Capitulo 4

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Lauren POV

"Wow, por fin logré salir de esa casa, esa mujer me estaba haciendo demasiadas preguntas" iba pensando de camino a mi casa, menos mal que podía ir escuchando mi música mientras caminaba así no se me hizo tan largo el trayecto.

Finalmente llegue a mi casa, saqué mis llaves y abrí la puerta sin ningún inconveniente.

—¡Mamá!¡Ya llegué!— grité mientras entraba.

—Hola, cariño ¿Como te fué?— saludó mi madre bajando las escaleras para darme un abrazo y un beso en la mejilla.

—Fue horrible mamá, nadie nos queria abrir la puerta y cuando lo hacían era para insultarnos— exagere un poco para ver si se compadecía de mi y me decía que no hacía falta que volviese a ir a predicar.

—Oh, cariño, no te preocupes seguro que con la práctica conseguirás que mucha gente oiga la palabra de Dios— dijo mi madre rápidamente, por lo visto a mi madre no le importaba mucho que pudiera pasarme.— Bueno, ya que estás aquí ven a ayudarme a cocinar para que comamos cuando llegue tu padre.— habló arrastrándome hacia la cocina.

La verdad es que no me gusta cocinar pero mi madre dice que tengo que aprender porque sino ningún hombre me va a querer.

Camila POV

—¡Camila!¡Vámonos!— gritó mi madre desde el piso de abajo— aceleré mis movimientos cogiendo todo lo necesario para no aburrirme mientras mi madre se divertía con sus amistades. Baje casi cayéndome por las escaleras.

—Ya mamá, ya estoy— dije una vez estuve enfrente de ella.

—Pero Camila, ¿te has peinado? Arréglate un poco esas greñas por lo menos— comentó mi madre mirándome con desapruebo.

—Si, mama ya me peiné— contesté mientras me miraba a un espejo cercano a la puerta, "pero si voy bien", pensé. Sinceramente ya estoy acostumbrada a que mi madre me diga algo sobre mi aspecto cada vez que salía, que si peínate que pareces loca, que si cámbiate que vas toda mamarracha, que si ponte algo de maquillaje que vas muy pálida... en fin, si no me dice nada no es ella.

—Bueno, ve como quieras así no vas a encontrar novia— finalizó mientras salía.

Ella sabía sobre mis preferencias y aunque le costó un poco entenderlo al principio, hoy en día lo lleva con normalidad, que pena que no pueda decir lo mismo de mi padre que cada vez que tiene oportunidad me quiere emparejar con alguno de los hijos de sus socios, el dice que es una fase de rebeldía y que ya se me pasará, cosa que dudo bastante pues aunque nunca haya tenido novia oficial si que he tenido mis momentos con alguna chica en alguna fiesta y puedo confirmar que nunca me sentiré de esa forma con ningún chico. Puede que siga virgen y no porque no haya tenido oportunidad sino porque en esas ocasiones o estaba borracha o eran lugares que no me emocionaban especialmente, es decir, si voy a tener mi primera vez con alguien mínimo que sea en una cama y no en un coche o baño de una discoteca ¿no?.

Subí en el coche con mi madre.

—¿A donde vamos?— pregunté distraídamente mientras me colocaba el cinturón de seguridad y mi progenitora arrancaba el auto.

—A casa de los Hansen— Dijo mirando la carretera.

—Genial, podré estar con Dinah y así no me aburriré tanto— hablé emocionada porque ella era una de mis mejores amigas, nos conocemos de toda la vida.

—Si mija, pero no vayan a hacer travesuras como la última vez.— me advirtió, dándome una mirada severa rápida para volver la vista al camino.

Yo simplemente me reí pues con Dinah de amiga es imposible no hacer travesuras y meterse en problemas, más de una vez hemos acabado en un coche patrulla gracias a alguna loca idea de mi mejor amiga.

La predicadora (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora