Pensamientos de una joven.

El rugido del viento.

Los vientos rugían con fuerza mostrando su poder y su dolor congelando las flores del bosque. Todo a su paso comenzaba a tornarse frío y duro. La viveza y energía de las flores se desvanecieron dando lugar a un invierno sin fin. La alegría y la emoción se escondieron dentro de las profundidades de la tierra construyéndose una madriguera de la cual no salir.

Capa tras capa, tierra tras tierra, cada vez más oculto ante las miradas de extraños. La primavera abandonó definitivamente el bosque mientras el frío y la nieve aumentaban con el paso del tiempo. Las criaturas del bosque se marchitaron poco a poco. Nada podía sobrevivir en aquella tierra hostil.

Los vendavales y las ventiscas no cesaban de arrancar la vida matándola con su furia. El hielo se apoderó del bosque, ocultando las exquisiteces de la vida. Aquello que permaneció oculto jamás volvió a asomarse a la superficie.

El rumbo del bosque quedó determinado y decidido definitivamente. Las riquezas no aflorarían de nuevo, sino que permanecerían en un sueño profundo.

Una extraña ventisca desenterró los misterios prohibidos desatando consigo la furia de lo oculto bajo tierra. A pesar de la resistencia a despertarse se vio forzada e incluso tentada de observar a aquel que había interrumpido su letargo.

Una sola acción había generado tal cadena de desastres. Renacieron las profundidades mostrando su lado oscuro cargado de ira y enojo. Nada podría frenar aquel torrente. Cualquier barrera establecida era inútil.

Una simple criatura había provocado tal desorden ocasionado la huida de la paz, la cual se escurría en fuentes de luz. Una luz blanca inundó el bosque dejándolo desnudo.... nada podría ocultarse de nuevo.

Comprendí que mi bosque se hallaba desnudo frente a aquel extraño, pero él también me mostraba su verdadero ser. La contemplación de dicho ser provocó tal sentimiento que mi alma se iluminó y adquirió la conexión con la fuente.

Me obsequió el don de un futuro nuevo a su lado, juntos y desnudos uno frente al otro. Así sería nuestro siguiente camino.