Malditos Celos; byler [cancelada; en edición]

F O U R

Will estaba esperando que lo vengan a buscar, y por lo que había entendido, vendrían en el auto de su hermano por él.
Tocaron las puerta, el oji-verde ya sabía quienes eran.

Will: Mamá, ya me voy.

Joyce: Bueno bebé, cuídate, te amo!!

Will: Yo más mamá.

El castaño abrió la puerta encontrándose con la hermana mayor de Mike.

Nancy: Hola Will.

La mayor le dio un fuerte abrazo a Will.
La chica amaba al niño, le hubiera encantado que Mike y él fueran pareja, como ella y Jonathan.
Eleven no le caía del todo bien a Nancy.

Nancy: Bueno, vamos al auto.

Will río tímidamente.

Will: Sí.

Nancy abrazó a Will por los hombros, y viceversa.

El menor abrió la puerta del auto, encontrándose con Dustin, Lucas y Mike, su hermoso, Mike. Y también se dio cuenta de que no había lugar, ya que era un asiento para tres.

Will: Oye Nancy, ¿Dónde me siento yo?

Nancy: Pequeño detalle que olvidé.
Los chicos están sentados atrás y tu hermano está sentado en el asiento de copiloto así que...sientate arriba de alguno de los chicos.

Will era un tomate viviente. Y supongo que ya saben porque.

Wil: Chicos, ¿Escucharon a Nancy?

Dustin: Sí, ven arriba mío.

El ruloso estaba sentado en el medio.
Will observó de reojo como Mike miraba la situación, y el recién nombrado estaba con el ceño fruncido.

El más pequeño estaba a punto de sentarse arriba de su amigo, cuando unas manos en su cintura lo movieron. Cayó en cuenta que esas manos eran de Mike, y lo había sentado arriba de él.

Dustin: Mike, ¿Qué haces?

Mike: Es mi mejor amigo, —hizo un gran énfasis en esas palabras— sólo yo lo puedo tocar y sentarlo arriba mío.

Lucas: Eso si que sonó mal.

Dustin: Verdad.

Dustin y Lucas rieron y chocaron sus manos.
Mike rodó sus ojos y abrazó a Will por su delicada cintura.

El viaje a la fiesta era muy largo, una hora por lo menos. Apenas iban 10 minutos del transcurso.

El auto era puro silencio. A Will se le ocurrió poner música, él estaba acostumbrado, ya que, el auto era de su hermano aunque lo este manejando Nancy. Estaba por poner música cuando recordó en la situación de que estaba, o sea, arriba de Mike. Decidió que lo mejor era que no, no pusiera música.
Habían pasado ya 20 minutos, el oji-verde se aburría demasiado. Aunque, sentía algo debajo de su trasero, no sabía qué era, pero era duro. Se removió un poco para ver si eso era sólo una sensación, pero al contrario, parecía más grande y duro. Se sentía raro al respecto, así que, para que nadie se diera cuenta, se dignó a poner música.
Se estiró un poco para poder llegar al radio, Mike lo agarraba de su cadera para que Will no cayera.
El de ojos verdes, al fin, había puesto música.
Pudo notar como Jonathan y Nancy se lanzaban miradas de enamorados. Él desearía tener eso con el azabache, pero dudaba que sea posible. Cuando volvió a sentarse, dio un brinco sobre su lugar. Algo duro le había golpeado el trasero. El pequeño Byers tenía miedo de que Mike se hubiera lastimado, así que le pidió disculpas.
(Autora: Que inocente que que Will, ¿No?).

Will: ¿Y las chicas?, ¿Dónde están?

Nancy: Bueno, Max fue a la casa de Eleven —la chica intentó hacer memoria de lo que le habían dicho—. El disfraz de Jane se rompió, y Max fue a ayudarla. Y desde ahí Hopper las llevará a la fiesta.

Will: Mmh Bueno, gracias.

Nancy: De nada —acotó, causando una pequeña risa en ambos.

El azabache tenía una gran erección, eso no era de dudar, pero intento disimular lo mejor que pudo.
Will y Dustin jugaban a picarse en el estómago, Mike notó la situación y una oleada de celos recorrió su cuerpo. El mayor se sintió confundido no sabía porque había pasado eso, pero abrazó más fuerte al castaño. Will no se dio cuenta, pero el azabache por error hizo que el trasero del menor aplastara, por así decirlo, la erección que este tenía, lo cual causando que Mike lance un jadeo. Pero al estar la música tan fuerte nadie lo notó.

Lo que restó del viaje Nancy y Jonathan hablaban junto a Lucas y Dustin, mientras tanto Mike y Will se mantenían callados, y todos los demás lo notaron, pero ninguno dijo nada.
Luego, por fin, llegaron a la fiesta.

(. . .)