Hyuk se encontraba en la planta baja, ayudando a Boah en el restaurante, mientras Hongbin dormía profundamente en la habitación de su amigo.
Taekwoon nunca había estado tan cerca de él.
Podía escuchar el leve sonido de su respiración, calmada y constante. Su cabello, ligeramente largo, cubriendo la parte superior de su cara, evitando que pudiese ver sus ojos.
No le gustaba la idea de despertarlo, pues sabía de antemano lo poco que el joven solía dormir. Pero era ahora o nunca.
Tomó un bolígrafo del escritorio y se lo lanzó, sin mucha fuerza.
Nada
Podría sólo sacudirlo. Y no es que no pudiese. Sino que tenían prohibido tocar a los humanos. Conoció a algunos que lo hicieron y que por supuesto, ya no existían, o al menos no en ese plano. Lo que les pasaba era peor que la muerte. Les decían Sombras. Vagaban para toda la eternidad, sufrían el hambre, la sed, el frío, pero sobre todo, la soledad. Y él era lo suficientemente inteligente como para no despertar la ira de su "jefe".
Aunque si lo tocaba ahora nadie se enteraría.
"No seas estúpido" dijo la voz de su conciencia.
Miró en lugar de ello, los libros encima del escritorio, así que se acercó a ellos y de un solo golpe los mandó al piso.
Hongbin despertó enseguida. Se sentó rápidamente y miró a su alrededor, aún con los ojos adormilados.
Miró alrededor con nerviosismo, para luego tallarse los ojos con las manos.
-¿Hyuk? - murmuró, mirando hacia ningún punto específico.
Su voz era exquisita. No era aguda ni grave, y aún arrastraba las sílabas por el evidente cansancio de su rostro.
Su rostro era otro caso.
Había visto personas de apariencia "simpática". Otros eran atractivos. Pero sólo unos pocos poseían la belleza que Hongbin claramente ostentaba.
Sus ojos profundos y redondos. De un color tan obscuro que hacían competencia con las alas de los cuervos que alguna vez habitaron en Glionnan. Estaban enmarcados por unas largas pestañas, haciendo que siempre quisieras verlo a los ojos.
Su piel, clara pero sin llegar al blanco, haciendo una perfecta combinación con sus labios, rosados y ligeramente gruesos. Su cabello, obscuro como sus ojos. Todo encajaba a la perfección en él. Si, Afrodita lo había bendecido.
-¿Quién está ahí? - volvió a hablar Hongbin, haciendo que Taekwoon se enfocara nuevamente.
Taekwoon empujó con el pie, uno de los libros que había tirado, haciendo que Hongbin se asustara y saliera de la habitación.
Unos minutos más tarde volvió a entrar, esta vez acompañado de su amigo.
-¡Te lo juro! ¡Esos libros se movieron!
-Ha de ser el fantasma que invoqué ayer- burló Hyuk
-No estoy jugando
-¿Me estás diciendo que los libros se cayeron por si solos?
-No sé si fue por si solo o si Babayaga los tiró, pero ¡Yo no fui!
Hyuk río.
-Babayaga sólo asusta a niños, pero para mantenerte tranquilo...- no terminó la oración, se había agachado para sacar la ouija de abajo de su cama.
-¿No podrías tomártelo en serio sólo por un minuto? - mencionó, con cierta desesperación en su voz. Taekwoon no esperaba que aquello lo hubiese asustado tanto.
-Estoy siendo serio mi querido amigo, esta cosa de verdad funciona - respondió con orgullo - Ven, si hay algo, seguro responde aquí.
Ambos se sentaron en el suelo - aunque Hongbin con quejas hacia Hyuk sobre su madurez - Taekwoon suspiró, hastiado de lo que estaba a punto de hacer, mientras se sentaba justo frente a los dos adolescentes.
Pasaron unos minutos, Hyuk continuaba tratando de convencer a su amigo y Hongbin replicando que era una mala idea.
Poco después, las manos de ambos chicos sobre el puntero de la ouija. Ambos hacían la típica pregunta de "¿Hay alguien ahí?"
Taekwoon decidió contestarles por fin, moviendo el objetivo hacia la palabra "SI"
-¡Ves! ¡Te dije que no fui yo! - Exclamó Hongbin, alterado.
-¡Esto es genial! - concluyó su compañero, con mucha alegría, haciendo creer tanto a Taekwoon como a Hongbin que en realidad nunca le había servido de algo la ouija.
-¿Y ahora qué? - preguntó Hongbin.
Hyuk lo miró, evidentemente él tampoco sabía qué hacer.
Taekwoon movió el puntero, formando el nombre de Hongbin.-¡Mira! ¡Quiere hablar contigo!
Hongbin titubeó, en realidad no quería meterse en asuntos de los que tenía poco conocimiento.
Miró hacia al frente, aún sabiendo que no podía ver a nadie.Taekwoon también lo miró. Si estuviese realmente en ese plano, se mirarían directamente a los ojos.
-¿P..puedes usar la computadora para escribir? - murmuró, aún debatiendo en su mente si era una buena idea.
El puntero se movió nuevamente al "SI". Era mejor de esa manera. Se sentía ridículo usando el puntero para deletrear palabras.
Hyuk se levantó y encendió la computadora, para luego abrir el block de notas.
-¿Qué es lo que quieres? - preguntó Hongbin
Las teclas se presionaron, hasta formar la palabra "Ayudarte".
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Ojo Por Ojo (LeoBin)
Science FictionA cambio de una venganza, Taekwoon está condenado a cumplir las de los demás, aceptando sus almas a cambio. Su maldición durará hasta cumplir los 10,000 años de servicio o hasta recolectar 10,000 almas. Sólo le hace falta una para ser libre de nuevo...