Las historias cambian cuando cambia el narrador

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Dylmas

-¡Dyl!- grita Thomas cuando lo ve.

El castaño se da la vuelta dejando la maleta abandonaba enfrente al de recepción para caminar hacia su compañero con una sonrisa. Hace meses que no ve a Thomas, desde su accidente. Bueno, sin contar la semana pasada...

-Hola, Tommy- sonríe Dylan una vez está a la misma altura.

Thomas quiere abrazarlo, pero se contiene recordando la semana pasada.

-Yo... Me alegro de encontrarte aquí.

-Sí, bueno... había que volver con esta maravillosa saga. ¿Sabes quién está ya aquí?- pregunta Dylan.

-Solo Dexter si no me equivoco- responde Thomas ahora tímido.

Patrick se acerca desde atrás y al ver a Thomas sonríe.

-¡Thomas! ¡Hola!

-Hola, Patrick. No te había visto- Thomas sonríe dándole la mano y Patrick lo atrae a un abrazo haciendo sonreír a Dylan y sorprender al rubio.

Al soltarlo, Thomas se echa unos pasos para atrás.

-Disimula- susurra Dylan en el oído de su padre.

-¿Igual de bien que tú?- susurra de vuelta sonriendo- ¿qué tal estás, Tom? Qué casualidad que llegases el mismo día que Dylan, ¿no?- le pregunta ahora al rubio.

-Sí, la verdad- comenta el rubio nervioso.

-Vas a perder el avión, papá- sonríe Dylan. Atrae a Thomas hasta a él y su padre los mira sonriendo antes de irse.

-¿Subimos?- pregunta Thomas tartamudeando.

Dylan asiente y lo guía hasta donde su maleta para que se registre. Coge la suya y espera a que el rubio esté listo.

El de lunares suspira una vez están dentro del ascensor donde nadie los ve. Mira a Thomas y balbucea un poco.

-Tommy, yo... yo... lo siento. Siento haberme ido de esa manera. Sé... sé cómo somos y lo que pasó. Quería repetirlo, pero...

Deja de hablar recordando todo y Thomas lo mira tratando de descifrar qué le pasa a Dylan. Se besaron, al castaño no le gustó y se fue. ¿No hay más, no? Pueden seguir siendo amigos por mucha rabia que le de.

Después de una cena en un restaurante, Dylan se baja de la moto de Thomas. El rubio se quita el casco y lo deja entre sus piernas. Dylan coloca el pie de la moto y se pone en el manillar derecho, del lado la calle de su hotel.

-Me lo he pasado muy bien, Thomas- sonríe Dylan inclinándose un poco hacia él.

-Yo también, Dyl. Me alegro de que coincidiésemos en Londres. Aunque nos veamos dentro de una semana en Cape Town- sonríe el rubio.

-Lo mismo digo, una semana más se me iba a hacer mucho- se inclina un poco más hacia él.

Son las 3 de la mañana y no hay nadie más en la calle además del portero. Ni siquiera hay una mísera luz encendida en las casas de los lados.

-¿Después de todo lo que llevamos? Han sido varios meses- responde Thomas divertido.

-Justo por eso- sonríe Dylan arreglando la chupa de Thomas.

El rubio baja la mano hasta la cintura de Dylan acercándolo a su cuerpo. No puede creer que lleve toda la cena aguantando con una erección entre sus pantalones. Por su compañero. Su compañero de trabajo.

-¿Qué... qué...?- el castaño no es capaz de hablar viendo la mirada de Thomas y notando sus dedos calientes a través de la ropa.

-Me voy a arriesgar, Dyl- susurra el rubio acercándose a su rostro.

ONE-SHOTS DYLMAS/NEWTMASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora