¿El último romance?

III.

Recuerdo lo que me dijiste esa noche, eso de que al final todo termina mal, y eso es completamente cierto, porque no me conocías. 

Decidir a donde ir en el día libre es una tarea difícil, y por más que ella se resistiera a la idea, ya estaba parada en frente del local, sin saber que hacer, se acerca y lo observa, el luce sorprendido por ver su cara por allí. 

  — Buen día cliente, ¿Qué le puedo ofrecer?

— Un cortado y un Frappuccino. 

— Buena elección. Espere un momento. 

La vista era hermosa, ese ridículo uniforme le hacía ver bien. 

<<Dosificación, aplanado, prensado, limpieza, purgar y tecla>>

  — Aquí tiene su orden, que la disfrute. 

—Aquí tienes. 

— ¿Y el Frappuccino? 

  — Ese es para ti. 

Las compañeras de trabajo de Diego, empiezan a murmurar entre ellas. 

°°°

La siguiente semana. 

Al salir de la urbanización, se encuentran en la avenida.

  — Buenos días. 

— Buenos días. 

— Gracias por el café de la ultima vez, no pude agradecerte, porque te fuiste muy rápido. 

El la toma de la mano, porque ella va muy rápido.

— ¿Qué?

— Vas muy rápido, ¿No vamos a el mismo lugar y sobre la misma hora?

— Así soy yo, siempre rápido.

— Cálmate, por eso es que no te salen las cosas de una vez. 

  — No hablemos de mis habilidades en este momento, ¿Qué no has visto que no hay transporte?

— Si hacemos la cola de la parada de bus sudados, ¿no habríamos perdido el baño de esta mañana? 

  — ¿Puede parar de hablar y caminar? 

  Ella le toma de la mano y caminan rápido a la parada que ya esta cerca, desagradablemente con una cola bastante larga, apenas y entran al siguiente bus, quedan muy cerca uno del otro, y en un frenazo ella casi resbala encima de él. 

— Entonces, ¿Cuantos años tiene usted?

— Tengo 19 y ¿usted? 

  — Yo tengo 20 años.

— ¿Hace cuanto se dedica a el mundo del barismo? 

  — Hice un curso no llevo sino dos semanas en el trabajo.

— Yo llevo cuatro meses trabajando.

— ¿Usted hizo un curso?

— No, solo entre a trabajar y aprendí.

— Por cierto, no sé su nombre.

— Mi nombre es Diego, ¿Cual es el suyo?

— Amanda.