-oh hermosa narnia!- sonrío mientras cierro los ojos, escucho los arboles tronar por el viento, huelo fuego quemar probablemente las antorchas, siento la hierva debajo de mi, estiro mi cuerpo hasta que mis manos sienten un.. zapato?... abro los ojos para encontrarme con un soldado mirándome como bicho raro, este me apunta con su ballesta
-arriba- hago lo que me ordena con la cara confundida, me toma del brazo y me pone una cuerda en las manos sin decir nada, yo confundida solo lo sigo
- soy _____...- me safo de su agarre, trato de aclarar probablemente el no sabe quien soy, miro a mi alrededor pero no reconozco nada, los rostros y cuerpos parecen... humanos, mis alrededores eran frío y oscuros, acaso ese era una prisión? manos desnutridas salen del piso pidiendo ayuda y merced
-estás invadiendo propiedad privada del rey, serás castigada como intrusa y intento de huir de la ley- me explica interrumpiendo mis pensamientos y jalándome para caminar a su lado mientras dos soldados mas se unen a nuestro camino
-y... soy la reina- los presentes se ríen de mi comentario
-si, si y yo soy alguien feliz, andando- continua caminando ignorando de mis explicaciones, que y si no estoy en Narnia? y si este es un nuevo lugar? no puede ser... todo indica que es Narnia, la magia aunque poca aun vive por el aire
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Caminamos por un gran castillo de roca, frío sin color solo el gris y negro de la roca y la ocasional ventana decorando las grandes y altas paredes, por un momento llegué a creer que esto era solo un sueño... nos paramos frente a una gran puerta que abre sin necesidad de anunciar nuestra llegada, frente de nosotros un largo tapete rojo que guía mi mirada hasta el fondo donde se encontraba un trono de rei, en el un hombre recostado con ambas manos tapando su cabeza
-por favor díganme que encontraron a mi sobrino- pide el hombre sentado en el trono sin levantar su cabeza
-no, aun estamos trabajando en eso... pero encontramos a un intruso en su jardín-dicen posándome frente a el, el señor levanta su mirada y me mira con curiosidad, examina mi cuerpo y parece asustado por mi vestimenta, una falda arriba de la rodilla ay una blusa blanca no creo que sea algo que se use aquí, yo solo miro con detenimiento sin decir una palabra
-como es que llego hasta ahi? como no fue vista antes? - cuestiona al soldado mientras se levanta de su trono y camina al centro de la sala hasta estar frente a mi
- eso... no lo se señor- el soldado responde con miedo
-entraste sin ser vista por ninguno de mis guardias, no solo eso pero llegaste hasta los jardines del castillo sin ser detectada antes y claro vistes indecente- suspira mientras sobaba su frente y caminaba de un laso a otro -... quien es tu padre? necesito saber de que familia provienes- pregunta por fin
-no provengo de ninguna familia- respondo con la verdad
-como sea y quien seas la ley fue rota y serás castigada como criminal, no me importa tus motivos y no sirve que supliques, tengo tanto estrés que pudiera simplemente pedir que te quemen después de todo pudiera argumentar que practicas brujería.... pero- se da la vuelta el hombre y se queda callado -20 latigazos y a la celda, vamos a mantenerla viva por unos días, no tenemos muchos prisioneros y la gente exige mas castigos públicos-
Después del intercambio he caminado al sótano donde después de bajar un par de escaleras, debajo de la construcción habían celdas, sin luz o alguna fuente de calor, gente suplicaba por comida y agua, mientras otros rogaban para que terminara su sufrimiento, miro ami alrededor asustada, este lugar, este sufrimiento no existe en Narnia
-esto debe de ser una equivocación, soy ____, la reina de Narnia!- exclamo suplicando pero mis llantos son inútiles, ignorada soy guiada a mi celda donde caigo al suelo después de ser liberada de mis manos, rápido corro a los barrotes recién cerrados -donde esta Aslan, exijo hablar con él- pero todos incluyendo los mismos prisioneros se burlan de mis suplicas, me trataban como si no fuera un ser vivo, esto no era Narnia esto era el infierno... y porque todos parecen ser... humanos
La fría tarde cae una vez mas, los últimos dos días han sido eternos, tengo mucha hambre y sed, el frío no me deja dormir por las noches, mi uniforme escolar ha sido cambiado por un pantalón y blusa de algodón, el prisionero a lado de la celda me ha echo preguntas sobre Narnia y de donde vengo y aunque el resto de los prisioneros les parece gracioso y me llaman loca, él es diferente, él entiende lo que digo y se interesa de lo que cuento, él también me explica del mundo donde estoy, donde el rey es la ultima autoridad y mientras el pueblo muere de hambre y frío el rey goza de bienes ilimitados.
