Yoongi, un chico nuevo de la clase 4ºE, descubre que esta clase no es normal.
En verdad, toda su nueva vida no es ni será normal.
Es asombroso como la vida puede cambiar con solo mudarse.
Cosas horribles pasan, cuando te fijas en las cosas nuevas...
-YoonGi por el amor De Dios, no abras la puerta. Si no me matarán.- Jimin estaba temblando, con lágrimas en los ojos mientras negaba con la cabeza repetidas veces. -¿Se puede saber qué demonios pasa?- -Me quieren matar, me quieren matar... ¿No lo entiendes? ¡Me van a matar! Los golpes comenzaban a ser más y más fuertes. -Baja la voz y escóndete. Sube por las escaleras y gira a las derecha, allí tiras de una cuerda para subir al ático. -¿Y tú? No me digas que t- YoonGi le tapa la boca. Pone su índice en los labios indicando que se calle.
Han dejado de aporrear. Lentamente los dos van subiendo las escaleras. Se oye un fuerte golpe y la puerta se hace añicos. Se asoman tres hombres con pistolas en mano. Vienen de negro y no parecen muy amigables.
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-¡Jimin! ¡Sal, pequeño cabroncete! -¡Maldito maricón! ¿Creías que no te encontraríamos? -¡No dudaremos en ahorcarte con tus propios intestinos!
Mientras estos tres gritaban y disparaban por toda la casa, los dos chicos se metieron en el ático. Los únicos que sabían sobre la existencia de este, era su tía y él.
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-Aquí estaremos a salvo. Por lo menos hasta que encuentren este lugar. -No me lo puedo creer, ¿Cómo me han podido encontrar? -¿Me puedes explicar que coño sucede aquí?
Los pasos se aproximaban mientras que las risas de los hombres se hacían más sonoras. -Te he visto pequeña sanguijuela. -¡Jaja! Ups... Pues no estaba aquí. -Deja de hacer el imbecil, ¿no sabes que él es un experto escondiéndose?
Se empezaban a escuchar unos golpes, YoonGi se asustó bastante, pensando que ya les habían descubierto. Pasaron los minutos y el sonido seguía, pero esta vez más lento. YoonGi por fin comprendió que era aquel sonido:
ElcorazóndeJimin.
Jimin también se dio cuenta, ya que se cogió del pecho y empezó a llorar en silencio.
-¿Jimin? No pienses en cosas malas, no ahora. -C-creo que n-no podré ayud-darte... T-todo es por mi culpa. Tú casi m-...- sollozaba, mientras se secaba las lágrimas. -No llores, saldremos de esta, juntos.
