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Doble una cuadra y caminé hacia la parada de autobuses, me coloqué los auriculares y comencé a esperar a que el autobús llegara, metí mis manos en los bolsillos de mi suéter azul celeste, y comencé a tararear la primera canción de mi playlist. Busan era demasiado frío en estas fechas, y más por las mañanas, eran las diez y cuarto, y aun me sentía somnoliento. A lo lejos pude ver como se acercaba, acomode mi mochila jalando de un tirante y espere a que el autobús llegara a la parada, una señora de la tercera edad se acercó, le hice una leve reverencia y ella me imitó.

Cuando el autobús paró frente a nosotros, me hice a un lado para que la señora pasara y después me subí detrás de ella, a esta hora siempre iba saturado, ya que siempre se llenaba de jugadores de basquetball, ya que ellos tomaban esta ruta para llegar al gimnasio para entrenar. Saque mi tarjeta y la puse frente al marcador para pagar mi boleto, en cuanto hizo aquel sonido chillón la retire y la guarde en mi bolsillo, camine agarrando los asientos para no caer, ya que no alcanzaba a agarrar las barras. Trate de buscar un lugar con la vista, pero ya que no había asientos vacíos me toco ir parado, puse una mano sobre el tubo metálico que se encontraba a mi lado para sostenerme, con la otra mano baje el tirante de mi mochila y la puse sobre mis pies para que no le estorbe a la gente. Acomode mis gafas negras y mi cabello negro antes de colocar la otra mano en el tubo.

Mientras íbamos avanzando más se llenaba, me sentía incomodo porque había mucha gente y eso hacía que estuviera apretado, cerré mis ojos inconscientemente tras escuchar una melodía de piano que salia de mi reproductor de música.

Abrí los ojos de golpe al sentir un gran bulto en mi trasero, trague en seco e ignore eso, posiblemente un accidente, saque mi reproductor y cambie la canción, estaba apunto de meter el reproductor en mi bolsillo del suéter pero me asusto el echo de sentir una mano en mi trasero, alguien me estaba tocando y no era un accidente, ¡me estaba acariciando!

── ¿Que tal si te frotas contra mi? ── Mi piel se erizo al instante, aquella ronca voz me puso nervioso. ── Vamos, nadie lo notara...

El autobús llego a la tercera parada de la ruta, varias personas bajaron, me concentre en buscar asiento, pero mi búsqueda fue en vano ya que una mujer embarazada tomo el único asiento disponible, agradecí el hecho de que ya no me sentía tan estrecho entre tanta gente, cómo anteriormente. Quise enfrentar a aquel posiblemente ebrio, viejo, raboverde, rata asquerosa que se había atrevido a decirme semejante cosa, pensaba que esto le sucedía solo a las mujeres, pero, ¿ahora yo?, comprendo a aquellas chicas y mujeres que sufren este tipo de acoso en el metro o autobús.

Me quite mis audífonos y los metí a la mochila, gire mi cabeza para enfrentar al señor que me hablo de manera tan vulgar, pero me sorprendió el hecho de que detrás de mi estuviera un chico de cabello verde, un verde opaco, sin vida. Demasiado pálido y con unas gafas gruesas negras, llevaba sus audífonos puestos y una campera verde oscuro, me sonrió. Mis mejillas no tardaron en tornarse a un color rosa pálido gracias al frío, le devolví el gesto.

── ¿Entonces te frotaras o no? ── Mi sonrisa se desvaneció y la del peli verde cambio siendo reemplazada por una llena de malicia.

Estaba confundido, ¿el había sido?

El autobús volvió a parar y los deportistas bajaron, ocasionando un desastre, un chico empujo al peli verde e hizo que se pegara mas a mi, pude sentir su miembro contra mi trasero, no hice nada, estaba muriendo de vergüenza, y aun faltaban otras cinco paradas mas para llegar a casa de mi hermana, el peli verde me empujo más, mi miembro pego contra el respaldo del asiento, ahogue un gemido de dolor, solté una de mis manos del tubo metálico y la lleve hacia mi zona baja, joder, eso dolía demasiado. Terminaron de bajar todos y logre tomar asiento por fin, puse mi mochila en mis pies, me pegue hacia la ventana y recargue mi cabeza en ella, me seguía doliendo, cerré los ojos y me queje en silencio, sentí como alguien se sentó a un lado de mi, abrí un ojo y gire hacia mi lado derecho mirando a el peli verde, tenia un gesto de preocupación.

── ¿Estas bien? ── me dijo nervioso, gestione un pequeño "si" y volvió a sonreir. ── tienes cara de uke, me gustas.

── ¿Que yo uke, tu que? ── dije un confundido, ¿Uke?, ¡Me acaba de decir que le gusto!, ¿Qué carajos le sucede a este tipo?

── Te ves joven, ¿ya eres legal? ── su pulgar toco mi mejilla, entre en pánico, trate de decir algo pero me fue imposible. ── yo tengo veintiuno. ── sonrió otra vez.

Que adorable.

¡Basta Jimin! ¡Es un completo extraño!

── die..cisi..siete..te ── trate de decir, pero no pude hacerlo sin tartamudear, no podía decir algo coherente, bueno, ¡Nada de esta conversación lo era!

── Que ternura eres. ── retiró su pulgar y sonrió de nuevo. ── Mi nombre es Yoongi, ¿Cuál es el tuyo, Cachetitos?

¿Cachetitos?

── Mi nombre es jimin.





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