“Ella se ve fría, pero no lo es, en realidad es muy dulce y tierna. Solo tiene miedo a que la lastimen”
Me siento en el banco del fondo junto a Liam, la chica misteriosa está al frente. Mientras nadie escucha al profesor y todos hablan como si estuvieran en hora libre, ella le presta atención como si fuera un niño a su padre, toma apuntes como si el profesor hablara de algo que ella debe saber si o si para subsistir.
-¿Qué ves? –pregunta Liam codeándome.
-A la chica esa.
Se inclina un poco hacia el pasillo y fija la vista en la chica que se sentaba sola, vuelve a su lugar y asiente.
-¿La habías visto antes?
-Niall, que no hable con nadie no significa que no exista –me dice-. ¿Sabes? Está desde siempre, solo que tú no prestas atención a nada.
-Oye, pasa desapercibida porque no hace nada para que la gente la mire.
Liam muerde la Oops! de su lápiz y luego vira los ojos.
-Es rara.
-Me he dado cuenta.
El profesor se ha rendido, solo mira a la chica que le presta atención y prácticamente le explica solo a ella. Entrecierro los ojos y la veo apretar el puño de su buzo mientras esconde la parte inferior de su mano.-Van a denunciarte por acosador –dice Liam.
-Me llama la atención.
-¿No qué no hacía nada para que la gente la mire? Tú pareces Oops! mirándola.
-Pero no porque ella haga algo para que la mire, me da curiosidad, ¿cómo se llama?
-No lo sé –hace un bollo una hoja y la lanza a la otra Oops! del salón-. ¿Para qué quieres saber? ¿Vas a invitarla a salir?
Zayn se da la vuelta y apoya el codo sobre nuestra mesa.
-¿Con quién saldrás, Horan?
-Con nadie.
-Con la chica del frente –intenta delatarme mi otro amigo.
-¿______?
-¿Cómo dices que se llama?
-______...
-Su apellido, tonto.
-No lo sé –se acomoda en su silla al revés.
-Niall, no salgas con ella, a que no va a hablarte en toda la cita –dice Liam.
-No voy a salir con ella.
Zayn ríe levemente.
-De igual manera, ella no sale con nadie, nunca.
-Prosigue, vamos.
-Parece que le gusta –acota Liam.
-Que me gusta y un cuerno, solo me intriga.
-Bueno, ya –Zayn frunce sus espesas cejas-. ¿Qué quieres saber?
-¿Qué sabes de ella?
-Nadie sabe nada con certeza –dice.
Liam se ríe.
-Pareces un sacerdote.
-¿De qué mier.da hablas, Payne? –le tira una goma de borrar en la frente.
Me río, Liam siempre hace esos comentarios que no tienen nada que ver, aún así, son graciosos y estúpidamente divertidos.
-Bueno, dime –digo riendo.