Cap 13

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Un silencio tenso se hizo notar entre los presentes, y todas las miradas se dirigieron hacia aquel imponente y majestuoso demonio, que no hacía más que transmitir ese aire de grandeza y seguridad en si mismo.
Entre su brazo poseía a la joven muchacha de cabellos azabaches, a quien tomaba de la cintura atrayéndola hacia él lo suficientemente cerca como para que su rostro se recostara en su pecho.
Él era alto, unos centímetros más que Inuyasha. Su cabellera platinada se mecía al compas de una tenue brisa nocturna, y en sus ojos ámbar se podía apreciar hoy más que nunca aquel temple lleno de superioridad.
De un momento a otro todas las miradas se dirigieron hacia Inuyasha, quien, al notar los ojos de todos los presentes sobre él no pudo hacer más que emitir un gruñido y dar una orden muy precisa a su ahora contrincante.

- Qué crees qué haces Sesshomaru? Ven aquí y pelea, imbecil! No se que pretendes pero te mataré en este preciso instante!!!

Al oír esto, Sesshomaru no hizo más que esbozar una pequeña sonrisa ladina, llena de burla y desprecio.

- Qué sucede? Acaso te molesta que tome a esta mujer? Tanto te importa?

Justo mientras decía la última frase se dedicaba a tomar a Aome del mentón, haciendo que la joven lo mirase fijamente y quedando ambos a centímetros de distancia, apretando un poco su rostro sin cuidado alguno de sí su agarre era delicado o no. Fue un poco brusco, sí.

- Aléjate de ella Sesshomaru, ni se te ocurra ponerle una mano encima!! Te arrepentirás te lo aseguro.

Sesshomaru miró fijamente por última vez a Aome, y luego la soltó, empujándola y como resultado dejándola caer contra el suelo. Acto seguido se dirigió a paso lento hacia Inuyasha, mientras decía en tono de burla y superioridad

- Hmph, se ve que te agrada bastante esta humana. Déjame decirte, Inuyasha.. aquel sentimiento que tienes hacia esa mujer humana es el mismo que hizo una gran herida al corazón de mi padre y lo convirtió en un montón de huesos... sin embargo yo no soy así.. Lamento decirte que yo no heredé las cualidades de mi gran padre.. esa misericordia y cariño que sienten hacia los humanos.

- Tsk. Idiota, te juro que te mataré, te destruiré yo mismo y haré que te comas tus propios intestinos. Maldito!

- Una simple basura como tú jamás podría hacerme daño, tu sangre será el óxido de mi toikijin.

Justo en el momento en que Sesshomaru empuñó su espada una voz demandante se hizo escuchar.

- Oye tú! Quien se supone que eres?

Interrogó Koga, quien se había fugado en parte de la batalla al ver que Inuyasha había llegado al lugar, ya que pensó que el Hanyo podría sobrellevar la situación y llegó a la conclusión de que su presencia ya no era necesaria allí.
Pero cambió de parecer, y esto gracias a sus dos fieles siervos y compañeros, Ginta y Hakkaku.

-Flashback de lo ocurrido cuando Koga se fugó-

- Encontraste a Naraku? Preguntó Hakkaku

- Entonces por qué regresaste? Interrogó Ginta

- Huiste de él?! Decía Hakkaku nuevamente.

- Se equivocan, olvídense de Naraku. Lo que me preocupa fue aquel centenar de demonios. Al pelear con ellos percibí un gran peligro, mi instinto no puede traicionarme. Aunque Naraku no estaba ahí estoy seguro que está detrás de todo esto.. - Hizo una pequeña pausa y esbozó una sonrisa junto con una risita algo burlona - Ahora me doy cuenta que Inuyasha es un tonto, de seguro esos demonios lo están descuartizando con sus garras.

Sesshome LemonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora