Amores prohibidos

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—Te ame desde ese día que me besaste.

Mi rostro se humedece al escuchar aquello.

—Pero siempre te pasaba algo y yo... Yo creí que era mejor que lo olvidarás. Que estarías mejor así.

—No lo olvidaba a propósito. Nunca querría olvidarlo.

Cierro el espacio entre ambos y tomó su rostro entre mis manos, no veo su cuerpo presente, sólo el alma de la mujer que he amado a través de varias vidas. Sus ojos me arropan y yo dejó que mi alma tome acción.
La beso, la beso como el día que le dije acepto para siempre ser tu esposo, la beso como cuando siendo apenas una niña, transmití mis afectos hacia ella, la beso así sea un hombre en esta vida como yo.

—Te he amado desde hace tanto tiempo. No tienes una idea.

Jadeo sobre sus labios y ella mantiene sus ojos cerrados, siento sus manos aferrándose a mi espalda y es entonces cuándo un grito ensordecedor traspasa mis oídos.
Algo me arranca de su lado y me empuja a la tierra.

—¿Qué haces papá? Grita Elenna angustiada.

Sólo escucho la algarabia de fondo y resisto los golpes que se ciernen sobre mi rostro.
El sabor ferroso se cuela en mis papilas gustativas y es nauseabundo.
Intentó escabullirme, pero otro contundente impacto me saca el aire de los pulmones.

—Te has vuelto loco —escucho a Tino gritarle.

—¡Degenerado! Para eso te eduqué. Abominación. Eso eres. Una mancha para nostra familia.

Otro puño me hace caer y la cabeza comienza a pesarme. De pronto no escucho nada más, mis ojos se cierran y la oscuridad infinita me atrapa.

**

Abro los ojos y veo una habitación pintada de rosa. Intentó hablar pero sólo sale un llanto de mi boca.

—Has despertado cariño.

No doy crédito a lo que ocurre. Soy de nuevo un bebé. Y lo peor es que esta vez vienen a mi los recuerdos de las vidas que he llevado desde que fuera un soldado. Esto no debería estar pasando. Es sofocante, me quiero desvanecer pero solo atino a hacer una cosa. Llorar lo más fuerte que puedo, llorar todo el dolor y la rabia que llevo dentro. Una vez más estoy sólo y vacío.

Horas después me tienen en una sala de urgencias, varias caras me examinan detenidamente. Quizás piensen que tenía algún problema de salud, y nada más lejos de mi verdadera dolencia.

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En está nueva vida me llamo Valentina Slovansky, hoy es mi cumpleaños número diez y vivo en una ciudad llamada Córdoba.
Es siete de Julio del año dos mil ciento catorce.

El mundo ha cambiado mucho desde que lo recuerdo. Ahora sí hay autos voladores. Hay ciudades que se elevan en los cielos. Hay hologramas parlantes por cada rincón de la ciudad.
—¿Nos estás escuchando Valen?

Ha sido una tortura tener memoria día tras día, recordar mis anteriores vidas y estar en el presente, esto ha marcado un profundo vacío en mi existencia.

Mi nueva familia ha tenido que llevarme de médicos, a psicoanálisis desde edad temprana.
También he sido un peso en sus vidas.

Obviamente los resultados han sido nefastos.

—Da igual si escuchó o no.

Suelo ser difícil de aguantar. Pero más difícil que ser conciente de que mi propio padre acabara con mi existencia en mi vida anterior, no. Definitivamente a eso nada le supera.

—¿Que estudiará?

Es una especie de cena de amigos de mis padres, ambos son una pareja gay. Que irónico ha resultado o tal vez planeado.

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⏰ Última actualización: Jun 14, 2021 ⏰

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