Rompiendo el hilo

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Una semana tuve que resistir el interrogatorio de mi madre sobre Katherine y los intentos de aplacar discusiones acaloradas por parte de Lee.
Finalmente ella decidió volver a Hamburgo y yo continuar con mi vida, de eso ya hace seis meses.

-Tienes una llamada Ann.

Katherine me extiende el teléfono y yo caigo en cuenta que sigo sentado en el sofá con un libro abierto, fingiendo que leo.
Lo tomo y sonrió agradeciendo.
- Si, diga.
- Soy yo, Grace.
Mi voz desaparece automáticamente y mi pulso se acelera como si de pronto fuera perseguido por una jauría de leones.
-¡Qué sorpresa!
-Siento llamarte pero Lee está en Tokio de nuevo y ...
Su silencio es tenso y algo cae en mi estómago. Está llamada no es por cortesía.
-Es tu madre Annie. Está enferma y te ha evitado la mala noticia desde hace semanas.
El aire contenido en mis pulmones sale repentinamente y ella también suspira tensa al otro lado de la línea.
-¿Qué ha pasado exactamente?
- Creo que será mejor que vuelvas a Hamburgo lo más pronto posible.

Asiento aunque ella no pueda verme. Queda un mutismo a ambos lado de la línea y yo una vez más suelto palabras sin procesar previamente.
- ¿Cómo está la bebé?
Su pequeña debe tener unos siete u ocho meses, nunca le felicite por ello.
-Esta hermosa y saludable.
- Me alegro.
Y por vez primera soy honesto. Comienzo a creer que ella no es mi alma gemela. Aunque ese dolor que me embriaga cuando pienso en ella, me resulta confuso y aterrador.
-Cuándo volverías.
-Debo organizar con la empresa, te aviso en cuánto sepa el día.
-¡Bien! Estaremos en contacto.
-¡Adiós Grace!

El sonido de que la llamada ha finalizado me trae a la realidad.

-¿Ocurre algo?

Alzo mis ojos a los de Katherine que sigue de pie a unos pasos de mí.
- Problemas en el horizonte al parecer.

Ella me abraza y yo agradezco al universo que al menos tenga un apoyo en esté mundo.

**

Seco mis ojos por tercera vez. Saber el diagnostico de anatomía patológica de mi madre, ha hecho mella en mi.
Yo la amo, a pesar que me comporto de la manera más extraña posible. Ellos han sido grandiosos conmigo, no tienen culpa de que sea un fenómeno que reencarna en otra vida con los recuerdos de su anterior intactos.
Una corriente se propaga de pronto por mi antebrazo y veo que es ella.
Grace está a mi lado sujetando mi mano, por primera vez desde aquel triste día.
- La tía es fuerte y sé que superará esto.

Miro a sus ojos y son los mismo que una vez hace tantos años vi. Pero sus facciones han cambiado con el paso del tiempo. Ahora es un rostro de una mujer que está madurando a pasos agigantados.
-¡Gracias!
Me las arregló para contestar con voz ahogada.

-Ella está terminando su sesión de quimio. Quieres verla.

Desde que aterrice en la ciudad, llegue directo a la cita con el especialista que lleva su caso. Resulta que le operaron hacía un mes y diez días y mi madre me lo había ocultado.
-Sí, eso estaría bien.
Refriego mis ojos y ella me acomoda la camisa blanca un poco.
Su cercanía me marea y su energía me atrapa como sí fuera un vórtice.

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