12:00 AM

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Hongbin abrió la puerta de la casa con cuidado y entró sin hacer mucho ruido.

Subió lentamente las escaleras y se encerró en su habitación. Había decidido esforzarse en la escuela, pues quería entrar en una buena universidad, así que se dispuso a realizar todas las tareas atrasadas que tenía. No podía perder la beca.

Pensó en lo que le había dicho Hyuk y... lo que sea que haya sido esa cosa. Era todo tan confuso. Aún quería creer que todo era una broma muy mala por parte de su amigo. Pero tampoco se podía hacer el ciego. Había sido real.

Todo.

Incluyendo esa parte en la que le decían que le ofrecieron una salida.

Sacó el papel de su bolsillo. Ni siquiera su amigo había podido decirle con exactitud qué era lo que los había visitado.

"Lo siento, no sé de qué cultura proviene este símbolo" le había dicho Hyuk.

Alternó su vista entre su brazo y el cutter que había sobre su escritorio.

No.

Arrugó el papel y lo tiró al cesto de la basura.

"No somos jueces, mucho menos verdugos" Él no era quién para juzgar a las personas.

Ya pensaría luego cómo salir de ese embrollo. Por ahora tenía cosas más importantes, así que comenzó a sacar los libros de su mochila. Le iba a llevar por lo menos una semana estar al corriente con todas las clases y sabía de antemano que Hyuk terminaría ayudándolo, como siempre lo había hecho.

••••••

El sonido de algo rompiéndose despertó a Hongbin. Levantó la cabeza de golpe, recordando inmediatamente que se encontraba haciendo sus deberes. Miró su reloj. Seguramente era Minwoo regresando de alguna cantina. Sólo esperaba que su humor no fuera tan malo.

Un escalofrío recorrió su espalda.

Sólo esperaba que por una vez, se olvidara que estaba ahí.

Rápidamente apagó las luces y se acostó en su cama, cubriéndose con la sábana hasta su rostro, temblando.

Varios minutos pasaron, y Hongbin creía que su padrastro se había ido a dormir.

Estaba a punto de quitarse la sábana cuando escucho el chirrido de la puerta.

Demonios.

Se podían oír pasos lentos y de pronto sintió una mano sobre su hombro. Sintió el fuerte olor a alcohol.

"No abras los ojos", su conciencia le decía a gritos.

Sin embargo los abrió.

Minwoo lo miraba fijamente, como si adivinara que nunca había estado dormido.

Estaba borracho. Demasiado borracho.

Paseó su mano hasta la mejilla de Hongbin, a quién ya se le escapaban algunas lágrimas a través de sus ojos, los cuales cerró con fuerza, con esperanza de que aquello no fuera más que un mal sueño.

Pero la verdad sea dicha, su vida ya era de por sí, una pesadilla.

La mano de Minwoo se apretó con furia en su barbilla.

-No cierres los ojos...- murmuró, apenas entendible para Hongbin - deseo que me veas cada vez que te lo hago. Observa y recuerda como siempre serás mío...

Hongbin no lo soportó más.

Lo empujó lejos de él, saliendo de su cama y tratando de correr fuera de la casa.

No lo logró. Minwoo, lo alcanzó escaleras abajo, en la sala de estar, tomándolo por los pies y haciéndolo caer.

-Maldito hijo de puta. ¿A dónde crees que vas? No he siquiera empezado.

Entró en pánico, Minwoo nunca había llegado tan ebrio a casa.

••••••

Taekwoon pudo sentirlo. Pero aún no podía entrar.

"Carajo, Hongbin, ¿por qué haces esto?"

Sentía mucha rabia, impotencia. Quería entrar y descuartizar lentamente a Minwoo. Hacerlo sufrir. Alguien como Hongbin no merecía esto.

No, no era "alguien como Hongbin". Era específicamente Hongbin.

Hakyeon lo miraba curioso. Ambos seguían esperando. Más que nada, Taekwoon no quería que fuese demasiado tarde.

Por primera vez en muchos años, temía por alguien.

••••••

Minwoo se había quedado dormido en el suelo, con un brazo posesivamente colocado encima de Hongbin. Con cuidado, lo retiró.

Trató de levantarse, pero el dolor lo devolvió al suelo. Probablemente tenía las piernas rotas. Había peleado, o al menos, lo intentó. Minwoo aún tenía mucha fuerza, y, al ser un ex policía entrenado, había sabido cómo inmovilizarlo y sobre todo, como romper sus piernas para que no volviera a intentar huir o patearlo lejos.

Se arrastró, llegando al final de las escaleras. Tardó, pero finalmente llegó a su habitación.

Sólo quería...en realidad lo único que quería en ese momento era morir.

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Ojo Por Ojo (LeoBin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora