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Habían pasado unos días, bueno mejor dicho una semana y la verdad había estado nerviosa y muy atenta al teléfono para ver si recibía una llamada de Harold pero nada, seguramente ni me contrataría
¿Tan patetica soy?

Los días pasaban lentos y no estaba aprovechando la semana, no estaba haciendo nada productivo, ósea dormir, comer, quedar con Aria, y no muchas cosas más.

Había ido al centro comercial con Aria a mirarnos unos vestidos dentro de dos semanas sería año nuevo y había que celebrarlo con los mejores trajes.

-¿Que tal fue la entrevista nena?-pregunto Aria.

-No se aún... no he recibido ninguna respuesta y tampoco fue muy larga la entrevista.-Conteste.

-No te preocupes tía, si no te llaman ya conseguirás algo mejor hazme caso.-exclamo.

Habíamos comprado los vestidos y eran maravillosos el mío era de color negro y tenía lencería se ajustaba perfectamente a mi cuerpo y el de Aria pues era algo más ancho y rojizo.

El móvil me empezó a soñar y lo cogí nerviosa ya que era un número que no tenía agregado en la lista de contactos.

-¿Leyla?-Pregunto la voz masculina.

¡Era Harold!

-Si si soy yo,¿Quien es?-Pregunte haciéndome la misteriosa.

-Soy Harold, te llamaba para darte la respuesta que supongo que has estado esperando, he estado pensando estos días y me gustaría que fueras mi secretaria personal, es decir, ¿aún te interesa la oferta?.-pregunto.

-Ehhh si claro que si, ¿Cuando enpezaria el trabajo?-pregunte dudosa.

-Pues eso quería comentarte ahora, habia pensado que si no estás muy ocupada ahora o en una hora puedes acercarte a las oficinas, te enseño un poco tu oficina y te explico un poco el mecanismo de la empresa y claro puedes cenar aquí, tengo un asistente que sirve la mejor comida cuando tengo trabajo hasta las tantas.-dijo el.

-Pues la verdad que si creo poder estar ósea no estoy muy ocupada en menos de una hora puedo estar allí.-respondí.

-Perfecto, a esto le llamo un buen comienzo señorita,nos vemos.-se despidió.

Wow que rápido estaba pasando todo, menos mal que Aria y yo ya habíamos acabado todas las compras que teníamos pendientes.

Arranque el auto y me dirigí dirección casa Aria para dejarla en casa, luego estaciones el coche un momento en mi casa para coger mi bolso con el ordenador, y cambiarme a un atuendo un poco menos casual,era el primer día que iba a las oficinas y no quería parecer tan desastre, aunque se que acabaría yendo a trabajar con ropa normal cuando pase el tiempo.

Había llegado al edificio de la empresa, estaba a las afueras del pueblo y eso me gustaba me daba sensación de paz, en la afueras habían un Burguer King y un Starbucks, me alegro ya que yo iría mucho allí al acabar de trabajar.

Al llegar al edificio fui directa a los ascensores y subí al primer piso, allí estaba el en su escritorio tecleando en su computadora, no dude en acercarme.

-Disculpa Harold acabo de llegar.-dije tímidamente.

-No te preocupes encanto ven sígueme voy a enseñarte tu escritorio y el lugar donde vas a trabajar, también voy a explicarte un poco lo que tienes que hacer y todo el tema, con el tiempo puedes ganarte un ascenso, es seguro que lo ganes pero claro para eso tú trabajo me tiene que dejar sin palabras.-comentó.

Harold me había llevado a una habitación la que parecía que iba a ser para mi trabajo era espaciosa y el escritorio bastante grande, no hacía falta que trajera mi ordenador ya que ya había uno, la habitación tenía cristales transparentes con lo cual podía ver el paisaje de las afueras del pueblo, no era una imagen preciosa pero me relajaba.

-Bueno lo que tienes que hacer es facilitarme el trabajo, tienes que ocuparte de revisar mi agenda,mis horarios de las reuniones importantes, y todas las citas importantes con otras empresas, también ordenarás todos los documentos de los proyectos de publicidad que están llevando a cabo los trabajadores de la empresa y bueno todo lo que te pida.-dijo el.

-Vale más o menos he entendido todo.-dije yo.

-¿Quieres cenar algo?-pregunto el educadamente.

-No te molestes enserio, ceno en casa, tampoco voy a llegar tan tarde.-dije yo.

-Va boba no seas tímida, quédate aquí anda, Moro cierto me gusta más cuando te veo con esta ropa que con el delantal de la cafetería, tú y yo nos vamos a divertir, y ya verás como el trabajo no se te hace pesado.-dijo sonriendo seductoramente.

Al final me quedé allí a cenar, el asistente subió una comida deliciosa, Harold no paraba de hablar, me hacia sentirme súper cómoda, pero ya me a advertido de que en el trabajo me va a poner de los nervios.

Era tarde así que recogí la mesa, me daba sensación a veces de que él me observaba demasiado y eso me gustaba, el era guapo, y para ser tan joven, era jefe ya de una buena empresa.

-Estos días quiero saber acerca de tu vida personal, necesito saber todo de mi secretaria nueva.-dijo marcando un hoyuelo de su mejilla.

Estuvimos charlando de trabajo pero a veces él soltaba bromas, me despedí y me fui a casa, estaba realmente muy muy cansada y había sido un día de no parar, así que fui dirección mi cama, no quiero
ser sucia, pero ya me daré un baño mañana por la mañana.

Tiene café en la mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora