Observo las nubes que opacan las lunas por completo, no se supone que hallan nubes esta temporada, sobre todo este día. Un grito de una mujer llama nuestra atención, una Bestia empieza a atacar a la gente. Levanto mis manos y empujo a la bestia con mi telequinesis lo más lejos de la gente, pero otra bestia aparece al otro lado de la hoguera, una explosión resuena muy cerca de aquí. Uno me toma de la mano y me jala.
—¿Qué haces? —Le pregunto forcejeando con él.
—Tenemos que salir de aquí.
—¿Y qué hay de ellos?
—Ellos estarán bien confía en mí, debemos encontrar a los demás.
Volteo hacia atrás, pero Uno me jala nuevamente haciéndome correr antes que pueda ver algo. Corro intentando seguir el paso de nueve mirando de lado a lado en caso de que una bestia quiera atacarnos, pero por suerte no nos topamos con ninguna en ningún momento, pronto llegamos al punto en el que nos separamos de Nueve y de Doce.
Uno empieza a gritar por Nueve y Doce y yo hago lo mismo.
Veo como una enorme roca vuela por sobre nuestras cabezas, me giro de donde vino la roca y veo a Nueve, Doce esta con el apoyándose de su hombro. Corremos hasta ellos.
—¿Qué mierda está pasando? —Gruñe Nueve. Su frente está llena de sudor—. Las bestias se volvieron locas.
—¿Qué te paso? —Le pregunto a Doce acercándome a ella para que se apoye de igual manera sobre mi hombro.
—Se cayó —Responde Nueve—, creo que tiene el tobillo dislocado.
Me fijo en Doce quien solo tiene la mirada baja con el ceño fruncido.
—Tenemos que salir de aquí —Nuestra atención pasa a Uno—. Tenemos que encontrar a los demás.
Avanzamos como podemos. Uno va frente a nosotros mientras Nueve y yo cargamos a Doce. Una bestia corre directo hacia nosotros, pero Uno extiende su mano y la bestia sale disparada a un lado atravesando un edificio. Nueve y yo cruzamos miradas asombrados, pero a la vez atemorizados, nunca antes había visto a Uno así, esa expresión en su rostro, como, si no fuera él.
Logramos toparnos con algunos de los mentores y los niños, al ya no encontrar los demás Uno nos ordena que lo sigamos lo cual obedecemos sin reproches. Caminamos por un pequeño sendero alejándonos lo más que podemos de la ciudad, apenas Uno pasa un arbusto entrando a la zona boscosa todos nos detenemos.
—¿Estás loco? —Le grita Nueve.
Uno voltea a vernos, tiene el ceño fruncido, pero su rostro se relaja al vernos a todos nosotros.
—Las bestias están como locas ¿y tú quieres entrar en su territorio?
—Concuerdo con él —Habla uno de los mentores—, eso sería como un suicidio
—Estaremos bien, confíen en mí.
Todos se quedan de pie, dudando de si seguir o no. Al ver que los demás no dan el primer paso decido darlo yo trayendo a Doce conmigo. Miro a todos por sobre mi hombro.
—¿Qué esperan? —Les digo.
Seguimos a Uno por el espeso camino boscoso, los mentores son los primeros en formarse alrededor de los niños mientras Nueve hace guardia atrás.
—Estás loca —Me dice Doce por lo bajo.
Caminamos evitando algunas ramas que se doblan o parten ante nuestra telequinesis.
—Es aquí —Nos dice Uno apartando toda una enredadera de nuestro camino revelando su nave. Mi vista rápidamente pasa al cielo, pero todo este tapado por las ramas de los árboles. Las ramas de los árboles que esconden la nave están totalmente intactas ¿Cómo trajo la nave hasta aquí?
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El Diario De Dos | Saga La Voluntad De Uno
Science FictionAún recuerdo ese fatídico día, el día que Louren cayo, el día que todo lo que conocíamos desapareció. El día que el mismo Demonio destruyo nuestro planeta, nuestro hogar. El día D. esta es la historia de Talía, una de las elegidas para matar al mism...