Roomie

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Ya había oscurecido y el más joven de los Todoroki no regresaba a su casa.

Enji sabía perfectamente donde estaba, pero las palabras del rubio lo habían puesto a pensar en demasiadas cosas.

Es cierto que el trabajo le quitaba demasiado tiempo y era muy difícil pasar tiempo con su familia, sin embargo nunca pensó que la situación de su hijo fuera tan difícil.

Tal vez culpaba a la neutral personalidad que su hijo tenía desde pequeño, o al hecho de que nunca hablaba de él mismo, de una u otra manera nunca había mensionado el acoso.

Ahora era lo que más le enfadaba, el no conocer realmente a su hijo, claro que siempre está actualizado con sus calificaciones y asuntos escolares inmediatos, pero que hay de lo que en realidad importa?

Ahora se sentía el padre más horrible en la superficie terrestre, no sabía que su hijo sufre acoso, no sabía que quería estudiar biología marina y mucho menos que no sabía nadar.

Efectivamente era un pésimo padre, y si no fuera por su vecino el no se habría dado cuenta.

— A dónde vas? — Rei habló a su esposo que estaba a punto de salir.

— Por Shoto.

— No creo que quiera verte en este momento.

— Necesito hablar con él — dijo con culpa.

— Dale su tiempo, el regresará cuando este mejor, además, esta en buenas manos.

Katsuki Bakugo

Siendo jodidamente sincero, quería reventarle la maldita cara a su padre, no por golpearme, si no por lastimar a Shoto.

Estoy consciente que nadie es perfecto, pero maldición, ese bastardo en verdad sobrepasa el límite de idiotez.

Pero por ahora, no iba a permitir que Shoto regresará a su casa y viera la cara de ese hombre.

Por suerte fue Shoto quien me rogó para que lo dejara quedarse en mi casa.

— Y cuantos días te han suspendido? — llevábamos tiempo hablando de la pelea que tuvo, con sumo orgullo me enseñó sus nudillos moreteados por el gran golpe que le dio a aquel chico.

— Una semana — era graciosa la forma en que lo decía, con una mezcla de orgullo y un poco de vergüenza.

— Así que ya eres un chico malo? — bufé — Me alegra saber que le partiste la cara a ese imbécil.

Cuando ya había oscurecido posiblemente Shoto ya se sentía mejor, su cara de pocos amigos había vuelto y ya no estaba insultando a su padre.

— No quiero sonar grosero — decía mientras revisaba mi armario — Pero no tengo nada que prestarte, es demasiado grande mi ropa.

— Tienés razón — mostraba lo ridículamente lindo que podía llegar a ser usando una de mis camisetas.

En algún punto de mi demencia se me ocurrió la idea de entrar a la casa de Shoto por su ropa, como aquella vez que entre a su cuarto.

Shoto estuvo más que de acuerdo, con la única condición de que el quería entrar y no yo.

Sería demasiado irónico que lo descubrieran y arrestaran por saquear su propia casa.

— Ambos son unos tontos — Eijirou como siempre tenía que estar involucrado en nuestras tonterías, qué puedo decir? Somos idiotas.

— Cállate de una puta vez o nos van a descubrir — esta vez el idiota de kirishima trajo una escalera demasiado pequeña y no llegaba hasta la ventana del cuarto de Shoto.

You don't know what love isDonde viven las historias. Descúbrelo ahora