Digan lo que digan

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Aitana

Febrero 2019

-En algún momento tendremos que salir, no sé, hacer vida normal – me dijo.

-Luis, lo de hacer vida normal conmigo no es del todo fácil... – contesté con resignación. Yo también quería salir por ahí con él, hacer algo más que encerrarnos entre cuatro paredes, ya fueran las de mi piso o las del suyo, nos empezaban a comer y aunque todas esas semanas de sofá, cama, guitarra, cantar, comer y besarnos me encantaban yo entendía la necesidad de querer salir, porque yo también la tenía. Pero para dar ese paso la conversación que él había empezado era necesaria.

-Ya sé que habrá paparazzis, fans, revistas, noticias en la televisión, quién es ese, qué hace con él, que buscarán mierda de mi vida, dudo que la encuentren porque ha sido bastante aburrida, sé que estaremos sobreexpuestos, lo sé, de verdad – me dijo intentando tranquilizarme.

-¿Y te da igual?

-No, claro que no, pero es lo que hay y lo asumo.

-Es que yo no quiero hacerte pasar por esto, yo lo he elegido pero tú no.

-¿Qué me quieres decir con eso? – me miró con miedo e inseguridad en los ojos, interpretando algo que a mí me daba terror solo de pensarlo. Yo no quería poner fin a eso, que no sabía lo que era pero sabía que lo era.

-Solo quiero hablar las cosas de forma clara, a mí me preguntarán por 'el chico con el que se te ha visto caminando por no sé dónde' y especularán, solo quiero saber qué tenemos, en qué términos y todo eso – le miré intentando hacerle ver que yo no quería perder nada de lo que habíamos ido construyendo, solo quería saber qué era eso que habíamos creado.

-Yo...yo solo sé que no quiero perderte, los términos que tú pongas estarán bien, yo quiero estar contigo y ya está – vomitó las palabras como si se estuviera quitando un gran peso de encima.

-Oye – me acerqué y le agarré del cuello, le di un beso dulce, tranquilizador y seguí hablando – que yo quiero lo mismo pero tenía que saber si estábamos en el mismo punto para no soltar un 'es mi pareja' en una entrevista y tú te echaras a correr.

-Yo no me voy a mover del sitio – me devolvió el beso.

-Pues ya somos dos.

Quedamos los cinco. Así se llamaba nuestro grupo de whatsapp. Los cinco que llevábamos quedando varias semanas; Roi, Ana, Miriam y nosotros dos. No sé muy bien por qué congeniamos a la perfección, yo creo que estábamos destinados a conocernos. Aunque no estaba segura de creer en el destino. Siempre quedábamos en casa de alguno, como mucho íbamos a algún local no muy concurrido donde por supuesto, Luis y yo no mostrábamos ningún tipo de acercamiento.

Esta vez, por fin, era diferente. No lo íbamos a dar todo en mitad de la calle o un bar pero habíamos decidido ser naturales.

Cenamos en un restaurante al que Miriam quería ir desde hacía tiempo, varias personas interrumpieron la cena para sacarse fotos con nosotras. También se corrió la voz de que estábamos cenando allí y vino gente a la puerta del restaurante. Roi y Luis parecían un poco abrumados con la situación.

-Lo siento – me disculpé a mi chico. ¿A mi chico? Joder qué bien sonaba.

-¿Qué dices? ¿Por qué? Calla tonta – me acarició la mejilla suavemente. Yo sonreí, efectivamente, como una tonta.

Al día siguiente ya había saltado la alarma. La caricia tenía su propio GIF en twitter, la gente ya empezaba a hablar de shippeo, los portales digitales se preguntaban quién era él y los fans ya habían descubierto que se trataba de un chico que se había presentado al casting. Yo intenté ponerle en sobre aviso pero él insistió en que prefería no ver nada.

Al final cayó y nos pasamos la tarde y parte de la noche leyendo cosas que nos resultaban graciosas.

-Mira este tweet – me enseñó su móvil, decía 'Oye pues mi niña no tiene mal gusto' junto a un GIF de Belén Esteban.

-Madre mía, al final te va a gustar y todo...flipado.

-Aitana Ocaña Morales, ¿no estarás celosa? – me picó.

-Ni lo estoy ni lo soy, guapo.

-Mira, en lo de guapo la fan está de acuerdo.

-Ay calla – le di una colleja suave mientras se reía. Yo admiraba su niño interior con una sonrisa que no me podían borrar.

-Bueno, nuestra primera prueba como pareja pública superada – dijo orgulloso.

-No nos queda ni nada... -- intenté concienciarle.

-Deja de poner la tirita antes de la herida, Aitana, disfrutemos de esto y olvidémonos de lo que digan fuera, siempre tendremos nuestras cuatro paredes para estar seguros.

-¿Digan lo que digan? – pregunté con voz de niña.

-Digan lo que digan.

Luis

Febrero 2019

No dudé ni un solo segundo en afirmárselo. Ya podían venir huracanes a montones que lo que Aitana me había hecho sentir en los últimos meses no lo había conseguido nadie jamás. Yo era de los que en el amor lo daba todo pero con ella eso hasta se me quedaba corto. Y ya no me cortaba en hacérselo saber, podía pasar de la ironía absoluta a soltarle una verdad que la pillara totalmente desprevenida y solo le saliese sonreír y morirse de vergüenza. A mí ya me daba igual y a ella aunque muchas veces no dijese nada creo que le gustaba oírlo. No había nada que me gustara más que soltar lo que llevaba dentro entre broma y broma sin camuflarlo como una más. Y yo no era así, antes no por lo menos. Sí, lo daba todo en el amor, pero abrirme me costaba cien vidas, hablar de mis sentimientos era misión imposible y mi única terapia era decirlo todo a través de la música. Ahora mis letras, todavía cocinándose, gritaban sentimientos puros más alto que nunca, pero por fin yo también podía hacerlo sin necesidad de acordes. Eso, supongo, era gracias a ella.

Y ya que iba con todo más que nunca le comenté en la última publicación que había colgado en Instagram, un trocito de una cover de la canción 'No puedo vivir sin ti'. La habíamos escuchado juntos en Kiss Fm donde ponían canciones viejas y nada más llegar a casa la versionamos a nuestra manera porque nos había gustado mucho. Ella también demostraba ir con todo subiendo eso.

soyluiscepeda: Magia 💛

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