Quise llamarte

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Aitana

Diciembre 2018

Estaba preparando la maleta para irme a Barcelona unos días antes de que empezara la navidad. Mis ganas por ver a Marta, a todas las chulas, a Adrián, a mi familia, a mis padres...se mezclaba con una extraña sensación de incertidumbre por lo que tenía o no tenía con Luis. Habíamos pasado toda la semana hablando por el móvil continuamente después de aquel domingo febril. También cenamos juntos el miércoles ya que fue el único día que coincidía que los dos teníamos libre. Charlamos, reímos y nos dimos incontables besos pero la noche terminó pronto ya que ambos madrugábamos al día siguiente. Y ahí estaba, un viernes 21 de diciembre pensando en que iba a pasar algo más de dos semanas sin verle.

Luis

31 de Diciembre de 2018 00:05

Salí del tumulto de gente que había en casa de mis padres de Ourense. Cogí el móvil que había dejado en mi habitación y le escribí:

L: Feliz año vecina

Añadí un corazón amarillo ya que era el que ella normalmente usaba. Y esperé. Pero no llegó nada, solo la resaca del 1 de enero. Hacía ya unos tres días que no hablábamos, bueno, más bien que no me contestaba a los mensajes. Pensé en que ya me había ilusionado de más, que yo estaba en Galicia con toda mi familia en cuerpo pero mi mente estaba en aquel sexto piso que compartíamos en Madrid, pensé que me había precipitado en dejarme a mí mismo sentir tanto y tan rápido pero realmente no era algo que pudiera controlar, pensé también que estaba exagerando y quizás ella solo disfrutaba de los pocos días que podía pasar en casa. Pensé mucho, demasiado. Realmente yo tampoco utilizaba apenas el teléfono, solo había recurrido a él para chequear el whatsapp de vez en cuando y ver si ella había contestado.

El 1 de enero después de la comida familiar me pasé la tarde entera vagueando en el sofá de casa. Esta vez sí cogí el móvil por puro entretenimiento, algo que hacía mucho tiempo que no hacía. Al entrar en Instagram vi que tenía varios mensajes directos; nunca los utilizaba por lo que entré en el apartado sorprendido. Y allí estaba; @aitana_ot2017 me había hablado.

dic. 30, 4:07 p. m.

Luis, ayer por la noche se me mojó el móvil, lo he metido en arroz pero no tiene ninguna pinta de que vaya a resurgir. Soy una torpe, ya lo sé, te lo puedes ahorrar jajaja. Solo para que lo sepas, que estoy sin whatsapp.

ene. 1, 00:03 a. m.

Creo que estoy hablando sola por aquí porque me da la sensación de que tienes tu insta muy abandonado. De todas maneras como todavía no tengo móvil nuevo te felicito el año por aquí....Feliz 2019 Luisito!

Joder me sentía gilipollas. Todos los quebraderos de cabeza para nada.

Contesté.

Joder, vale, estaba solísimo hablando por whatsapp, me sentía gilipollas. Feliz año Aitana, qué tal estos días de mucho comer y beber? Bueno tú solo comer que eres medio abstemia

Finalicé el mensaje con un emoticono llorando de la risa.

Hablamos prácticamente toda la tarde, yo por fin respiraba tranquilo aunque me inquietaba mucho el hecho de que estuviese tan ¿pillado? Pero veía interés mutuo y nuestras conversaciones y todos los momentos que compartíamos eran tan perfectos, tan nuestros y nos sentíamos los dos tan bien que solo podía dejarme llevar.

Aitana

Lunes 7 de enero 2019 21:55

Estaba muerta, las fiestas y el viaje habían hecho que mi pequeño cuerpo temblara de cansancio y mis ojos se cerraran a la espera de llegar al sexto piso en el ascensor. Sin embargo no me podía sacar de la cabeza la idea de tocarle el timbre, sabía que él llevaba en Madrid desde ayer y que por lo tanto lo más probable era que estuviera en casa. Y qué coño, lo hice.

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