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Todo el dia estuvieron preparando armas, llevando y trayendo cosas, armando y desarmando, por ello no pude entrenar con Formek y pero entrené con Peter, el chico alto y rubio de probablemente 15 años, aunque era aburrido porque siempre cuidaba sus ataques y pedia perdon cuando salía algo mal, claro soy caso 5 años menos pero hay ves que pienso que soy mejor que el, una vez cansados trate de acercarme a ayudar al resto de narnianos pero me dijeron que no porque estaba ocupados con asuntos de adultos.

Platique con Lucy, es dos años menor que yo, era una niña risueña y simpática, dice que ella y sus tres hermanos lograron salir de Londres antes de que cerraran las fronteras y que su papá está en la guerra, teníamos mucho de parecidos, ellos también entraron a un armario y llegaron aquí.





Hoy me levanto temprano,  me alisto y salgo de mi carpa.

Camino por el bosque recolectando fruta y nueces de los árboles junto con unos amigos centauros y Silka quien nos daba lo que no alcanzamos. Llegó con la canasta pesada en mis manos, camino hasta llegar al joven alto y sus dos hermanas quienes miraban lo que todos miraban

-quien es? que paso?- le pregunto a Peter y a sus hermanas mientras miraba detenidamente al quinto y último hijo de Adam

-Edmund llegó- dice Lucy con una sonrisa de oreja a oreja, lo miró detenidamente mientras que el niño termina de hablar con Aslan, este se acerca con una pequeña sonrisa hacia sus hermanos, yo solo me hago al lado para darles su momento

-Edmund!- corre las dos mujeres a recibirlo con un caluroso abrazo, mientras que el mayor solo sonríe y esperaba su turno de abrazar al menor

-es nuestro hermano, estaba perdido- explica Peter para luego abrazar a su hermanito

-_____- me llama el león desde arriba de la loma, trotó hasta llegar a su lado sin decir nada, se da la vuelta y camina dirección a su carpa sin antes darme una mirada indicando que lo siguiera.

Entró detrás de él y me acerco a una mesa donde se encontraba algo envuelto

-es un regalo, ábrelo- rápido le quitó la tela verde de terciopelo y miro la hermosa espada plateada con una enredadera como plomo, empuñadura de cuero verde, la sacó de su vaina de cuero verde y por toda la acanaladura eran flores con pequeños diamantes.

-wow...es hermosa!- la tomó con sumo cuidado para mirar más de cerca -esto es demasiado, ni siquiera soy tan buena con el arma- lo miro pero él se ríe

-te la estoy obsequiando por algo, porque se que no es demasiado, es justo lo necesario, después de todo eres una verdadera reina- con un movimiento con la cabeza me indica que tome las cosas -no dudes de tu capacidad-

Me acomodo la vaina verde de cuero alrededor de mi cintura y la espada en ella. Miro el escudo plateado que yacía en la mesa, toda la orilla estaban talladas flores y ramas, el centro era liso brilloso, veía mi reflejo como si fuera un simple espejo.

-ahora afuera- dice serio

Salgo y me reúno con mis amigos Dermin y Rinnto para enseñarles mis regalos, hablamos un rato y comimos unas cerezas hasta que el ambiente alrededor se volvió callado eh incomodo.

-porque está ella aquí?- pregunta alarmado Dermin

-quien esta aquí?- pregunto apenas alzando mi cabeza y viendo el muy elegante carruaje blanco que llevaba a lo que parecía una diosa de invierno

-la malvada reina blanca- Dermin me dice, volteo y Rinnto ya se había desapareciendo entre la multitud 

Me acerco a los cuatro hermanos y me coloco al lado de Lucy para ver y escuchar todo mejor

-él es un traidor, su sangre me pertenece, debe de ser sacrificado en la mesa de piedra, y tu lo sabes- dice la alta mujer de piel pálida, ojos y  corona cristalinos junto a su cabello platino

-nunca te lo llevaras- amenaza el hermano mayor mientras se ponía frente de Edmund protegiéndolo

-lo que digas.. príncipe- dice con sarcasmo y desagrado en la voz, yo solo miro todo sin entender qué pasaba, lo que escucho solo crea más dudas en mi cabeza

-hablemos de esto tu y yo a solas- dice Aslan y si esperar su respuesta entra a su carpa roja y amarilla seguido por la mujer que sin renegar se adentro detras de el



-de qué crees que hablen?, ya tardaron mucho- me pregunta Lucy jugando con el césped

-supongo que intentan llegar a un acuerdo- la miro mientras termino de trenzar el pequeño pedazo de cabello que llevo haciendo y deshaciendo todo el rato

-crees que se llevarán a Edmund?- pregunta pero su hermana mayor le responde llevándose toda la atención de la pequeña, me levanto y me acerco al pensativo chico que ha sido nombrado miles de veces y aun no conozco, me hinco alado de el 

-hola, Edmund- hablo a su lado solo recibiendo una mirada seria y rapida -como te sientes?-

-tu como crees que me siento, no sé si moriré o viviré- me mira serio -y tú cómo te sientes?-termina diciendo con mucho sarcasmo

-lo siento, fue muy estúpido lo que pregunte, si te sirve de algo tengo mucha fe en que no te pasará nada malo, y aunque fuera a pasar tus hermanos harían todo para mantenerte a salvo, yo tambien- lo miro, él solo se enfoca en la carpa donde desapareció Aslan y la bruja blanca a hablar desde hace casi una hora

-me cuesta trabajo creerlo, pero no importa- dice dirigiendo su vista a mi y frunciendo un poco los ojos por el sol -nunca me dieron tu nombre- 

-______, mucho gusto- sonrio grande sin mostrar los dientes

Se levantan detrás de nosotros, ambos miramos la carpa que estaba por abrirse, salen los dos sujetos esperados

Jadis, la bruja blanca, camina frente de nosotros sin expresión, no nos mira ni respira a nuestra dirección simplemente sube a su carruaje y mira con odio al león, todos nos esperábamos la conclusión de lo hablado

-ha renunciado al sacrificio del hijo de Adán para siempre- habla Aslan con una poderosa voz, todos sueltan un suspiro de alivio y festeja, pero no tanto como los hermanos a quienes se les ve con lágrimas de felicidad en los ojos

-como sé que cumplirás tu promesa?- intervine Jadis, Aslan lanza un rugido con una intensidad que calla a todos incluyendo a la bruja de invierno, esta lo mira con cierto miedo mientras se sienta en su carruaje, los narnianos reímos y volvemos a nuestro festejo mientras la mujer regresaba al invierno, miro a la niña que se notaba algo distraída 

-que tienes Lucy?- esta no festejaba como hace segundos, apunta con el dedo a quien miraba, yo volteo y lo miro

-Aslan- dice con tono de preocupación

Una vez viendo al león y pongo la misma cara que la pequeña, se notaba triste, no festejaba con los demás, algo no estaba bien, cual es la promesa que tiene que cumplir?

-qué crees que tenga?- me pregunta la niña, en mi cerebro pasaban muchas imágenes de posibles cosas pero nada era basado en evidencias

-ni idea, cosas que aún no entendemos supongo- Lucy se retira con su hermano, después quedaba yo frente de él

-felicidades, al parecer no morirás- me rio

-tenía fe en que no pasaría- pasamos un segundos decidiendo entre abrazarnos o no, opte por tomar la iniciativa y abrazarlo, no se porque las cosas se volvieron incómodas entre los dos, solo nos separamos y miramos al suelo mientras caminábamos hacia sus hermanos.

big crown, little girl.       {Edmund Pevensie & Tu}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora