{8} La persona menos esperada. DELMIRO.

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Daba vueltas en la pista sin sentido alguno, intentando dejar de pensar tanto todo el tiempo. Por más de que quisiera evitarlo, suelo ser de esas personas que dice una frase y se queda horas pensando "¿Por qué dije eso?" "¡Mierda! No tendría que haberlo dicho así" y un montón de pensamientos más. Esta vez, en mi cabeza estaba mi última pelea con Pedro.

La pelea había sido porque literalmente pareciera que estamos juntos por costumbre, entre nosotros no pasa absolutamente nada. Las conversaciones siempre son sobre algo que paso con nuestros amigos, la banda, el Jam and Roller, y todas esas cosas. No digo que esté mal, siempre hablamos todo pero, ya no tenemos momentos de pareja y eso hace que los sentimientos se apaguen de a poco. Y sin Pedro, yo me sentía literalmente invisible. Entre que Ámbar ya no era mi amiga y que Jazmín está cada día mas loca, si no fuera por él estoy segura que nadie sabría ni que estoy en el Roller.

Cuando quise dejar de patinar, noté que había un problema con mis patines. Nerviosa me agarré rápidamente del borde de la pista pero veía que mis ruedas seguían girando rápidamente, no entendía que pasaba y sentía que en cualquier momento mi equilibrio me iba a fallar, y así fue. De un minuto al otro me golpee bruscamente contra el suelo.

-Delfi, ¿estás bien?- Escuché que Ramiro se acercaba preocupado a mi, me asombré ya que nosotros nunca habíamos hablado demasiado y además, el era parte de los Red Sharks.

-Sí, gracias.- Le dije y noté que mi voz sonaba bastante dolorida.

-Deja que te ayudo.- Me dijo y con sus brazos me levantó, cargándome hacia las gradas de la pista.

-¿Es tu hora de ensayo?- Le pregunté nerviosa, una vez que estábamos sentados en las gradas.

Una de las reglas de Gary como gerente del Roller, era que si era horario de patinaje de uno de los integrantes de los Red Sharks, el resto debía abandonar la pista o de lo contrario, sería amonestado con una semana sin entrar a la pista. Muy estúpido, ¿cierto? pero así era.

-Sinceramente, sí.- Me dijo y luego sonrió.- Pero no te preocupes, no estoy de acuerdo con las reglas de Gary, no le diré a nadie.- Agregó y le sonreí, agradeciéndole.

En ese momento se generó un silencio pero no era para nada incómodo, tomó mi pie con delicadeza y comenzó a buscar qué era lo que le pasaba al patín. Parecía muy concentrado en lo que hacía y no pude evitar soltar una risa, que él notó.

-¿De qué te ríes?- Me preguntó sonriendo.

-Tu cara de concentración, es muy graciosa.- Le respondí aún con la sonrisa en mi rostro.

-Esta cara tan bella de concentración, acaba de encontrar el problema que hay con tu patín.- Dijo haciéndose el agrandado y yo fingí estar sorprendida.

Los dos comenzamos a reírnos y el volvió a tomarme entre sus brazos para llevarme a los lockers, mientras seguíamos riéndonos a carcajadas. En cuanto llegamos, me senté en una de las bancas y el quitó mi patín, para comenzar a arreglarlo. Ahí fue cuando noté que mi tobillo estaba hinchado, seguro por la caída.

-Delfi, te estaba buscando para avisarte...- Entró Pedro y se quedó callado en cuanto vio a Ramiro.- ¿Qué están haciendo?- Preguntó alzando una ceja, por algún motivo su reacción me molestó.

-Me caí en la pista y Ramiro me ayudó.- Le respondí cortante, no hablábamos desde la pelea.

-Está bien, mi turno terminó así que me voy para la mansión. Nos vemos mañana.- Me dijo y luego miró a Ramiro, para irse dejándonos solos.

Me dolía ver como mi relación con Pedro se iba desvaneciendo, pero a la misma vez ambos nos dabamos cuenta que casi no había sentimientos de por medio. Una vez más, me había hecho sentir triste y yo claramente no quería seguir así.

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