Dos días después de la boda, antes de regresar a Australia le pedí a Yannick que fuéramos a Gales, había estado ahí con Tanya en una oportunidad, cuando apenas llegué a Inglaterra, pero esta vez quería compartir esto con él, sí, este sería nuestro último recuerdo juntos.
El verde infinito de sus campos que se unía al celeste del cielo en el horizonte, mirar hacia el sol y querer simplemente tocar el infinito, esa tarde había una brisa fresca y agradable que tocaba mi rostro y traía hacia mí olores de hierba fresca y húmeda, la lluvia era constante, pero, en esos momentos había cesado, permitiéndome atesorar ese instante, esa imagen...
Yan había detenido la camioneta a un costado del camino, descendimos y me apoyé en una de las puertas del vehículo, él se paró junto a mí en silencio.
- Hacía años que no venía aquí- murmuró, intentando hilvanar una conversación
- Sí lo sé... amo este lugar, vine aquí con Tanya una vez, antes de conocerte, sé que volveré algún día, la verdad, no sé cuándo, lo que sí estoy segura es que... la próxima vez... será sin ti...- añadí con un hilo de voz
- Lara... yo...
- Te amé desde el principio ¿sabes? - espeté interrumpiéndolo- tus ojos, tu boca, tu cuerpo, tu personalidad fría y distante, le agradezco a Dios cada segundo que me dio contigo, el permitirme compartir tus dolores, tu vida, tu visión del mundo, en verdad despertaste cosas en mí que ya no pueden volver atrás. Se lo que está pasando... nunca fui egoísta Yan, sé lo que sientes por mí ahora y lo que sientes por Marianne, lo noté desde el momento en que la conocimos.
- En verdad, no quería que esto pasara, pero no lo sé, simplemente sucedió, yo... creo que la amo Lara, me siento bien con ella, me ayuda a creer en mí mismo, como tú lo hiciste alguna vez, te juro que aún no estoy con ella, no te he engañado, siempre te respeté...
- No me engañaste físicamente Yannick, pero lo hiciste con tu mente, con tu espíritu, es lo mismo, aun así, no tengo ningún reproche que hacerte, recuerdo que tu terapeuta una vez me preguntó qué haría cuándo salieras al mundo, cuándo las mujeres revolotearan cerca de ti, le respondí que, cuando a aquel día llegara te dejaría ir, porque te mereces el amor Yan, te mereces ser feliz, no me importa si no es conmigo. Sin embargo, pienso que yo también tengo derecho a la felicidad y nunca podrá ser si sólo estás conmigo por obligación, ligado sólo por un absurdo agradecimiento...
Mi corazón se rompió en mil pedazos, contuve mis lágrimas al máximo, la brisa adquirió fuerza, transformándose en un viento húmedo. Lo miré a los ojos, esos orbes verdes de los que me enamoré perdidamente, que me hechizaban cada noche. Tomé su rostro, sus mejillas estaban frías
- El destino nos unió de manera inesperada y ahora nos separa de la misma forma, en el fondo no es culpa de nadie solo es...la vida...
- Lara, quiero pedirte que no dejes de trabajar a mi lado, te necesito como mi amiga y mi compañera. Se que no tengo derecho...
- Esto no tiene que ver con derechos- respondí tapando su boca con mi dedo índice- es más bien sentido común, no puedo seguir a tu lado de ninguna forma, no es bueno para ninguno de nosotros, y es, además, una cuestión de dignidad, no acepto tener una relación distinta contigo que no sea a la de marido y mujer. Sin mencionar que le estaríamos faltando el respeto a Marianne también. No te odio, jamás podría hacerlo, lo que no significa que no duela, que no me desmorone, que sienta que la vida pierde su sentido, te amo Yannick Tolman, nunca dejaré de hacerlo y parte de mí siempre permanecerá contigo.
Ambos nos quedamos en silencio por unos instantes, no quedaba nada por decir...
- En verdad me encanta este lugar- afirmé mientras miraba el horizonte- es un buen lugar para decir adiós.
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Lara - SAGA APASIONADAS (Romance +18) libro 1
Romance"En ese momento, en la inmensidad y belleza de aquel lugar lo supe. Entendí toda mi vida y porque había llegado hasta aquí. Como la realidad y la ficción se habían vuelto una y el sueño había dejado lugar a la pesadilla. No podía huir de la realidad...