto era y siempre ha sido una perdida de tiempo.
Las cosas dieron un giro inesperado, se solicitaba personal para trabajar en un café cerca de un centro comercial, la misma parada, el mismo bus, la misma ciudad, la misma hora, serían testigos de que al bajar de ese bus, Amanda y Diego se encontraran, ella se dio cuenta de su presencia, era algo normal verle por los momentos, mientras que él, se percato de que había visto a esa chica en alguna parte, cada quien tomó su camino al trabajo, el a la siguiente parada cruzando la calle, y ella al centro comercial más cercano. Dieron las 02:00 pm, Diego servía un café y al entregarlo, otra mujer del otro lado mirándolo, era muy común que lo hicieran, pero recordó que esa no era la primera vez que le pasaba algo como eso, el rostro de esta mañana no lo dejaba en paz, porque a esa hora ya lo había olvidado, pero algo le decía que se trataba de la misma mujer de hace semanas.
La hermana de Diego tenía 15 días en Perú, ya había conseguido trabajo, y cada vez que veía una mujer de cabello largo, y ojos claros, la recordaba, odiaba que no pudiera hablar con ella siempre, ella tenía 19 y el 18, eran muy cercanos. Todos tienen a alguien a quien extrañar.
Ella le decía que no se preocupara, que para diciembre él estaría en Perú también, el tenía todas las oportunidades, era un Barista con experiencia, carisma, edad y energía para trabajar.
La reunión.
Un taller de Barismo tenía hora, lugar y fecha. Se trataba de ''Arte latte'', las personas comenzaron a llenar el hotel, eran horas organizadas por ser un oficio muy popular en estos días, cada persona tenía sus insumos para practicar, Diego y Amanda estaban allí, pero el el profesor exigía tanto, que no hubo manera de voltear a ver las demás personas, las figuras básicas salieron, hacer un gato le costaba tanto a Amanda que el profesor le alzo la voz, hasta que le pudo salir, ella solo estaba consciente de su error, era muy lenta con las manos, pero sin querer todos ya estaban mirándola, y Diego que se podría considerar como una persona rápida hábil con sus manos, también estaba observando, ella no tenía tiempo de lamentarse, cuando el gato apareció, una sonrisa adoraba su rostro, no estaba alterada de que le gritaran, él miraba su expresión, sabiendo que en su lugar habría puesto una cara de pocos amigos.
Cuando las 4 horas acabaron Amanda se dispuso a lavar todo, Diego quien agarraba sus cosas para irse decidió tomar un repasador y secar las tazas, entre otras cosas. Una taza se calló en el piso, se le había resbalado de las manos a Diego, el profesor se volvió hecho una fiera, listo para regañar a Amanda, después de todo era ella quien estaba lavando todo, era de esperarse de ella, tenía ese aura de ser torpe.
— ¡Lo lamento!, voy a pagarlo en seguida dígame, ¿qué es lo que puedo dejar aquí para irme a comprarlo?
— Me vas a dejar tu bolso, en la tienda de abajo venden unas idénticas, no me importa cual sea el precio tendrás que comprarla, que muchacha tan inútil.
— Por favor, discúlpeme, ya vuelvo.
Ambos entraron a la tienda, la taza era costosa, sus rostros cuando la vendedora les dijo el precio, habían sido de dolor en el bolsillo.
— Puedes darme una.
— Yo voy a pagarla.
— No, ¿Qué dices?
— Yo fui el que la dejó caer.
— Pero, el estaba creyendo que fui yo, y no me molestaría pagarla.
Ambos con sus tarjetas en la mano, se miraban hasta que el lanzó sobre la caja su tarjeta y agarró a Amanda que era muy pequeña, y la alzó en sus hombros, y rápidamente salió de la tienda, antes de que Amanda con los pies rompiera algo.
— Pero, ¿Qué se supone que haces?
— 27.089.543.
— ¡Ya pasó!— Decía la cajera.
La soltó de buena manera en el piso, era un acercamiento muy rápido.
— Ve a buscar la taza, es mejor que no se te caiga.
— Yo iba a pagarla, como ibas a... Es un gasto muy grande.
— Sabes donde trabajo, puedes reclamar a mi jefe, el porque soy tan buena persona.
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¿El último romance?
RomanceAmanda había pasado por una mala experiencia amorosa, para luego enterarse que tendrá que dejar su país, su mundo se volverá solo recuerdos, tras la emoción de tener oportunidades nuevas en otro lugar, pero al mismo tiempo, dejar todos sus recuerdos...