Hoy es la tarde donde el pueblo se reúne para presencia los castigos públicos, esto a sido introducido desde el cambio de tronos, también dice el anciano que actualmente hay una guerra interna por el trono entro el principe heredero y su tío hermano del rey asesinado.
Nuestra platica fue interrumpida, mi celda se abre y con una ballesta en mano soy dirigida a ponerme de pie y formarme junto el resto de prisioneros, hoy sera la noche donde sere castigada; camino siguiendo al resto hasta llegar al centro del publico, frente a mi dos hombres que suplicaban por su vida, ellos al igual que yo seremos victimas del látigo, me hinco frente el pedazo de madera clavado en el suelo donde mis manos son sujetas para no moverme de mi lugar, a mi lado derecho observo los otros dos hombres en la misma posición que yo, con la espalda descubierta, manos atadas y rostro lleno de lagrimas yo solo suspiro y ruego que esto sea un mal sueño.
Sin aviso alguno, se da el primer golpe, los tres gritamos al unísono, mi piel desgarra ligeramente tras el primer golpe de la cuerda... grito en el segundo y el tercero; mi piel lloraba sangre sentía como corría mi espalda y cada golpe dejaba la sensación de fuego en mi piel; sexto, séptimo, mi blusa una vez blanca era ahora roja, escuchaba la gente gritar de emociones cada que un golpe se aventaba, me rehusaba a mirar al frente solamente miraba el camino de sangre debajo de mi, y como crecía al minuto; décimo tercero, décimo cuarto... décimo quinto.... décimo....
Noche fría y de dolor, no podia dormir mi espalda me gritaba por ayuda pero era inútil yo solo me recoste boca abajo contra el suelo helado de mi celda mientras rogaba que esto acabara, el anciano quien se presento como doctor Cornelius me sugirió que dejara mi espalda contra la pared, el frío de ella ayudaría a que no se inflamara y a reducir el dolor pero yo simplemente no me podia mover, mi cuerpo estaba exhausto; me han dado una blusa nueva aunque se lleno de sangre el instante que la he puesto.
-esta dormida?- pregunta el anciano, yo solo respondo moviendo la mano, indicando que no -escuchas eso?- no logre responde cuando una explosion interrumpe nuestra platica, rápido me enderezo
-que fue eso?- todos parecían estar igual de confundidos que yo, espadas chocan y armaduras se golpean, era una pelea alla fuera, a solo metros de nosotros
-estamos bajo ataque!- prisioneros se acercan a la ventana que da al patio y sacan sus brazos para ser vistos -AYUDA! AQUÍ!- yo solo miro todo con detenimiento, no soy suficientemente alta para ver lo que pasa afuera pero el doctor parecía estar encantado con la escena
-hombres mitad caballo!- exclaman, rápido del suelo me levanto, escuche correctamente?
-deben de ser ellos... AYUDA!- gritó con muchas fuerzas, el doctor me mira con pela viendo como me esforzada para mantenerme de pie -Peter, Edmund!!- grito con fuerza para caer a mis rodillas
-reina...- dice doctor Cornelios mirándome con asombro - eres tu...- yo solo me limito a sonreír, significa que esto si es Narnia y necesita ser restaurada a su antigua gloria.