Pensamientos de una joven.

Silencio en tus labios.

Por favor dime que todo es un sueño... que no es real. ¡Dímelo! Sé que las palabras decidieron permanecer ocultas en tu boca negándose a salir. El hecho de que no seas capaz de explicarme la situación ha generado tal pesadez que mi cuerpo ha perdido su esencia.

La tristeza se ha clavado en mi corazón como las púas de una rosa generando una cascada de pétalos rojos reflejando mi dolor. El aire que intenta alcanzarme permanece bloqueado en aquella red roja espesa y densa ocasionando aturdimiento y mareo. He perdido el anclaje que me mantenía unida a tierra firme.

Deseo evadir esta situación, ello no corresponde con mis sueños y mis ilusiones. Ha desviado mis alegrías alejándolas con el pasar del tiempo de su destino, nuestro futuro juntos. Todas aquellas promesas que me hiciste fueron mentiras adornadas de una falsa dulzura.

Creía que me amabas y que era el eje de tu vida, pero ahora... ni siquiera soy capaz de distinguir la verdad y la mentira. Quizás todo aquello que me dijiste fueron meras mentiras disfrazadas de verdades. Los recuerdos y los momentos vividos me arrastran a un llanto de lágrimas cargadas de sufrimiento.

Deseaba que me afirmaras que aquellos rumores son falsos y que todavía me quieres. ¡Te lo ruego, diles que es mentira! Lo que más me hiere es que no muestres la valentía de decirme aquello que no deseo escuchar.

Aunque no esté preparada prefiero oírlo de tus labios mientras van desgarrando mi mundo interior. El vacío de tus palabras ha quebrantado el último atisbo de esperanza que se resistía a aceptar la realidad... Nuestro futuro ha decidido huir de nuestras vidas alejándose como una brisa fresca de verano.

La melodía de mi llanto se ha fusionado con el viento, la cual fluye con la corriente de la vida. Te marcharás y desparecerás con dicho viento... espero que me recuerdes al menos.