Capítulo 21

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Golpes.

Marta y yo estábamos apunto de entrar, cuando un tío, más alto que yo y rubio, vino directo hacia mí, no le conocía de nada y cuando me quise dar cuenta venía con el puño cargado.

Gracias a los entrenamiento de fútbol, había ganado mucha agilidad y reflejos,
Esquive el golpe y retrocedí un metro, mire a Marta y estaba blanca.

Resulta que el rubiales este se llamaba Dani y era un ex de Marta.

Marta entonces paro a Dani y le dijo que sólo era un amigo de clase, cosa que pensé que era cierto, nunca nos habíamos planteado que sentíamos el uno por el otro, preferíamos pasar de eso y vivir los momentos.

El rubiales parecía que recobro un poco la conciencia y me pidió perdón, pensó que era el novio de Marta y claro vino a darme con todo, suerte que lo esquive.

Dani se marchó sin más y Marta se disculpó conmigo, cosa que le dije que no volviera a hacer, que no era su culpa y no tenía porque disculparse.

Después de todo lo sucedido entramos al restaurante a comer, Marta se pidió una ensalada con unos fingers de pollo y yo un plato combinado de patatas, filetes de pollo y un poco ensalada.

La comida fue muy agradable, Marta y yo nunca habíamos tenido un momento de silencio incómodo, nos sentiamos muy agusto juntos y era una persona en la que podía confiar.

Cuando íbamos a pagar, sin darnos cuenta nos tocamos las manos al ir a dejar el dinero en el platillo.

Los dos nos miramos y entonces, por primera vez, si que pensé que sentía por Marta y era algo que no podía explicar pero que crecía con cada día juntos, nuestras miradas seguían cruzándose y pasado unos segundos reaccionamos.

Los dos sonreímos y decidimos salir de aquel sitio.

Pasamos la tarde en mi habitación, Mark estaba en una cita con una chica de su clase así que le dije que iría con Marta a estudiar.

Los dos estábamos tumbados en mi cama frente al portátil, después de estar repasando los apuntes de estas semanas, nos llevo más de 2 horas.

Ya estábamos cansados de estudiar así que pusimos una peli en Netflix, cuando me quise dar cuenta ella estaba apoyada en mi hombro y yo estaba acariciándole el brazo, después pase a acariciar su pelo negro azabache, era precioso, esa intenso negro era himnotizante junto a sus ojos.

La peli había acabado, nos miramos y sin decir ni una palabra, nuestros rostros se empezaron a acercar, todo pasaba a cámara lenta, ya solo quedaban unos centímetros, entonces la puerta se abrió y nos separamos rápidamente.

Mark acababa de llegar de su cita.

- Holaaa chicos, ¿Qué tal esa intensa tarde de estudio?

- Bien, al final acabamos viendo una peli.

- Hola Mark, te veo mucho mejor que hace unas semanas jaja. - dijo Marta entre risas.

- Viste mi lado oscuro, muy pocos lo han conocido. - dijo Mark Intentando ponerse tenebroso.

- Bueno chicos yo ya me voy, nos vemos.

Marta me dio un beso en la mejilla para despedirse y chocó la mano con Mark.

- Hardiii, conozco esa mirada jajaja ¿Te gusta esa chica?

- Mark, sinceramente, ni yo lo sé... Resulta que tenemos muy buena química y nos llevamos genial, pero nunca hemos hablado de tener algo más o que sentimos y prefiero que siga así, ¿Tu cita qué tal?

- Bien ya sabes, unos besos, vamos a su habitación y el resto ya te lo puedes imaginar jaja

- Siempre haciendo que parezca fácil, como no jajaja

Hoy decidimos cenar en la habitación, ya que teníamos algo de comida aquí.

El resto de noche fue tranquila y nos fuimos a acostar pronto.

Al día siguiente, madrugar ya que tenía que trabajar por la mañana en la cafetería del señor Gregorio, se me hizo bastante amena la mañana.

Cuando salí de trabajar, me dirigí hacia un MC Donald que había al lado a comer, no era muy partidario de esta comida, pero era lo más cercano y rápido.

Termine de comer y fui a a la residencia, tenía que prepararme para el partido, era a las 18 de la tarde.

Teníamos que estar sobre las 17 en la zona deportiva de la universidad.

Así que cuando llegó la hora Mark y yo salimos para allá.

Nos cambiamos en el vestuario y nos dispusimos a salir a calentar al campo.

Nuestro traje, era de color azul cian y naranja, la verdad que me gustaba bastante.

Llegó el momento del partido, la grada estaba bastante llena, y vi que Marta había venido a verme.

La primera parte fue bastante intensa, los dos equipos nos apretaba mis bien, pero ninguno había conseguido el gol.

En la segunda parte decidí dar todo lo que me quedaba, en una jugada casi al final del partido llegó mi momento, di un pase a la banda, corrí hasta el borde del área, el chico al que le había pasado la pelota se llamaba Ben, este me la devolvió con un pase elevado, y antes de que tocará el suelo pegue un zapatazo, el balón subió y se clavó en la escuadra de la portería.

Lo había echo, había dado la victoria a mi equipo y conseguido los primeros 3 puntos, estaba en un momento de felicidad absoluta.

Cuando salí, ya duchado, Marta me estaba esperando, cuando me vio, corrió hacia mí y me dio un abrazo, fue un abrazo que nunca había recibido.

Al separarnos, volvió a ocurrir, nuestras miradas se cruzaron, esos segundos pasaron a cámara lenta, sus ojos azules se clavaban en mi y me provocaba un latido muy veloz.

Después de ese gran gesto de cariño por parte de Marta, fuimos a cenar y todo fue de maravilla.

Al acabar decidimos dar un paseo, era una buena noche, había luna llena y reflejaba una luz especial.

Cogí a Marta de la mano, ella me agarro sin preguntar y debajo de esa luz de la luna, me puse frente a ella, nos quedamos mirándonos, otra vez nuestras miradas estaban conectadas, el corazón me latía a mil revoluciones.

Cruce de miradas [Wattys2019] (¡Completa!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora