Capítulo 13: A Azúcar y a Caramelo les gustan las jeringas.

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Capítulo 13: A Azúcar y  a Caramelo les gustan las jeringas.

-¿Qué haces ahí tirada?

Me preguntó Adriane, que parecía totalmente ajena a lo que acababa de pasar hace unos instantes.

-Nada. Sólo revisaba si la pintura del piso estaba seca.

Ella rodó sus ojos.

-Sí, Adissen… El sarcasmo no es lo tuyo.

Me tendió una mano.

-¡Dios! ¿Qué te pasó?

Al parecer se había dado cuenta de que mi cabello parecía como si hubiese sido mandado directamente a un tornado.

-Sí, bueno… Tuve una linda y amigable charla con Afton.

Rodó los ojos.

-Era cuestión de tiempo para que pasara. Ugh, le dije a Aldrick que no se te acercara demasiado… A veces él puede ser tan idiota…

Ouch, eso dolió.

-Un momento… ¿Es verdad? ¿Ellos son hermanos?

Adriane me miró fríamente.

-Son pareja. Nada más. ¿Sabes algo, Adissen? Olvídate de él completamente. Él sabe con mucha exactitud que Afton, su novia, puede ser muy, muy celosa. No la dejará, llevan demasiado tiempo juntos.

Mis mejillas comenzaron a arder.

-A penas y lo conozco, Adriane.

-Sí, y ya te gusta. Y mucho. Así es Aldrick. Habla como si te estuviese coqueteando, pero es así con todos.

-Umm, ok… Ya me voy, quiero… eh, aire fresco…

Me acerqué al balcón de nuevo, lista para convertirme otra vez en viento.

-¡Oye! ¡Espera!

-¿Qué?

-Dios, Adissen. Aldercy no fue tan imprudente cuando se transformó, ¿sabes? ¿Acaso no recuerdas lo que te dijimos cuando te transformaste y te deshiciste de tus pulmones?

Me quedé pensando.

-Mm… No, no lo recuerdo.

-Ay, dios… Mira, como en unos cinco o tres minutos, vas a empezar a sentir…

No la dejé terminar, porque todo se puso negro, y me desmayé.

Oh, ¿fui directa, no?

Sí, lo fui.

Desperté. Bueno, abrí los párpados, pero los cerré inmediatamente.

Había una luz –una muy fuerte- apuntando directamente hacia mí, así que me ahorré la molestia de hacerlo de nuevo.

Me incorporé – o traté de hacerlo- ya que al instante sentí un dolor punzante en mi estómago, y más abajo. Dios, dolía mucho.

Volví a echarme atrás. Así que, en resumen, estaba confundida, atarantada, adolorida y sensible.

Bonita combinación, ¿no?

Volví a dormirme.

Cuando desperté por segunda vez, no me sentía igual. O sea, todavía dolía como un infierno, pero… No sé, me sentía distinta.

La luz ya no me afectaba, así que cuando me adapté completamente, me di cuenta de que era viento otra vez.

WIND (VIENTO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora