El espejo refleja mi alegría rotunda, mi cabello rubio se mantiene en su lugar gracias al exceso de gomina.
El traje que Ed elaboró para mi, se ajusta correctamente en cada lugar de mi cuerpo.
Acomodo la corbata como ajuste final.
Hoy es el día en que finalmente uno mi vida a la mujer que mi alma ha elegido.
Elizabeth Wallas, la mujer quién desde hace dos años robó mi corazón.
Mis pensamientos la evocan y sólo por ello, los latidos cardíacos se me aceleran.
Le amo con toda la esencia de mi ser.
¿Qué cómo lo sé? Me basta ver sus ojos miel para sentir una paz profunda. Ella borra todos mis miedos, aplaca mi carácter indomable y ha sido el elixir para olvidar los estragos que el campo de batalla han dejado en mi.
Es hora David.
Atrás de mi, el reflejo de mi hermana Mel, ella sonríe ampliamente.
¡Es hora!Las manos me sudan, disimuladamente las limpio en mi pantalón.
La iglesia se ve espléndida. Su familia están sentados en el ala izquierda y muchos conocidos y amigos del lado derecho.
Frank, mi mejor amigo está a mi lado y me sonríe, me conoce. Sabe que estoy como un flan de nervioso.
A mi mente vienen recuerdos que no quiero traer en este instante. Él y yo tratando de sobrevivir en el campo de batalla. Ambos somos militares formados en combate, estuvimos en la guerra. Pensamos que no salíamos con vida de ello. Sin embargo, siete años después él es mi padrino de bodas.
Mi mente se apaga al verle entrar del brazo de su padre.
Está hermosa, ese vestido que ha elegido le queda cómo un guante. El velo cubre su rostro, pero puedo sentir su sonrisa desde aquí.
La música ha comenzado y con ella el ritmo frenético de mi corazón.
Cada paso que da hacia mi, me hace recordar tantos momentos de felicidad a su lado.
Mi Elizabeth querida, no te haces una idea de lo mucho que te amo.
La energía que desbordó, bien podría hacer que saliera volando por los cielos.
Ambos llegan a mi lado, su padre extiende su mano y me la entrega. La envuelvo cuidadosamente y le sonrió con todo lo que tengo.
El silencio se hace presente y aparece el cura que preside la ceremonia.
En realidad ni presto atención a sus palabras. Sigo perdido en su rostro, a pesar del velo puedo distinguir con nitidez.
Te amo.
Le digo apenas gesticulando y ella me muestra su perfecta dentadura.
Un escándalo hace que salga de mi burbuja, busco entre la multitud para ver que ocurre.
Todo pasa tan rápido que sólo veo destellos.
Elizabeth se desploma en mis brazos, el blanco vestido se tiñe de carmesí.
La sostengo con lo que puedo.
Con una de mis manos levanto su velo. Lloró al verle palidecer velozmente.
Quédate conmigo mi amor.
Ella abre sus ojos miel cómo platos en mi dirección. Veo su horror y no comprendo hasta que sigo su trayecto.
La sangre sale de mi pecho en pequeñas oleadas.
Alguien nos ha disparado a ambos. Siento la sal de mis lágrimas mezclarse con el sabor ferroso de mi propia sangre.
Aún así me aferró a ella.
Te encontraré en otra vida, recorreré las que sean necesarias. Te amo Elizabeth.
Ella acaricia mi rostro. Se está apagando tan rápido como mis latidos.
Te amo David.
Pronuncia aquellas palabras y se ahoga en aquel detestable líquido viscoso.
La deposito con delicadeza en el suelo, de fondo la algarabía es terrible, pero no puedo ver nada más que el rostro de ella.
Comienzo a desmoronarme sobre su cuerpo, y finalmente mi cabeza reposa en la curva de su hombro y cuello.
Cierro los ojos, y la oscuridad toma protagonismo.________________________________________________________________________________
Abro los ojos y veo una especie de colgante en el techo lleno de muñecas.
¡Espera! ¿Muñecas?
No puede ser cierto. Lloró y noto que mi llanto es el de una bebe. He regresado a la vida, cómo una niña.--
Supongo que es mi cumpleaños, hay muchos niños corriendo y yo me mantengo sentado en un rincón, llevo ese vestido rosa que me ha puesto mi nueva madre.
No puedo creer que recuerde todo, peor aún que esté dentro de este minúsculo cuerpo, y para colmo de una niña.
Si existe el mal karma, no hay duda que esté es el mío.
¿Cómo voy a encontrarle así?
¿Existe la posibilidad que ella también haya regresado?
Vamos a jugar.
Un pequeñín se acerca a mi, extiende su mano y yo dudo hasta de hacerle caso.
Ve a jugar linda, es tú fiesta.
Es la voz de la hermana de mi madre en esta vida.
Tomó la mano del niño y le sigo.
Me llamo Tom. Cómo te llamas.
Annie.
Ven, te presentaré a mi hermano Juls.
¿Qué clase de nombre es ese? Sacudo mi cabeza y trato de volver a mi dilema mental. Cómo borrar mi mente, o cómo morir y volver siendo yo.
ESTÁS LEYENDO
Several Lives
FantasyDavid encontró a su alma gemela, sin embargo el día de su boda ocurre una tragedia y de allí comienza a navegar a través de reencarnaciones en busca de su amada Elizabeth. ¿Hallará a su otra mitad en algún momento? O el lazo que los unió se habrá r...