Cuando Lara abrió los ojos, se encontró a Nate dormido a su lado, sin camiseta y con el ceño levemente fruncido. Asustada, se echó hacia atrás bruscamente, golpeándose la cabeza con la pared a la que estaba pegada la cama. Mierda. El ruido hizo despertar al enorme chico que dormía a centímetros de ella, Nate comenzó a abrir los ojos con expresión somnolienta. Sonrío al verla ¿Cómo alguien podía ser tan guapo dormido? Parecía casi imposible.
- Buenos días ¿Te has hecho daño? –Antes de que la chica pudiese moverse Nate se acercó a ella para examinarle la cabeza, quedándose sus ojos a la altura del pecho desnudo del chico. Lara se permitió bajar la vista un poco para ver su pecho duro y una tableta definida. No acababa de relamerse los labios. Suspiró al ver que al menos llevaba los pantalones puestos. El chico se agachó para que ambos estuviesen a la misma altura, arrebatando a Lara las buenas vistas. O quizás eran mejores las de su cara. Nate tenía un par de sus rizos caídos en la frente, sus ojos marrones aun entrecerrados por el sueño, y una sonrisa preciosa que lo hacía pasar de MUY GUAPO a PRECIOSO. - ¿Te duele?
- No, estoy bie... ¿Qué haces en mi cama? –Intentó que el chico no notase mucho que miraba debajo de las sábanas para asegurarse que aun llevaba su vestido puesto. Vale, ahí estaba. Suspiró. Por la sonrisa aún mayor en la cara del moreno, si se había dado cuenta.
- Me invitaste a quedarme a dormir ¿Recuerdas? –Sí, sí lo recordaba.
- Pero dijiste que no.
- Cambié de opinión –dijo encogiéndose de hombros.
- Vale...-comencé a apartarme la sábana de encima para salir de la cama cuando me agarró la mano.
- Ey, espera. Quédate un rato más. -¿Cómo ayer le pudo molestar esa sonrisa? Nate no debió verla muy convencida ya que empezó a tirar de ella con más fuerza acabando prácticamente encima suya. Él sentado en la cama apoyado en la pared. Lara tragó saliva con la respiración acelerada. Notó sus manos pasando arriba y abajo por su cintura, por encima de su fino vestido, era como si miles de pequeñas descargas eléctricas le recorriesen ahí dónde el tocaba . Hacía un rato que había dejado de respirar, y sintió que iba a desmayarse cuando sus caricias bajaron hasta su culo desnudo, debido a que el vestido se había arrugado en la parte de arriba. ¿Por qué no se apartaba? De hecho, ¿por qué le gustaba? No pudo evitar echar la cabeza hacia atrás cuando sintió que Nate la apretaba por las caderas, acercándola, quedando a horcajadas en él. Sintió sus labios en su cuello, que estaba completamente al descubierto debido a que Lara se encontraba mirando al techo, respirando entrecortadamente. Besos húmedos se sucedía en su clavícula, garganta, barbilla... hasta llegar a sus labios entre abiertos, y aprovechando un grito ahogado debido a que el chico la había vuelto a presionar para abajo, esta vez moviendo él las caderas al mismo tiempo, la besó con fuerza, gruñendo cuando sus lenguas se tocaron. El movimiento de sus caderas se había vuelto rítmico mientras le besaba, apenas dejándole tiempo para respirar. Tampoco lo necesitaba. Su lengua luchaba con la de Lara, que había subido las manos hasta las del moreno y tiraba levemente. Fue en el momento en el que la chica notó perfectamente el bulto de Nate rozar contra ella, cuando no pudo evitar más un gemido alto.
Nate paró en seco de besarla, pero sin cesar su movimiento de caderas. Sus labios a milímetros pero él se negaba a besarla, apartándose con una sonrisa cuando ella intentaba acercarse. Bajó sus fuertes manos de las caderas, al culo de ella, apretándola aún más cerca. Lara sintió que iba a desmayarse. Cada vez que sus cuerpos chocaban ella no podía evitar gemir de placer. Miraba a Nate con una mirada desesperada, mientras el se mordía el labio con el ceño fruncido. Sabía que el también lo sentía.
-Nate –suplico ella ahogadamente notando una mano subir hasta su pecho, rodeándolo y pellizcando. Sintió que se le cerraban los ojos, no podía más, era demasiado.
-¿Qué? ¿Qué es lo que quieres? Dímelo y te lo daré –Los movimientos de sus caderas eran cada vez más bruscos, mandando cada vez que se movía corrientes eléctricas a la muchacha, que comenzó a sentir que esa energía se acumulaba en su interior, y que iba a explotar de un momento a otro, volvió a sollozar. –Dilo. –esta vez la voz de el fue mucho más autoritaria. Tenía el cuello tenso, notándosele algunas venas y el bulto se había hecho enorme mientras me pellizcaba los dos pezones. Ahora era ella la que se movía, con fuerza, necesitando aun más contacto, a pesar de estar el uno pegado al otro.
-Tócame –No estaba segura de si él la escucharía, podría confundirlo con un gemido inteligible, pero el sonrió.
-Creo que no lo necesitas, creo que puedo hacer que te corras así ¿no crees? Estás al limite ¿No es cierto? –Lara ya no sabía cual de los dos era quien se movía. Quizás los dos. Gemía cada vez se encontraba con sus caderas, sus ojos se obligaban a cerrarse mientras se agarraba a su cuello mordiéndose el labio intentando retener un grito que crecía en su interior –córrete Lara, córrete encima de mí, sin tocarte, sin hacer nada. – Lara abrió los ojos para tan solo ver puntos, su cabeza hacia atrás mientras la energía acumulada se liberaba haciéndola gritar.
- ¡NATE!
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THE MIRROR
RomanceLara no hace esas cosas, no se cuela en un hotel para asistir a una fiesta clandestina. Tampoco se emborracha, ni huye de la policía perdiéndose en un edificio cada vez más extraño. Y por supuesto, no se fía de atractivo chico para que la ayude a sa...