Brisa de primavera.

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Mi mundo interior abrasaba gritando con desesperación. Ardía y ardía y nada podría frenarlo. Las llamas me consumían lentamente borrando mis sueños, esperanzas, secretos... La sequía se había adueñado de este mundo convirtiéndolo en una tierra hostil y fría. El único soplo de vida se había esfumado despareciendo sin dejar rastro alguno...

Dónde se hallaba la felicidad y la alegría que sentía. Quizás permanecieron ocultas en el pasado sepultando a mi antiguo yo, borrando con el amargor de la tristeza los últimos atisbos de energía. La oscuridad se cernió sobre mi mundo engulléndolo. Matando la melodía de la risa de mi ser. Apoderándose de mis cantos enmudeciéndolas. Me estaba precipitando al frío vacío.

Sepultaron mi alma en un letargo eterno. La vida continuaba mientras permanecía congelada en el tiempo. Ni siquiera el tiempo se atrevía a despertarme.

Apareciste en pleno invierno arrastrando contigo tus lluvias y tormentas. Recorriste mi mundo llenándolo con tu esencia de primavera. Cada una de tus pisadas iba creando un sendero de flores llenas de  frescura e inocencia. Los sentidos renacieron y corrieron hacia mi presencia impregnándome con tal júbilo y dicha.

La alegría perforó el bloque de hielo que me mantenía retenida, derritiéndolo con su energía. Aquellas emociones extrañas y desconocidas me impulsaban a escapar de esta barrera pero no tenía la fuerza necesaria para luchar por mi futuro.

La oscuridad me impedía atisbar la salida mientras caía nuevamente en brazos del cansancio. El peso de mi cuerpo me hundía hacia las profundidades. Repentinamente...unas cálidas manos me agarraron con firmeza.

Desprendía tanta calidez embriagando mi ser. Me estaba adentrando en el mundo de las sensaciones y emociones. El miedo me gritaba que huyera antes de que fuese absorbida por sus tornados... Decidí aferrarme a aquellas manos ansiando hallar mi nuevo destino.

Unos fuertes brazos sujetaban mi cuerpo con firmeza transportándome hacia un nuevo amanecer. Gota a gota regaste mi corazón con las cascadas rosas de tu amor ocasionando el afloramiento de mi alma. Aquellas cascadas se deslizaban lentamente humedeciendo mi mundo y saciando mi insaciable sed.

Por fin podía desprenderme de las cadenas que me retenían. Desplegué mis alas y me dejé llevar con la suave brisa de primavera.

Cumpliré mi promesa... Volaré y te alcanzaré para nunca dejarte marchar.

Pensamientos de una joven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora