Hola!! Esta es mi primer historia, decidí incursionar con este tema que me vuelve loca.. nada más y nada menos que Sesshomaru y Kagome de la serie Inuyasha. Espero que les guste!
Los personajes no me pertenecen.
Desde el momento en que su amo había regresado tras resolver aquel "asunto" el aire se había tornado aún más tenso de lo normal, Sesshomaru era un tipo de pocas palabras, si, pero Jaken, quien llevaba ya muchos años de servicio a su lado podía percibir a la perfección el enojo o la ira en su amo. Volaban en dirección a las tierras del oeste, el pequeño demonio iba montado junto a Rin sobre Ah Un, mientras observaba a su amo, el cual se les había adelantado y llevaba la delantera. Sabía que algo había sucedido, pero no se animaba a preguntar, dado que, de lo contrario, sabía cuál sería la reacción del demonio al tener que oír aquella interrogante. Sesshomaru por su parte no hacía más que divagar en sus pensamientos, estaba furioso, podía sentir como la sangre que fluía por sus venas hervía.. deseaba descuartizar al primer imbecil que se cruzara en su camino, la razón? Su ego, su orgullo y su hombría.
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No estaba acostumbrado a esto, las mujeres normalmente morían por él , sobre todo las humanas. Siempre caían rendidas a sus pies, enamoradas perdidamente y no tenían ojos para nadie más que solo para él; y esto le gustaba, por más raro que parezca.. a pesar de que no tenía el más mínimo interés en cualquiera de esas mujeres disfrutaba ser deseado y tomado como alguien inalcanzable. Con frecuencia se escuchaba decir que para las jóvenes mujeres Sesshomaru era visto casi como un Dios, debido a su larga cabellera y sus finas y delicadas facciones. Además, todos, tanto humanos como demonios conocían a Sesshomaru por ser el hijo y heredero del gran general perro, sucesor de sus tierras como así también de su gran poder. Era temido por todos y deseado por todas las mujeres.. a excepción de... bueno, una humana azabache que al parecer no había caído en sus encantos, ya que lo normal para Sesshomaru sería que ella lo buscase y se derritiera frente a él, implorando por poder seguir teniendo la dicha de ser poseída por él y solo por él. Deseaba con todas sus fuerzas ver la cara de esa mujer suplicando para que cambiara de opinión y deje de lado tal decisión de no volverla a ver. Y es que, precisamente ese, era su asunto pendiente.. hacerle saber sobre su decisión, y luego ver cómo lloraba por él. Pero grande fue su sorpresa cuando la encontró muy cariñosa con otro tipo, justamente con un demonio, y uno de muy baja categoría según el.
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Luego del malentendido entre Koga Y Kagome ambos continuaron expectantes a la situación de Sango y Miroku por unos instantes, la joven pareja ya se encontraba separada y ahora sólo hablaban, ya que al parecer no habían llegado a consumar el acto.
"- Su excelencia, lo siento pero no. Qué sucede si concebimos un hijo? Bueno, la verdad es que me gustaría tener un hijo con usted pero creo que este no sería un buen momento, antes debemos derrotar a Naraku.
- Lo entiendo mi hermosa Sango. No te preocupes."
- Vaya.. ya que ese monje no pudo obtener lo que deseaba de esa exterminadora seguro buscará a otra mujer que le pueda dar lo que ella no.
- Joven Koga no diga esas cosas!
Murmuraban ambos.
- Mi dulce Aome, aún eres muy inocente para entenderlo pero soy hombre y puedo reconocer a un mujeriego cuando lo tengo enfrente, y créeme que ese monje es uno de ellos. - Ahora, mi linda Aome, regresemos al campamento. Debes descansar, mañana nos espera un largo día.
