Por primera vez desde que tenía un pene, Emma se despertó relajada. No pudo evitar su ya rutinaria erección matutina, pero al menos no sentía que iba a explotar en cualquier momento. Un cosquilleo la invadió al recordar la razón por la cual estaba tan relajada: Regina Sexy Mills. Con nervios y una gran sonrisa en la cara, saltó de la cama y bajó a desayunar, encontrando en la cocina a la morena con un periódico en las manos.
-Buen día, Miss Mills - Sorprendió a Regina dejándole un beso en la mejilla.
-Ejem, buen día señorita Swan - Se alivió al ver que Emma no se había percatado del sonrojo que invadió sus mejillas- Le agradecería que reprimiera sus muestras de afecto, querida.
Emma puso en funcionamiento la máquina de café y se giró para enviarle una mirada divertida.
-¿En serio, Su alteza?
¡Por dios, si ayer me rogaba que le acabara en la boca! Pensó, creyendo que las vueltas de esa mujer la iban a volver loca.
-Y un poco de ropa no estaría mal - La ignoró y levantó su ceja recorriendo el cuerpo de la rubia con la mirada.
Emma se observó a sí misma y se sorprendió al ver que sólo llevaba un bóxer y un top. Tanta ansiedad tenía por volver a ver a Regina que se había olvidado por completo de vestirse adecuadamente.
-Oh, bueno, lo siento, no me di cuenta - Se encogió de hombros, siendo totalmente consciente de la mirada fogosa que le estaba dedicando la morena a su vientre plano y trabajado - ¿Algo que le guste, Mi Reina?
-Sí - Asumió con toda la entereza que podía mostrar en aquel momento - Me gustaría volver a entrenar ¿Cree que podríamos hacerlo juntas?
Emma sonrió para sus adentros, decidida a divertirse un poco con Regina. Se acercó hasta quedar frente a ella y agarró su mano con suavidad, llevándola hasta su propio vientre. Notó como la morena se esforzaba por no cerrar los ojos ante el contacto de la yema de sus dedos con la piel de Emma. Ella misma tuvo que hacer grandes esfuerzos para no soltar un gemido.
-Así que ¿Hacerlo juntas, eh? Me encantaría hacerlo con usted, Mi Reina - Su voz sonó más grave de lo normal.
Regina clavó sus uñas sobre la suave piel y deslizo su mano hacia abajo, hasta arañar el comienzo del bóxer. Sus ojos no se despegaron de los verdes de Emma, viendo como se le dilataban las pupilas y su boca se entreabría. Le dedicó una sexy mirada, como si quisiera devorarla con sus ojos. Como sólo Regina Mills podía mirarte.
-Se ve muy confiada hoy, Miss Swan - Aventuró con voz sensual, su mano había quedado en la cintura baja de Emma.
-Tuve un grandioso sueño - Sonrió ampliamente - Una hermosa mujer me llevaba a un éxtasis nunca imaginado - Se alejó de Regina y tomó su taza de café ya lista, dirigiéndose hacia la salida de la cocina - Lamento que haya sido sólo un sueño. La espero en cinco minutos en la sala de entrenamiento, Señorita Mills, no me haga venir a buscarla.
Regina se quedó atónita en su sitio, una lenta sonrisa formándose en su rostro. ¿Quién se había creído esa irritante rubia para jugar así con ella? Y ¿Desde cuando ella le daba órdenes? Más importante aún ¿Estuvo despierta ayer cuando...? Se sintió muy acalorada al recordarse a sí misma arrodillada frente a Swancito. Sintió cosquillas por debajo de su vientre, le encantaba aquello. Se sentía más viva de lo que podía recordar en los últimos años. Si Emma Swan quería jugar, ella estaba más que dispuesta a seguirla.
A los cinco minutos, ni uno más ni uno menos, se presentó Regina en la puerta del gimnasio.
-Joder - Dejó escapar Emma, al observar las infinitas piernas que tenía la morena bajo un mini short deportivo negro y un top a jugo. El vientre de Regina no tenía nada que envidiarle al de Emma. Era perfecto, ella es perfecta, pensó.
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Vacaciones Magicas (SwanQueen)
De TodoEmma acude a Regina para pedirle unas vacaciones, sin embargo la interrupción de Henry logra que terminen siendo unas vacaciones familiares. **** Historia LGBT como el resto de mis historias, sino te gustan las parejas homosexuales este no es un pe...