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Habían pasado ocho meses, en los que trabajé, me deslomé para conseguir lo que tenía ahora en mis manos.

Delante de mí, se encontraba la casa, una casa de tres plantas, blanca, con jardín, dos baños, tres habitaciones, salón, cocina, y una buhardilla gigante en la tercera planta, SoMin miraba entusiasmada la casa mientras daba saltitos de emoción. Al fin lo había conseguido, había llegado ese día en el que conseguiría un hogar.

Entré en la casa, ya había sido amueblada y todo estaba en su sitio ya que me tomé una semana de vacaciones para preparar todo, colocar todo en su sitio y llevar a SoMin por primera vez a nuestra nueva casa. Ella corrió a su cuarto, previamente pintado de azul ya que este era su color favorito, yo en cambio me senté en una silla del jardín y saqué un cigarillo de mi chaqueta, este verano colocaría una piscina para mi hermana y haríamos barbacoas, pensé mientras expulsada humo por mis labios, todavía me quedaban dos días de vacaciones, los que dedicaría a estar con mi hermana, dentro de poco sería su octavo cumpleaños, así que debería empezar a pensar qué regalarle, ya que al final resultó que gané bastante dinero y tenía suficiente para caprichos y demás.
Estaba intensamente feliz, al igual que la pequeña morena, de la cual se oían los grititos de emoción desde su cuarto.

Este mes sería el último de trabajo, sería el final de una etapa, ya que después de estar dando currículums por todos lados, una agencia de viajes, una de las más conocidas de Corea me informó que dentro de un mes podría incorporarme a la empresa si todavía quería, casi llorando acepté, desde ese día estoy tan feliz, ya que estábamos a otoño, faltaba poco para invierno y al fin no me tendría que preocupar por pagar la calefacción, el agua caliente, nada. Al fin éramos una familia feliz.

Froté mis manos con una sonrisa y subí a la segunda planta con una gran caja en mis manos que saqué de un armario del jardín, me había comprado a SoMin y peluche gigante negro de ojos azules muy bonito, sabía que le iba a encantar. Subí las escaleras y entré, la pequeña estaba mirando por la ventana, ya que ahora vivíamos a las afueras de la ciudad, aquí había unas hermosas vistas, llenas de tonos verdes y un cielo despejado, sin nubes, hermoso.
SoMin- dije -Tengo y regalo para ti- Inmediatamente la pequeña se dió la vuelta para sentarse, con las piernas cruzadas en su cama y extender los brazos emocionada con una gran sonrisa en la cara, me senté frente a ella y le tendí la caja.
Al abrirla se puso a llorar, se puso de pie para sacar del todo el gran peluche, este era más alto que ella, al momento lo abrazó y volvió a tirarse a la cama
-Minnie- sentí como mi corazón se ablandaba, ella y mamá siempre me llamaban así, bueno, y él, aunque ese no era momento para malos recuerdos -Gracias, por todo esto, por no irte, gracias por quedarte conmigo y quererme, te amo hermanito- Después lágrimas comenzaron a salir de mis ojos y ella vino y me abrazó, estaba lleno de gozo, no sabía explicar cómo, después de tantos años, al fin podía ser feliz.

Unas semanas después

Este era el último día de trabajo y después empezaría al fin en la agencia de viajes, esto era como un sueño, no podía evitar estar feliz. Me despedí de JinYoung, el chico de la caja registradora de la gasolinera y me fui a prestar mi servicio de "acompañante sexual" esta era la última vez, se acabó todo esto.

Caminé por las calles, después de unas horas hice algunos clientes ganando bastante dinero, así que comencé a caminar, pensaba irme ya, era bastante tarde, aunque le pagué a HyunAh y se quedará toda la noche.

Caminaba con las manos en mi sudadera, hasta que noté una luz detrás de mí, un coche se acercaba, estaba algo cansado, si era lo que yo pensaba, rechazaría el trabajo. Seguí caminando, tan sólo esperaba que de ese coche nadie bajara la ventanilla no soltara alguna estupidez con tal de llevarme a la cama.
Me di cuenta que el coche avanzaba a la misma rapidez de mi caminar, aunque sin adelantarme, eso hizo que un escalofrío recorriera mi espalda y que mis piernas caminaran más rápido, hasta que vi el cruce para peatones que llevaba a la parada de autobús que cogía para volver a casa.

Estaba pisando la pintura blanca seca del suelo, y la curiosidad me hizo mirar hacia aquel coche.
Me paralicé, quise correr, huir de él, pero tan sólo me quedé quieto, estático, mientras sus ojos negros se encontraban con mis ojos azules, esos ojos negros que hacían que mi cabeza perdiera la cordura, mi corazón se acelerara, sin recordar todo el dolor causado. Entonces sonrió, me sonrió y sus finos labios y dientes blancos me causaron nostalgia, tristeza, amor, odio y muchas más sensaciones que no sabría describir.

Con las manos en el volante de su BMW negro, pude leer de sus labios un "he vuelto" para luego oír el rugido del motor del coche y ver cómo me esquivaba y se iba entre la oscuridad de la carretera -Yoongi- logré decir, en un susurro,  antes de comenzar a correr por la acera, correr sin parar ignorando la parada de autobús.

💔 'b r o k e n' 💔《YM》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora