My Love (KyuMin)

Dolor

Desperté al sentir un fuerte dolor de cabeza, pero el dolor se hizo profundo al recordar lo que había ocurrido la noche anterior: Sungmin diciéndome que quería ser feliz, pero no a mi lado. ¿Qué significaba aquello? ¿A caso el amor que algún día sintió por mí, desapareció? ¿Sintió amor alguna vez?

Siempre creí que había hecho lo correcto pero Sungmin o dicho de mejor manera, la partida de Sungmin, me hizo abrir los ojos. Siempre pensé que lo tenía todo, pero estuve equivocado. Lo que más amo se ha marchado de mi vida y ahora me está pidiendo que lo deje ser feliz, pero ¿cómo podré hacer tal cosa?

Tenía que hacer algo lo más pronto posible, estaba seguro que no me quedaría de brazos cruzados o llorando. No era un hombre que se rendía fácilmente y está ocasión no seria la excepción si de verdad quiero recuperar a Sungmin; a mi amor.

Me levanté rápidamente y me duché. Estaba más que decidido, tenía que ir a casa de Sungmin y hablar tranquilamente. Menuda sorpresa me llevé cuando su hermana me dijo que no estaba.

- Lo siento, Kyu. Hace rato salió y no se si vuelva pronto.

- ¿Puedo esperarlo?

- Claro, ¿quieres tomar algo?

- No, gracias -después de dudar unos segundos, me decidí y le pregunté-. Sunny... ¿Cuando se irá Sungmin de Corea?

Ella me miró sorprendida. Al parecer tampoco lo sabía.

- ¿Qué?

- Me dijo que pronto se irá de Corea.

Sunny parecía molesta, pero no conmigo.

- Escucha Kyu, debes hablar con Sungmin. Yo sé que los dos tienen sentimientos el uno por el otro, pero supongo que el orgullo y temor de mi hermano le impide decirte la verdad. -La miré confundido- No me concierne a mí decirte algo, porque es un tema que Sungmin debe decirte y entonces tu deberías tomar una decisión.

¿De qué hablaba? ¿A caso Min se había enamorado de otra persona? No, ella dijo que mi Minnie tenía sentimientos por mí. Entonces ¿qué es eso que Sungmin oculta?

Creo que quede más confundido de lo que ya estaba. Mi mente era una maraña y la confesión de mi cuñada la hizo un lío.

- No entiendo de que hablas.

- Por eso debes hablar con Min.

Y en ese momento la puerta se abrió dejando ver a un cansado pero hermoso Sungmin. Supongo que aún no notaba mi presencia, porque su hermosa sonrisa no se borraba de sus labios, esos labios que un día fueron míos.

- Estoy en casa... -Ya me había notado-. Kyuhyun, ¿qué haces aquí?

- Vino a verte -intervino Sunny-. Entonces yo me voy -dijo sonriendo y se apresuró a salir antes de que Min pudiera protestar.

Cuando Sunny se fue, apareció ese incómodo silencio entre Sungmin y yo, hasta que él decidió hablar.

- Y bien, aún no has contestado a mi pregunta Kyuhyun.

- Vine a aclarar las cosas contigo Sungmin -lo miré a los ojos. Él apartó su mirada de la mía-. Y vine a luchar por lo nuestro.

Levanto la mirada y me di cuenta que estaba a punto de llorar.

- ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? ¿Lo nuestro? ¿Cuando hubo un lo nuestro? -Ya está, Sungmin había llegado al limite, lo podía notar y todo era mi culpa- ¿Te estás escuchando Kyuhyun? Nunca hubo un lo nuestro, no de tu parte. Siempre estuve ahí esperándote y tú... nunca te importo lo que sentí, como me sentía cada vez que tu no llegabas, como mi corazón se rompía en mil pedazos cada vez que me decías que no podías llegar a tiempo. Si sabias que no ibas a tener tiempo para mi, ¿para que te comprometiste conmigo y me hiciste sufrir asi?

- Yo entiendo...

- No entiendes nada, no sie...

- ¡TENÍA MIEDO, SUNGMIN! -No quería quería levantar la voz y mucho menos espantar a Min, pero estaba desesperado-. Tenía miedo de no darte lo que te mereces, tenía miedo de lastimarte y sin poder evitarlo lo hice, te herí y me culpo todos los días por eso, porque ahora se cuanto te dolía, porque aún te sigo lastimando. Aún sufres por mi culpa. Debes odiarme por todo lo que te hice.

Se formó un nudo en mí garganta y mis ojos comenzaron a derramar lágrimas, pero tomé las fuerzas necesarias para continuar.

- Cuando me di cuenta de mi amor por ti, me aterré, quería darte lo mejor y tomé la decisión equivocada, te di cosas innecesarias cuando lo único que pedías era estar a mi lado y yo también quería estar junto a ti, pero no sabía como tratarte como actuar, no sabía y tenía miedo. Porque sólo tú despertaste este sentimiento en mí y tenía miedo de perderte. Lo lamento tanto.

- Yo no te pedía hacer trucos de magia -me interrumpió Sungmin-, sólo tenías que ser tú mismo, no te perdía nada, sólo quería estar para ti, que estuvieras para mí, sólo me bastaba una llamada o un mensaje diciéndome que me querías, pero las únicas llamadas que recibía eran de disculpas...

La voz de Min se quebró. Levante la mirada y me di cuenta de que estaba llorando.

Sin poder evitarlo me acerqué y lo estreché contra mi pecho, Sungmin no puso ninguna resistencia.

- Perdóname amor, dame la oportunidad, por favor. Dame la oportunidad de reparar mis errores...

- ¿Por qué tenías que darte cuenta tan tarde? ¿Por qué ahora que es tarde?

Siempre me confundía cuando decía eso.

- ¿Por qué es tarde? -Tomé su rostro entre mis manos e hice que me mirara a los ojos- ¿A caso ya no sientes nada por mi? Sungmin ¿no sientes nada por mí?

- No es eso, simplemente es...

No lo deje continuar, presione mis labios contra los suyos arriesgando a que me rechazara, para mi fortuna no lo hizo. Había extrañado tanto el sabor y la calidez de sus labios, fue un beso casto, tierno y sabía a dolor y tristeza también, pero quería transmitirle a Min todo lo que sentía, todo el amor que me hacía sentir.

- Se que ahora eres tú quien tiene miedo -continué después de romper el beso-. Pero a partir de ahora todo será distinto y cada día te voy a demostrar que te amo de verdad, está vez no te fallaré, no me lo perdonaría. -Tomé su mano y coloqué el anillo de compromiso que me había devuelto. Él me miró- Te pertenece, y te demostraré que vale la pena intentarlo, que no es tarde aún amor. Lucharé por ti y por tu amor.

Antes de que pudiera decir una sola palabra, bese sus labios una última vez y camine hacia la salida. Estaba más que decidido, lucharía por mi Minnie, está vez curaré todas las heridas que yo mismo causé.