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||Harold||:

Desde que la vi en la cafetería creo que tuve un gran flechazo con ella, la manera en que trabajaba, su gran sonrisas con unos dientes perfectos y blanqueado, y la manera en que su melena caía sobre sus hombros, ahí me di cuenta que necesitaba conocerla. Pero ahora ser su jefe me encanta, me vuelve loco como hace todo lo que le pido.

Quería ascenderla pero eso sucedería con el tiempo, ella no servía para ser una simple secretaria,tenía que triunfar y yo lo iba a lograr de la manera que fuera.

Hoy iría a salir con ella a cenar una cena de "trabajo" como yo le dije, aún no entiendo como no se da cuenta de que se me cae la baba con ella.

Cogí el auto y me dirigí al restaurante rápidamente llegaba 10 min tarde, al llegar y bajarme del auto la vi sentada en un banco mirando su reloj, así que decidí ir en silencio y por detrás para que no me viera.

-¡BOOO!.-grite para asustarla.

Pego un salto y grito.

-Eso no está bien.-dijo ella riendo.

-Que guapas estás con ese vestido.-le dije guiñándoles el ojo. A todas las mujeres les encantan los guiños de ojo.

-Ui jefe ¿Me estás intentando coquetear? Pensaba que esto era solo una cena de trabajo.-dijo bromeando.

Entramos al restaurante y nos sentamos en una mesa muy bien decorada , no solía venir aquí muy a menudo, ya que a todas las mujeres que conquistó las llevó a otro sitio que resulta ser siempre el mismo.

-¿Que van a tomar?-pregunto el camarero.

-Yo tomaré un entrecot de buey porfavor.-dije.

-Pues yo una lasagna.-dijo ella con una sonrisa.

-Lo que sea para la señorita.-dijo el camarero.

Eso me había molestado.

-Creo que le has gustado a alguien de este restaurante.-dije.

-Oh vamos no seas tonto, el camarero solo ha intentado ser amable.-exclamo.

Voy a coquetearle un poco y a ponerla nerviosa a ver cómo reacciona.

-Yo puedo ser más amable que el camarero si quieres.-le dije , mientras rozaba mi pierna con su pierna por debajo de la mesa.

- Debo admitir que eres muy diferente fuera del trabajo.-dijo ella.

-La verdad es que si, fuera cambio muchísimo la
Verdad que el trabajo me estresa demasiado,es demasiado cargo.-dije.

-¿Y como siendo tan joven has conseguido y ser un gran jefe?.-pregunto dudosa.

-Mi tío murió y como no tenía hijos,me quería como tal y decidió heredarme la empresa, pensé que sería más fácil pero creo que me equivoqué, ósea no me gusta mucho lo que hago a veces en mis ratos libres pero es lo único que hago para despejarme.- admití.

-¿Y que te dedicas a hacer en ratos libres? A ver sorpréndeme.-dijo.

-Quedo con mujeres, a ver no son mujeres cualquiera, son mujeres que bueno hemos tenido algunas reuniones de trabajo ya que trabajan en otras empresas.-dije yo.

- Eres un completo cerdo, pero bueno eso no es de incumbencia.-dijo riendo.

-Pero también te digo que cuando encuentre a la mujer indicada la voy a querer y cuidar como nadie eso te lo digo yo.-exclamo.

La cena había transcurrido perfectamente, ella era una chica espectacular no como las chicas que solía quedar, todas se guiaban por dinero o diversión.

Para mi eso no fue una cena de trabajo fue una cita, después de cenar dimos una vuelta por el parque hasta que la acompañe a su casa.

-Nos vemos mañana en el trabajo, ah y te quiero media hora entes en el trabajo .-le dije.

-Nos vemos mañana.-dijo estrechándome la mano.

Era raro siempre nos estrechábamos la mano nunca besábamos mejillas, estrecharse la mano significaba algo más de trabajo.

Ya eran las doce de la noche así que me fui a casa lo antes posible para acostarme ya que mañana tocaba trabajar.

Tiene café en la mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora