Camino sosteniendo el ramo de flores con ambas manos. La sensación de irrealidad aun no desaparece después de tanto tiempo. No toma mucho tiempo en lo que llego hasta el cementerio. Camino por el camino de piedra fría hasta ver dos siluetas frente a una lápida. Doce me mira y mueve sus labios en señal de saludo dedicándome un "hola" mudo, yo le devuelvo el saludo de igual manera. Me acerco a la lápida de Diez dejando las flores a un lado de esta.
—Hola —Le digo a Nueve.
—Hola —Me responde secamente sin mirarme.
Mi visión pasa a Uno quien llega con un ramo de Talías bien decoradas. Asiento en forma de saludo. Uno se carca a la lápida y deja las flores junto a esta, todos nos quedamos en silencio. Mi vista pasa de la lápida a Nueve quien solo esta arrodillado frente a la lápida en silencio. Es raro verlo tan tranquilo y callado, siempre es tan entusiasta y con algo que decir por más tonto que sea, verlo así me resulta desgarrador.
Doy un suspiro quebradizo en esfuerzo por no llorar. Es difícil pensar que ya ha pasado un año, aún recuerdo el día que tuvimos que sepultar a Diez. El rostro de Nueve tan deprimido como nunca antes lo había visto, sus ojos rojos eh hinchados por tanto llorar incluso el mismo día que la sepultamos. Las velas iluminando nada más que el rostro de cada habitante que se unió a la ceremonia incluyendo a los ancianos en persona. Las palabras de Abel me vienen a la mente cada vez que pienso en ese día; "cada generación está unida por un lazo, si uno de nosotros muere el resto lo sabrá."
No solo sabemos cómo murió, sino que también experimentamos la forma en la que murió. Mis pensamientos pasan de los pocos recuerdos que tengo de Diez a los que nunca pude responder el día de su muerte ¿Por qué lo hizo? ¿Qué decía aquella carta que le dejo a Nueve? ¿los demás números los habrán sentido? Son unos niños aun, pero, ¿también los habrán sentido?
El ambiente se llena de silencio, no de un silencio incomodo si no de uno triste y lúgubre. Toda la atención se posa en Nueve que se levanta de su lugar, se limpia un poco las lágrimas antes de voltear a vernos con una sonrisa forzada.
—¿Quieren ir por algo de comida?
Miro a Nueve quien tiene la mirada perdida en quien sabe que mientras juega con el colgante de Diez en sus manos. Un obsequio que venía junto a la carta que Diez le dejo.
Uno llega con nuestra comida.
—Oye —Dice Nueve dirigiéndose a Uno. Doce y yo cruzamos miradas esperando que no inicie una pelea. No es secreto que Nueve al principio culpo a Uno por la muerte de Diez trayendo consigo peleas eh incluso daños de propiedad en varios casos hasta que Nueve de alguna forma logro comprender que no era su culpa—¿Qué ha pasado con los otros?
Mi atención se centra ahora en Uno. Yo también quiero saberlo.
—Bueno —Dice dejando su comida a un lado—, sé que pronto iniciaran sus entrenamientos físicos ya que aún no tienen legados.
—¿Están juntos? —Pregunta Nueve.
—No sabría responder eso con seguridad.
Nueve no dice nada solo continua con su comida al igual que todos lo hacemos.
Me despido de Nueve con un fuerte abrazo al igual que con Doce. Abel vendrá por mi más tarde así que solo me queda esperar. Me detengo en medio del puente de madera y me recuesto a un lado del puente. Veo como Uno se hace a mi lado mirando a la nada.
—Creí que debías ir a una misión.
—Sí, no creo que les importe mucho si voy o no.
Doy un bufido molesta, no es que no quiera ir, es que no le dejan ir.
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El Diario De Dos | Saga La Voluntad De Uno
Science FictionAún recuerdo ese fatídico día, el día que Louren cayo, el día que todo lo que conocíamos desapareció. El día que el mismo Demonio destruyo nuestro planeta, nuestro hogar. El día D. esta es la historia de Talía, una de las elegidas para matar al mism...