Tercer día - Pasión

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Había que hacer algo rápido y yo no había aprendido ningún hechizo aún. Sagaíl disparaba algunas flechas de fuego al ursino patriarca, pero nada servía. El y su mascota cambiaron de objetivo, la cría para ver si podían detenerla. El ursino patriarca corría hacia Beatrice mientras esta yacía en el piso, con una mirada de odio algo aterradora. Tiré al suelo mi libro de hechizos para intentar conjurar lo que acababa de leer. Calmé mi respiración, alcé al cielo mi mano derecha con la mano abierta. Mientras bajaba mi mano con fuerza grité desde mi abdomen: **VIENTO CORTANTE!!** y una ráfaga de viento se disparó frente a mi, para golpear por el costado a la cría de ursino y azotarla contra un roquerío. Ja! Muy bien hecho para ser el primer movimiento, Dzc - Dijo Dyna - ¿Así que usted también comenzará a llamarme así? - Le respondí. -

Eso no detuvo el ataque furibundo del Patriarca Ursino y Beatrice ya no solo estaba con esa mirada terrorífica, ahora le envolvía una extraña aura carmesí. Sagaíl no podía hacer nada, de todos modos trató de improvisar una trampa por si el asunto empeoraba. Mientras tanto Dyna, no parecía estar nerviosa y miraba nuestros movimientos. Rápidamente Beatrice se levanta del suelo, corre hacia el ursino con un hechizo en su mano izquierda. Una extraña estrella naranja que hacía que el aire a su al rededor se difuminara. El ursino dió un brinco y mi pecho se apretó un poco. Beatrice se lanza al suelo y empieza a deslizarse de espaldas, dejando el abdomen del ursino patriarca expuesto. Se escucha un estruendo por todo el cajón fantasma, no era el ursino, no era la explosión. Era la voz de Beatrice, que grita con mucha fuerza: **PYROIMPACTO!!**

¡¡BOOOOM!!

El ursino que solía estar encima de Beatrice, sale disparado por los aires con una mortal herida abdominal. Cae sobre el roquerío casi a un costado de su cría. El ursino patriarca se golpea la espalda y muere en el acto, su cría huye despavorida y desorientada. Mientras, Beatrice estaba algo lastimada en el suelo debido a la repulsión de la explosión y a la explosión misma. Dyna se acerca a ella para examinarle, yo hago lo mismo. Sagaíl de acerca al cadáver de la bestia de niebla para ver si pueden sacarle algo de valor.

Beatrice sonríe en el suelo. Jajajaja - ríe despacio - Esta vez yo he resultado vencedora.

¿Esta vez? - Le pregunto -

Sí - Contesta Beatrice - Hace dos días esta bestia me dejó al borde de la muerte. Estaba practicando mis hechizos cuando me topé con una de sus crías. La herí y molesté al patriarca que estaba muy cerca.

Eso explica el mal estado en que llegaste a la biblioteca del profesor Zackary - Le dije - Me sorprende lo fuerte que te has puesto a pesar de que hace dos días estabas inconsciente

Tu escápula izquierda está dañada - Le dice Dyna a Beatrice - Debes aprender a controlar más la situación pequeña, aprender a equilibrar la pasión con tu razonamiento.

 Si si, ya aprendí la Lección - Contesta Beatrice - Seré más precavida para la próxima. No quiero volver a pasar el tiempo en recuperación

Por el momento es mejor que te quedes quieta - Dice Dyna - Te escoltaremos a Abrazzo para que te sanen

Eso podría costarle mucho dinero o no?  - Dice Sagaíl que vuelve de la faena - Está fuera de su ciudad hogar, le cobrarán por los servicios médicos, de alimentación y transporte, eso sin mencionar que no pude rescatar nada de valor del cadáver del ursino, solamente algo de cuero, ya que la gema de su abdomen resultó dañada con la explosión

No se preocupen por eso - Contesta Dyna - tengo contactos en esa ciudad para que le curen, pero no para alojamiento ni alimentación.

*Dyna da un leve suspiro y se levanta*

Suficiente charla, hay que continuar. Abrazzo está cerca y debemos llegar antes de que oscurezca. Después de mover rápidamente los dedos de sus manos, Beatrice comienza a levitar acostada. Mantente quieta pequeña, por favor cuenta del 10 para atrás.  - Dice Dyna con voz dulce - Y mira las nubes sobre ti. Beatrice comienza a contar: 10, 9, 8, y un vapor comienza a envolver a la herida maga. 7, 6... 5... y deja de contar.

Los peligros de Midgaania: DanielzimcoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora