💔 'b r o k e n' 💔《YM》

11💔

En los meses siguientes, me sentí en una nube de felicidad.

En la fiesta de Navidad, Yoongi me propuso ser su novio, yo acepté claramente, tuvimos una cena familiar con HyunAh y con SoMin y disfrutamos abriendo los regalos y riendo juntos, aunque algunas risas eran falsas, nunca me di cuenta.

Después de Navidad, todo se convirtió en citas, pequeñas salidas de noche, visitas en casa, el pasado había desaparecido, sóladamente éramos él y yo. Hubo días malos, en los que son saber porqué me levantaba triste, con ganas incontrolables de llorar, y otros en los que no podía aguantar la felicidad en mi cuerpo, aunque siempre Min estuvo ahí para mí, y no sabía cómo agradecérselo.

Hoy vendría a casa para pasar tiempo conmigo y con SoMin ya que hoy era mi día libre y HyunAh decidió abandonar la casa para ir a comprar lo que faltaba en la nevera, ambas tanto a esa mujer, siempre estaba ahí para mí y nunca supe cómo agradecérselo, Kim HyunAh era un amor de mujer.

Me vestí de forma casual, era primavera al fin y hacía un temporal perfecto para estar en cualquier lado y sentirse a gusto, más si me encontraba con mi dulce novio.
A decir verdad, siempre me apenaba pensar en el pasado, pero la gente cambia ¿verdad?
Después de unas horas en las que me entretuve con SoMin, oí el timbre desde la cocina, donde me encontraba preparando unos sándwiches, así que SoMin abrió encontrándose ahí a mi hermoso Min, sonriendo y con una caja en su mano, acarició el pelo de la pequeña niña risueña y entró al salón buscándome con la mirada, sonriendo ampliamente cuando mis ojos claros se encontraron con los suyos oscuros y bellos como la misma noche; besó mis labios con ternura y me entregó la caja -No hacía falta Yoonnie- Dije con una sonrisa ladeda en mis labios -Claro que sí, te mereces esto y mucho más pequeño- Pronunció con amor mi apodo y abrí la caja, en su interior se encontraba una de menor tamaño de color rosa con detalles dorados, rodeada de bombones de chocolate blanco con fresa, mis favoritos, alcé la mirada y le sonreí a Min, para que al dejar la caja de los bombones en la encimera, pudiera cojer la más pequeña con ilusión, abriéndola con cuidado encontrándome en esta una cadena de oro fina, delicada, de la cual colgaba un pequeño número doce con detalles de oro rosa.
No pude evitar las lágrimas de emoción y besé sus labios, en medio de la dulce unión de nuestros belfos, una sonrisa de escapó entre el encuentro -Ven que te lo ponga- Dijo sonriendo y agarró con sumo cuidado la preciada joya, posándola en el centro de mi clavícula y rodeando mi cuello, para después ponerse frente a mí y sonreír -Así siempre te acordarás de mi- dijo en un tono que nunca pude descifrar.

Después del hermoso gesto, comimos los sándwiches anteriormente preparados, no podía evitar el mirar a mi colgante, era hermoso, perfecto.
Cuando HyunAh llegó nos saludó a todos para dejar las bolsas en su cuarto y subir a su habitación rápidamente, aunque no le di importancia, por el echo de estar viendo Brave con mi hermana y mi novio, y que este último me estaba mimando acariciando mi cabello plateado-rosado.

Al terminar la película, los tres estuvimos jugando hasta que una llamada le llegó al moreno mientras yo seguía jugando con los muñecos de mi hermana, podía escuchar parte de la conversación -¿Que quieres? Me pillas ocupado- dijo Min con un tono neutro -Ya, ¿y qué?- seguía hablando después de unos segundos -Joder ya lo sé, ya voy, en una hora o así lo tendrás, si, hasta luego- le miré curioso y él me correspondió con pena -Era del trabajo, tengo que irme Minnie- dijo y me entristecí, besó mis labios para después acariciar el oscuro cabello de una risueña SoMin y salir de la casa. Miré a la pequeña, se encontraba acomodando sus peluches y muñecos en el sofá para después cambiar de canal hasta encontrar algo de su agrado, para después mirarme contenta con un pulgar alzado.

Subí las escaleras para dirigirme al cuarto de HyunAh, entré sin llamar, fue una especie de impulso, al introducirme en la alcoba, mis ojos se posaron inmediatamente en la mujer sentada de espaldas a mi en su cama, estaba llorando ¿Porqué HyunAh estaba llorando? Giró su rostro hacia mí y se me partió el corazón, sus mejillas estaban empapadas por lágrimas -Minnie, lo siento tanto...- susurró y miró sus manos, en estas sostenía algo, ¿un papel? ¿una foto? La guardó en un cajón del pequeño mueble que se encontraba a su lado y escondió su llanto entre las palmas de sus manos -Yo lo
si-siento tanto pequeño, de verdad- fuí rápidamente y me senté a su lado, posando mi mano en sus hombros dándole consuelo -HyunAh, no sé de que hablas, explícame, tu siempre fuiste buena conmigo, eres una buena persona- ella negó con la cabeza -No digas eso Jimin, me partes el corazón- sin comprender absolutamente nada la abracé entre mis brazos, oyendo cómo susurraba unos 'lo siento' casi inaudibles. Después de unos minutos, besé su mejilla y me fui de la habitación confundido.

Estaba cansado por el día de hoy, así que bajé al salón y me tumbé en uno de los sofás y lentamente fuí cayendo en sueño

-Vete. ¡Vete ahora mismo de aquí! No quiero que vuelvas hasta que él se marche ¡No vuelvas a tocarlo!- dijo Choi HyunAh, mientras empujaba bruscamente a Min Yoongi, este se encontraba con un semblante serio, mientras sus pisadas se invertían a causa de la fuerza de la mujer -Es mí novio, y haré con el lo que me plazca, ¿me entiendes? El es mío.- HyunAh paró, le miró y sonrió -¿Quieres que le diga la verdad Yoongi?- dijo la mujer, Yoongi flaqueó, aunque no lo demostró físicamente -¿Quieres que le diga que eres un...? ¿¡Un jodido sociópata de mierda el cual no siente nada por él?! ¿¡QUE SÓLO JUEGAS CON JIMIN?!- Yoongi se acercó a ella con los brazos cruzados -Cuánto tiempo- preguntó él - seis años, yo estaré con él todo el tiempo, le cuidaré junto a su hermana en casa con sus padres, si en ese tiempo, vuelves, y vuelve contigo...aceptaré vuestra "relación"-

Y al día siguiente, un monstruo se marchó

Sin saber que aquel niño que temía los monstruos, se había enamorado de uno.

Sin saber que un corazón roto, sólo sabía arreglarlo aquel quien se atrevió a corromperlo.