Se instalaron en el menor tiempo posible, no queriendo retrasar más el encuentro para trazar el plan de acción. Regina disfrutaba al sentir el cuero nuevamente contra su piel. Aquel body en tonos violetas y negros siempre le había sentado de maravilla. El prominente escote estaba cuidadosamente bordado con pequeños diamantes. Y por encima, una preciosa capa.
Se giró buscando a Emma y la encontró observándose atentamente frente al espejo. Había elegido un atuendo digno del príncipe encantador, pero que le quedaba diez veces mejor que a su padre. La reina se pasó la lengua por sus labios, hambrienta de deseo.
-¿Cariño, algún problema? – Preguntó desde la distancia, no confiando en su control si se acercaba.
La rubia pareció salir de su letargo, sorprendida.
-No, sólo pensaba como hubiese sido mi vida de haber crecido en este mundo – Se encogió de hombros - ¿Te gusta? – Le dio la espalda al espejo, enfrentando la mirada de su novia.
El cabello le caía lacio por los costados, enmarcando su perfecto rostro. El azul claro de su camisa resaltaba sus ojos.
Se observaron con deseo, sus ojos oscurecidos, pupilas dilatadas.
-Siempre me gustas – La voz le sonó ronca.
Emma eliminó la distancia que las separaba y rodeó con sus brazos el otro cuerpo, fundiéndose en un necesitado beso que las dejó sin respiración.
~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~-Necesito saber todo lo que hicieron hasta ahora. ¿Quién sabe del casamiento? ¿Mandaron las tarjetas? – Regina dictaba órdenes frente a Maléfica y Aurora.
-Sí, las invitaciones ya fueron enviadas – Se apresuró la joven princesa.
-Bien, ¿Alguien respondió?
-Casi todos confirmando su asistencia. Incluso mi padre, pero no creo que venga sin algún plan tramado.
-¿Cuánto hace que no hablan?
-Desde la última junta, decidí acompañar a Maléfica, él cree que me tiene hechizada.
-¿Y tu madre?
-No pude hablar con ella, no sé qué piensa.
Regina suspiró, al final había cruzado de mundos sólo por un conflicto familiar.
-Mal, creo que deberían ir juntas al castillo de tu suegro, tener una conversación, intentar estar en paz. Puedo acompañarte si eso te da más seguridad.
Maléfica meditó, sus dedos entrelazados con los de su amada.
-No sé, Regina, el Rey Stéfan tenía arreglado el compromiso de Aurora con el príncipe Felipe, así unirían sus tierras. No estoy segura de qué tanto le importe la felicidad de su hija.
-¡Maléfica, tu también tienes un reino! Mucho más poderoso, déjame decirte. ¿En qué momento te ablandaste tanto? – Se exacerbó.
Emma y Aurora observaban el intercambio como si fuera un partido de tenis.
-Creo que la Reina Regina tiene razón, Male, al menos no perdemos nada con intentarlo. Son mi familia y me gustaría que sean parte de mi vida.
Ese fue el dictamen final para Maléfica, nada le importaba más que las necesidades de su prometida y si tenía que hacer las paces con su suegro o con el mismísimo diablo, lo haría.
-Mañana mismo partimos – Dictaminó.
No volvieron a ver a la pareja, quienes luego del desayuno se encerraron en su alcoba sin perder un segundo más. Emma y Regina decidieron pasear por el gran castillo, apreciando el arte antiguo.
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Vacaciones Magicas (SwanQueen)
De TodoEmma acude a Regina para pedirle unas vacaciones, sin embargo la interrupción de Henry logra que terminen siendo unas vacaciones familiares. **** Historia LGBT como el resto de mis historias, sino te gustan las parejas homosexuales este no es un pe...